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La emoción y el orgullo compartido se hicieron presentes en La Guajira, donde el 20 de noviembre se celebró uno de los hitos más significativos para la educación rural en Colombia. En un acto que reunió tradición, diversidad cultural y esperanza, 395 jóvenes provenientes de Albania, Dibulla, Fonseca, Maicao, Manaure y Uribia recibieron su título de bachiller, marcando el comienzo de una nueva etapa para ellos, sus familias y sus comunidades. Esta celebración forma parte de una movilización nacional que graduará a 871 estudiantes rurales entre noviembre y diciembre, demostrando que el acceso a la educación superior y a nuevas oportunidades ya no es un sueño lejano, sino una realidad palpable que comienza en el propio territorio.
El evento en Uribia, capital indígena del país, trascendió como símbolo del compromiso del gobierno con una educación que reconoce las raíces culturales y la riqueza de los territorios. Con expresiones autóctonas wayúu, los estudiantes compartieron escenario con el ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín; la viceministra encargada de Educación Preescolar, Básica y Media, Maritza Molina; el alcalde encargado de Uribia, René Lindarte Velásquez; rectores, maestros, líderes locales y cientos de familias que fueron testigos de este histórico logro. El ministro destacó que este avance no solo representa una mejora educativa, sino una transformación social que dignifica los territorios históricamente excluidos y reafirma el derecho a aprender, crecer y soñar desde la ruralidad.
Este logro ha sido posible gracias a los Sistemas Integrados de Educación Media y Superior, SIMES, una estrategia que está reorganizando la educación rural mediante la ampliación de grados en instituciones que antes no ofrecían educación media, permitiendo que miles de jóvenes continúen su formación sin tener que abandonar sus comunidades. Ya son más de 5.600 estudiantes beneficiados, con más de 2.300 nuevos cargos docentes, orientadores y directivos, y con una expansión que llegará en 2025 a 20 territorios, 24 Entidades Territoriales Certificadas y 104 municipios. Solo en La Guajira, 48 sedes educativas han ampliado su oferta académica y se han creado 268 plazas docentes definitivas, lo que establece un precedente para otras regiones del país.
Durante la ceremonia, el ministro Daniel Rojas expresó que cada uno de los jóvenes graduados representa la victoria de la perseverancia, la dignidad y los derechos. Señaló que este no es el final del camino, sino el inicio de nuevas luchas por mejores condiciones educativas y por un futuro en el que no existan fronteras entre lo urbano y lo rural en materia de oportunidades. Invitó a los jóvenes a ser líderes en sus comunidades, a llevar la antorcha del conocimiento y a convertirse en agentes de transformación.

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La apuesta del Ministerio de Educación se refleja también en inversiones sólidas. Para 2025, se destinarán $3,089,810,256 millones para fortalecer los procesos pedagógicos en instituciones de educación media en Uribia, Manaure, Albania, Fonseca y Maicao. Esta inversión se orienta al mejoramiento de ambientes de aprendizaje, proyectos pedagógicos innovadores y acompañamiento docente, garantizando trayectorias educativas completas desde el inicio del bachillerato hasta la formación técnica, tecnológica o universitaria.
El impacto de SIMES no se limita a La Guajira. En otros territorios como Amazonas, Antioquia, Arauca, Bolívar, Caquetá, Casanare, Cauca, Cesar, Chocó, Córdoba, Guainía, Guaviare, Huila, Meta, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Sucre, Tolima, Vaupés y Vichada, la estrategia se fortalece como una puerta que conecta la educación con la dignidad, el arraigo y el progreso. El objetivo es claro: que ningún joven tenga que renunciar a sus estudios por razones geográficas, económicas o culturales.
Mirando hacia el futuro, el Ministerio anunció que en 2026 la estrategia continuará ampliándose con nuevas inversiones, acompañamiento pedagógico y la implementación de Educación Superior en tu Colegio, un programa que abrirá rutas de acceso a carreras técnicas, tecnológicas y universitarias sin que los estudiantes deban salir de sus territorios. Una propuesta que redefine la educación rural, acercando el futuro a las comunidades y demostrando que los territorios apartados no están lejos del desarrollo, sino cerca del corazón del país.
Este capítulo, escrito desde las regiones, demuestra que la educación no solo transforma vidas, sino que construye país, une culturas, abre puertas y siembra esperanza. Porque cuando la educación llega, los sueños florecen y las comunidades se convierten en protagonistas de su propio destino.
carloscastaneda@prensamercosur.org
