

Imagen MinIgualdad de Colombia
Iberoamérica está dando vida a una iniciativa que representa un punto de inflexión en el acceso y permanencia de jóvenes afrodescendientes en la educación superior. Bajo el liderazgo del Ministerio de Igualdad y Equidad de Colombia, y con el respaldo de organismos como la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), la Cancillería de Colombia y entidades internacionales como la CEPAL, la OEA y el UNFPA, se avanza en la construcción del primer programa iberoamericano dedicado de manera exclusiva a fortalecer las trayectorias educativas de esta población históricamente marginada.
Con un presupuesto inicial de 150 mil euros y previsto para comenzar en 2026, este proyecto de cooperación internacional busca garantizar que estudiantes afrodescendientes de ocho países —Uruguay, El Salvador, Brasil, España, Guatemala, Ecuador, México y Colombia— no solo accedan a la educación superior, sino que puedan permanecer, culminar sus estudios y proyectarse como líderes transformadores de sus comunidades. La iniciativa, denominada ‘Iniciativas para el fortalecimiento de las identidades culturales y la cohesión social afrodescendiente en entornos de educación superior’, se concibe como un esfuerzo conjunto que trasciende fronteras y que aspira a construir entornos universitarios seguros, antirracistas y culturalmente pertinentes, donde prevalezcan la igualdad de oportunidades, el reconocimiento de las identidades y la cohesión social.
Para el ministro Juan Carlos Florián Silva, este esfuerzo no se limita a diseñar políticas educativas, sino que representa un acto de reparación y dignificación. Como él mismo lo expresó, cerrar la brecha educativa no es únicamente un desafío técnico, sino un acto de justicia histórica. Según datos de la CEPAL, solo el 10,5% de los jóvenes afrocolombianos entre 25 y 29 años logran culminar sus estudios universitarios, una cifra que refleja barreras estructurales que han persistido por generaciones. Frente a esta realidad, el programa no se concibe como una simple estrategia de becas o apoyos, sino como una plataforma de colaboración iberoamericana que permitirá compartir experiencias, recursos y modelos educativos que incorporen la diversidad cultural como un activo y no como una dificultad.

Imagen MinIgualdad de Colombia
Durante el encuentro realizado en Bogotá, los actores involucrados dieron los primeros pasos para estructurar la propuesta final, que será elevada como el primer Proyecto, Iniciativa y Proyecto Adscrito (PIPA) de la SEGIB dedicado exclusivamente a la población afrodescendiente. Este hito refleja la voluntad política y diplomática de los países participantes, convencidos de que una Iberoamérica más justa solo puede construirse promoviendo la inclusión y reconociendo la riqueza cultural de sus pueblos.
El Ministerio de Igualdad y Equidad ha reafirmado que este programa será el punto de partida para crear entornos educativos donde los estudiantes afrodescendientes se sientan representados, valorados y acompañados. Como lo expresó el ministro Florián Silva, el propósito es que cada joven afrodescendiente perciba la universidad como un lugar para quedarse, crecer y transformar sus territorios. Se trata, en esencia, de sembrar oportunidades reales, derribar barreras invisibles y construir espacios académicos donde la diversidad deje de ser una excepción y se convierta en la norma.
Esta iniciativa comienza a perfilarse no solo como un programa, sino como un legado. Un compromiso compartido que busca transformar la historia educativa de miles de jóvenes afrodescendientes en la región y abrir un nuevo capítulo para Iberoamérica, donde la educación sea verdaderamente un derecho y no un privilegio.
carloscastaneda@prensamercosur.org
