La erupción del volcán Semeru, en la isla de Java (Indonesia), ha vuelto a poner en jaque a las comunidades de su entorno con potentes columnas de ceniza y episodios explosivos encadenados. Las autoridades han ampliado la vigilancia y han activado el nivel IV de alerta, el más alto de su escala.
En las primeras horas del operativo se ordenó una zona de exclusión de 8 kilómetros desde el cráter y se desplegaron equipos de emergencia en aldeas de la vertiente sureste, la más castigada por nubes calientes y caída de ceniza. De momento, no hay constancia oficial de víctimas y se mantiene la consigna de mantenerse alejados de cauces y laderas inestables.
Situación actual y medidas de seguridad
Los técnicos han contabilizado más de una decena de erupciones en 24 horas, un ritmo que recuerda a los volcanes más activos del mundo, con expulsión de ceniza, bloques y lava que llegaron a recorrer hasta 15,5 kilómetros ladera abajo, sobre todo hacia el sector sureste. La agencia de desastres informó además de una columna de ceniza de hasta 13 km de altura.
La actividad ha quedado registrada en los sismogramas con una amplitud máxima de 40 mm y una duración de 16 minutos y 40 segundos en uno de los episodios, un patrón compatible con un sistema eruptivo aún muy dinámico.
Varias localidades amanecieron cubiertas por un espeso manto de ceniza, mientras cuadrillas despejaban carreteras para facilitar el paso de ambulancias y vehículos de emergencia. Como medida de protección, se reparten mascarillas y material básico, y el aeropuerto de Ngurah Rai (Bali) opera con normalidad por ahora.
El Centro de Vulcanología insiste en respetar la exclusión de 8 km y extremar precauciones en los valles de los ríos Besuk Kobokan, Besuk Kembar y Besuk Sat. Se advierte del riesgo de lahares, con potencial de avance a larga distancia, y de nubes calientes canalizadas por los cauces; además, se recomienda evitar las orillas del Besuk Kobokan, especialmente a menos de 500 metros.
Evacuaciones y rescate de senderistas
Uno de los momentos más delicados se vivió con 137 senderistas que ascendían por la vertiente norte. Quedaron bloqueados por la falta de visibilidad y la caída de ceniza y tuvieron que resguardarse en la zona de Ranu Kumbolo hasta que los equipos pudieron guiarlos en condiciones seguras. Todos fueron evacuados sin heridos.
En paralelo, Protección Civil habilitó refugios temporales y ha evacuado a cerca de un millar de personas de las áreas más expuestas. El dispositivo se mantiene activo para atender a residentes vulnerables y facilitar el retorno escalonado cuando las condiciones lo permitan.
Las autoridades recuerdan que los flujos piroclásticos —mezclas de gas, ceniza y fragmentos de roca a gran velocidad— constituyen la principal amenaza inmediata, razón por la que sigue vigente el cordón de 8 km alrededor del cráter y las restricciones en cauces.
La actividad del Semeru ha sido ampliamente documentada por cámaras de observación y vecinos, con vídeos que muestran la propagación de la ceniza sobre los valles y la imponente columna que se elevó durante las fases más intensas.
Indonesia se ubica en el Anillo de Fuego del Pacífico y cuenta con centenares de volcanes, entre ellos el Semeru (3.676 m), uno de los más activos de Java. Aunque la población está habituada a convivir con el riesgo, episodios como el actual reactivan protocolos comunitarios y refuerzan la coordinación entre vulcanología y protección civil.
Con la alerta en su máximo nivel y la sismicidad elevada, el foco permanece en proteger a las comunidades cercanas, mantener despejadas las rutas de evacuación y seguir de cerca el comportamiento del volcán, mientras rige el perímetro de 8 km y los avisos por lahares en los ríos de la vertiente sureste.
Postposmo
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