
La medida libera de tarifas extra a productos clave como café, carne bovina y algunas frutas, y permitirá reembolsos para envíos realizados desde mediados de noviembre.
El anuncio fue recibido con alivio en el sector agrícola de Brasil, que enfrenta alta competitividad y presiones de costos en el mercado global. Las exportaciones de café y carne son pilares del comercio exterior brasileño y habían sido objeto de solicitudes formales para la revisión de aranceles a lo largo del último año.
En julio, Trump había firmado una orden ejecutiva que imponía el arancel del 40% como respuesta a lo que calificó como políticas “amenazantes para la economía y la seguridad de Estados Unidos” por parte del gobierno brasileño. La decisión generó preocupación en sectores productivos de ambos países e incentivó negociaciones a nivel ministerial y presidencial.
Según el texto publicado este jueves, el presidente estadounidense valoró “los avances iniciales en las conversaciones” como un factor clave para autorizar la exención.
De acuerdo con la orden ejecutiva, el secretario de Estado de EEUU continuará supervisando el desarrollo de la relación comercial y podrá recomendar en el futuro medidas adicionales o modificaciones si considera que la situación de emergencia declarada originalmente bajo la ley de Poderes Económicos Internacionales ha cambiado.

Los gremios agrícolas brasileños recibieron la noticia con optimismo. En declaraciones a medios locales, representantes de la Confederación de Agricultura y representantes de la industria cárnica señalaron que la reducción arancelaria “aportará un impulso exportador vital” y estabilizará precios tras meses de descenso en los embarques hacia el principal mercado de ultramar.
El Ministerio de Agricultura de Brasil espera que el levantamiento de las barreras facilite la recuperación de la cuota de mercado en EEUU, especialmente en carnes y café, rubros que concentran el grueso del superávit bilateral.
El decreto formaliza que cualquier disposición que sea considerada inválida no afectará la aplicación del resto de la orden.
El anuncio resalta una voluntad renovada de ambos gobiernos para mejorar las relaciones económicas y comerciales, que en los últimos quince años habían arrojado un saldo deficitario para Brasil.
Lula da Silva sostuvo en declaraciones recientes que la medida representa “un paso en la dirección correcta”, aunque subrayó que las negociaciones para nuevas reducciones arancelarias y acuerdos sectoriales continuarán en los próximos meses.
La suspensión de los aranceles supone un nuevo capítulo en la relación bilateral, abriendo la puerta a futuras revisiones de la agenda comercial más allá del sector agrícola.

Especialistas en políticas internacionales sugieren que el acuerdo podría incentivar inversiones compartidas y fortalecer la cooperación ante la volatilidad de precios globales, el cambio climático y las tensiones comerciales vigentes en otros mercados del mundo.
(Con información de EFE y Reuters)
