La Justicia bonaerense dio un paso decisivo en materia de derechos y educación inclusiva. El arquero de Independiente, Rodrigo Rey, obtuvo un fallo que ordena la continuidad escolar de sus hijos luego de que un colegio de City Bell les negara la reinscripción, decisión que afectaba especialmente a uno de los chicos, diagnosticado dentro del espectro autista.
La sentencia no sólo corrige un acto de discriminación indirecta: deja un mensaje contundente para todo el sistema educativo, tanto público como privado, en un contexto donde las familias suelen enfrentar obstáculos silenciosos y naturalizados.
Una negativa que evidenció un problema estructural
Según la resolución, la decisión del colegio implicó una vulneración directa del derecho a la educación.
La Justicia entendió que la institución no acreditó razones válidas para negar la continuidad. Se configuró un acto discriminatorio por no garantizar la permanencia de un niño con discapacidad. El fallo ordenó no sólo la reinscripción, sino también la capacitación obligatoria del personal en discapacidad y derechos humanos.
Este punto es clave: el tribunal no se limitó a restituir una matrícula, sino que exigió transformar prácticas. Porque la inclusión no se garantiza solo con acceso, sino con condiciones reales de participación.
Una sentencia que sienta precedente
El fallo ya es leído como una herramienta para otras familias que chocan con excusas administrativas, cupos “completos” o evaluaciones pedagógicas que funcionan como filtros encubiertos.
La Justicia recordó algo básico pero muchas veces vulnerado:
La escuela no puede seleccionar estudiantes; debe adaptarse para garantizar el derecho universal a la educación.
En un país con un marco legal sólido en este sentido, Ley de Educación Nacional, Ley de Discapacidad, Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la distancia entre norma y práctica sigue siendo enorme. Este caso acorta esa brecha. No obstante es uno dentro de los miles que no tienen tiempo o recursos para afrontar la diaria de un sistema que no tiende a garantizar los derechos de los más vulnerables, como en colectivo de personas con discapacidad.
Inclusión como política, no como excepción
En tiempos donde ciertos discursos regresivos relativizan derechos conquistados, el fallo toma especial relevancia. La educación inclusiva no es un gesto de buena voluntad de las instituciones: es una obligación jurídica y ética. Y cuando el sistema falla, la Justicia tiene la responsabilidad de reparar.
Lo que deja esta decisión es contundente:
Los niños y niñas con discapacidad no deben adaptarse a la escuela; la escuela debe adaptarse a ellos.
La formación docente en derechos humanos es indispensable.
La inclusión no se negocia ni se condiciona.
Un triunfo que trasciende a una familia
Las familias no deberían atravesar batallas judiciales para asegurar algo tan básico como la continuidad escolar.
Este caso no se agota en su protagonista mediático. Es un mensaje para todo el país: cada vez que una escuela discrimina, la Justicia debe intervenir; cada vez que una familia resiste, abre puertas para otras.
ElArgentino.ar
Fuente de esta noticia: https://elargentinodiario.com.ar/politica/educacion-2/21/11/2025/derecho-a-la-educacion-sin-discriminar-fallo-favorable-para-la-familia-rey/
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