
El cometa K1 ATLAS ha sorprendido a astrónomos de todo el mundo al romperse en varios fragmentos gigantes, revelados en imágenes telescópicas que muestran con claridad la separación de su núcleo. Este evento, originado tras su paso cercano al Sol en octubre de 2025, ofrece una mirada excepcional a la fragilidad de los cometas provenientes de la Nube de Oort y a los procesos extremos que experimentan cuando atraviesan el interior del sistema solar.
El origen del cometa K1 ATLAS y su viaje hacia el Sol
Descubierto en mayo de 2025 desde el observatorio El Sauce en Río Hurtado, Chile, el cometa K1 ATLAS llegó desde la remota Nube de Oort, un reservorio de cuerpos helados en los límites del sistema solar. Su aproximación al Sol lo llevó a un perihelio extremadamente cercano: 49 millones de kilómetros, menos que la órbita promedio de Mercurio.

Ese acercamiento marcó el inicio de los problemas. Entre finales de octubre y principios de noviembre, los astrónomos detectaron dos estallidos de brillo, una señal típica de que el cometa estaba experimentando tensiones internas. Poco después se confirmó que su núcleo había comenzado a fragmentarse.
Las imágenes que revelan los fragmentos gigantes
Las fotografías más claras fueron captadas por el astrónomo Gianluca Masi mediante el Proyecto Virtual Telescope 2.0. En ellas se distinguen tres fragmentos principales y un posible cuarto, todos brillando intensamente como focos suspendidos en la oscuridad. La coma del cometa adoptó una forma inusual en V, un patrón que delata la presencia de múltiples núcleos moviéndose dentro de la nube de polvo.

Otras observaciones, incluyendo imágenes del Telescopio Espacial Hubble, reforzaron la idea de que el proceso era activo y dinámico. Noche tras noche, se detectaron cambios en la separación, brillo y estructura de los fragmentos, como si el cometa continuara acomodándose tras la ruptura inicial.
¿Por qué se rompen los cometas al acercarse al Sol?
Los cometas son cuerpos frágiles compuestos de hielo, roca y polvo, una mezcla ligera que se parece más a una esponja congelada que a un objeto sólido. Cuando se acercan al Sol, los hielos empiezan a sublimarse y liberan chorros de gas, o jets, que actúan como impulsores irregulares. Si estos jets se vuelven demasiado intensos o desestabilizan la rotación del núcleo, la estructura puede fracturarse.

En el caso de K1 ATLAS, su paso extremadamente cercano al Sol probablemente generó tensiones internas imposibles de soportar. Las grietas se expandieron, el material atrapado salió expulsado y partes completas del núcleo cedieron. Fenómenos similares se han documentado antes, como el famoso Shoemaker-Levy 9, que se rompió en más de veinte fragmentos antes de impactar en Júpiter en 1994.
Un laboratorio natural para la ciencia
La ruptura del cometa K1 ATLAS representa una oportunidad única para estudiar directamente la estructura interna de un cometa de la Nube de Oort. Cada fragmento contiene material que se ha mantenido casi intacto desde el origen del sistema solar, y analizar su composición permite comprender mejor los procesos que dieron forma a los planetas y a los cuerpos menores. Además, observar la fragmentación en tiempo real, incluida la evolución de los fragmentos dentro de la coma, ayuda a mejorar modelos de estabilidad térmica, dinámica rotacional y pérdida de masa en cometas que se acercan demasiado al Sol.

¿Qué puede pasar con el cometa en las próximas semanas?
Aunque el cometa no representa ningún riesgo para la Tierra o para otros planetas, su comportamiento sigue siendo impredecible. Los fragmentos podrían seguir desintegrándose, fusionarse parcialmente o alejarse entre sí a medida que el cometa continúa su camino. En cometas muy debilitados, como podría ser este caso, existe la posibilidad de que se conviertan en un objeto “sin cabeza”: una larga cola de polvo sin un núcleo definido. Por ahora, el cometa sigue siendo observable en telescopios de tamaño medio, especialmente antes del amanecer, cuando se localiza entre las constelaciones de la Osa Mayor y el cielo del noreste.

La fragmentación del K1 ATLAS es un recordatorio claro de la fragilidad de estos cuerpos antiguos que cruzan el sistema solar. Sus enormes fragmentos, captados con una precisión sorprendente por telescopios terrestres y espaciales, revelan procesos internos que normalmente permanecen ocultos. Más que un simple evento espectacular, esta ruptura abre una ventana a la historia profunda del sistema solar y deja abierta la pregunta sobre cuántos cometas más esconden un destino similar en sus viajes hacia el Sol.
Carolina Gutiérrez Argüelles
Fuente de esta noticia: https://ecoosfera.com/cosmos/cometa-k1-atlas-exploto-pedazos-gigantes-foto/
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