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El presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, lanzó una fuerte crítica a la declaración final de la COP 30 celebrada en Belém de Pará, Brasil, al considerar que el documento omite una verdad fundamental e ineludible: la responsabilidad directa de los combustibles fósiles en la crisis climática que enfrenta el planeta. Según el mandatario, no mencionar con claridad este origen, respaldado por décadas de evidencia científica, convierte cualquier compromiso ambiental en una simple fachada retórica. Petro afirmó que “si no se dice que la causa de la crisis climática son los combustibles fósiles que usa el capital, todo lo demás es hipocresía”.
Mediante un mensaje publicado en su cuenta oficial en la red social X, el jefe de Estado colombiano enfatizó que su gobierno no respaldará un acuerdo internacional que ignore los hallazgos científicos sobre el cambio climático. “Colombia se opone a una declaración de la COP 30 que no diga la verdad científica al mundo”, expresó con firmeza, dejando claro que su postura no es ideológica, sino basada en el conocimiento y la evidencia. En sus palabras, la ciencia no puede ser relegada cuando se trata de garantizar la supervivencia de la vida en la Tierra.
Petro recordó además que su visión de país se fundamenta en el compromiso de convertir a Colombia en una potencia mundial de la vida. Argumentó que este propósito no es solo un ideal político, sino un mandato ciudadano respaldado por millones de votos. “Soy presidente de Colombia y dije que Colombia sería potencia mundial de la vida, y once millones y medio de seres humanos me acompañaron con su voto, y ese es un mandato del pueblo colombiano que no desobedeceré”, añadió, destacando que su responsabilidad trasciende los límites de la política tradicional, vinculándose directamente con la protección de la vida y del planeta.
En su reflexión, fue enfático al señalar que la supervivencia humana y la de todas las especies depende de una transformación radical del modelo energético actual. “Solo es posible la vida en el planeta, incluida la nuestra, si nos separamos del petróleo, el carbón y el gas natural como fuente de energía; lo ha determinado la ciencia, y yo no me ciego a la ciencia”. Con estas palabras, reiteró que la transición energética no es una opción ideológica ni un discurso de moda, sino una urgencia existencial respaldada por los estudios más rigurosos.
No puedo contradecir la ciencia, ni como hombre de izquierda ni como hombre de razón, ni como heredero de la libertad que nos dejó el pueblo Grancolombiano y su conductor: Bolívar.
Soy presidente de Colombia y dije que Colombia sería potencia mundial de la vida, y once millones…
— Gustavo Petro (@petrogustavo) November 22, 2025
El pronunciamiento de Petro se inserta en un debate global cada vez más intenso, donde los líderes mundiales enfrentan la disyuntiva de mantener intereses económicos tradicionales o emprender una transición ecológica real y contundente. La COP 30 era esperada como una oportunidad histórica para reafirmar compromisos, pero las declaraciones del presidente colombiano revelan la profunda brecha entre la retórica ambiental y las decisiones políticas concretas. Su mensaje ha resonado más allá de las fronteras colombianas, al plantear una pregunta incisiva: ¿puede el mundo combatir el cambio climático sin señalar claramente sus causas?
Con su postura, Petro no solo desafía la narrativa diplomática habitual, sino que también interpela a la comunidad internacional a asumir con honestidad científica y moral la responsabilidad que implica proteger el planeta. Su llamado, más que una crítica, es una invitación urgente a decir las cosas por su nombre y actuar en consecuencia antes de que el daño sea irreversible.
carloscastaneda@prensamercosur.org
