
La frase «ser guiado por el Espíritu Santo» es muy común en el vocabulario cristiano. A veces escuchamos a alguien decir: «El Espíritu Santo me guió a hacer tal cosa». Pero ¿qué significa realmente esta expresión? ¿Es una sensación subjetiva, una voz misteriosa o algo más concreto?
En pocas palabras, ser guiados por el Espíritu Santo o vivir en el Espíritu significa «rendir nuestra mente, corazón y voluntad al control del Espíritu de Dios» (Por el poder del Espíritu, p. 21), de manera que nuestras decisiones y acciones estén alineadas con Su voluntad revelada en las Escrituras y reflejen la transformación que Él produce en nosotros por medio del evangelio. Es una evidencia de que somos hijos de Dios y estamos andando en vida nueva en Cristo.
Para entender mejor este concepto debemos ir a la fuente. ¿Qué dice la Biblia acerca de ser guiados por el Espíritu?
La guía del Espíritu significa vivir en santidad
Sorprendentemente, la frase específica de «ser guiados» por el Espíritu Santo aparece solo dos veces en el Nuevo Testamento. El apóstol Pablo la menciona en su carta a la iglesia de Roma: «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios» (Ro 8:14).
El apóstol escribe esto al hablar de la vida nueva en Cristo, donde contrasta el vivir conforme a la carne con vivir conforme al Espíritu. Un versículo antes explica que si por el Espíritu hacemos morir las obras pecaminosas, entonces viviremos (Ro 8:13). En otras palabras, los creyentes podemos ver la guía del Espíritu Santo en nuestra vida cuando nos lleva a rechazar el pecado, y vivir en santidad y obediencia a la Palabra para la gloria de Dios.
En otra de sus cartas, el apóstol Pablo exhorta a los creyentes: «Digo, pues: anden por el Espíritu, y no cumplirán el deseo de la carne» (Gá 5:16). Luego aclara: «Pero si son guiados por el Espíritu, no están bajo la ley» (v. 18).
La guía del Espíritu Santo no es una experiencia mística reservada para unos cuantos, sino un privilegio otorgado a todos los que pertenecen a Cristo
¿Qué significa esto? Significa que, al ser guiados por el Espíritu, ya no vivimos bajo la antigua esclavitud de la ley tratando de agradar a Dios según nuestras fuerzas; más bien, vivimos en la libertad que Cristo nos dio, donde el Espíritu nos capacita para hacer la voluntad de Dios de corazón, en lugar de satisfacer los deseos de la carne.
Así que, tanto en Romanos 8 como en Gálatas 5, ser guiado por el Espíritu se refiere a vivir en santidad. Es decir, vencer los deseos pecaminosos y manifestar el carácter de Cristo por la obra del Espíritu en nosotros.
La guía del Espíritu significa que somos salvos
La guía del Espíritu Santo no es una experiencia mística reservada para unos cuantos, sino un privilegio otorgado a todos los que pertenecen a Cristo, es decir, a los hijos de Dios. En efecto, cuando Dios nos adoptó como hijos mediante la fe en Jesús, nos dio Su Espíritu Santo para habitar en nosotros (Ro 8:15-16).
En lugar de un espíritu de esclavitud que nos mantenga en temor, hemos recibido al Espíritu de adopción, por el cual ahora podemos clamar con confianza: «¡Abba, Padre!». Ser guiados por el Espíritu, entonces, es un aspecto integral de nuestra nueva identidad como hijos amados de Dios.
El Espíritu Santo es el autor de las Escrituras, por lo que jamás nos conducirá a un proceder contrario a lo que ya nos ha revelado en Su Palabra
Desde el momento de nuestro nuevo nacimiento, el Espíritu Santo mora en nosotros. Su presencia es la evidencia de nuestra salvación y la garantía de nuestra adopción en la familia de Dios. Él nos guía internamente para que vivamos como hijos que honran a su Padre celestial. Esto no quiere decir que ya seamos perfectos, pero sí que nuestra vida ahora está marcada por el crecimiento en santidad (1 Ts 4:7-8) y el arrepentimiento genuino cuando fallamos (2 Co 7:10; 1 Ts 4:7-8).
El Espíritu Santo es el autor de las Escrituras (2 P 1:21), por lo que jamás nos conducirá a un proceder contrario a lo que ya nos ha revelado en Su Palabra. Antes bien, el Espíritu siempre nos guiará a hacer lo que concuerda con el carácter santo de Dios, revelado en Su Palabra.
La guía del Espíritu significa que somos libres
Además, la guía del Espíritu Santo siempre trae libertad y vida. Cuando Pablo afirma que los creyentes ya «no están bajo la ley» (Gá 5:18), indica que el Espíritu nos lleva a la libertad gloriosa que adquieren los hijos de Dios. Esta es una libertad para hacer lo que agrada a Dios. Ya no obedecemos por miedo al castigo ni para tratar de ganar el favor divino, sino impulsados por el amor y el poder que el Espíritu produce en nosotros.
Todo esto es el cumplimiento de la promesa del nuevo pacto, cuando Dios dijo: «Pondré dentro de ustedes Mi Espíritu y haré que anden en Mis estatutos» (Ez 36:27). En efecto, el Espíritu nos capacita para caminar en los caminos de Dios con gozo, liberándonos de la antigua esclavitud del pecado.
El Espíritu nos capacita para caminar en los caminos de Dios con gozo, liberándonos de la antigua esclavitud del pecado
El Espíritu Santo también produce en nosotros Su fruto (Gá 5:22-23). En la medida en que nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, nuestro carácter va experimentando una transformación que refleja cada vez más a Jesucristo.
En resumen, ser guiado por el Espíritu Santo es vivir una vida caracterizada por la obediencia a Dios, la santidad creciente y la libertad que el evangelio nos ofrece.
¿Cómo nos guía el Espíritu Santo hoy?
Consideremos tres maneras:
El Espíritu Santo nos guía mediante las Escrituras
Cuando los creyentes leemos las Escrituras de manera habitual, el Espíritu ilumina nuestro entendimiento y aplica la verdad a nuestro corazón. Nos recuerda las enseñanzas de Cristo y nos guía a toda la verdad bíblica (Jn 14:26; 16:13).
Si buscamos dirección en alguna decisión, debemos preguntarnos primero qué principios bíblicos se aplican. El Espíritu nunca nos guiará en contra de la Palabra que Él mismo inspiró; más bien renueva nuestra mente por medio de ella, para que podamos discernir la voluntad de Dios (Ro 12:2).
El Espíritu nos guía cuando buscamos a Dios en oración
La oración sincera nos ayuda a rendir nuestras decisiones a Dios y, a menudo, el Espíritu trae paz a nuestro corazón cuando avanzamos por un camino acorde a Su voluntad (Fil 4:6-7). Esa paz interior —no un sentimiento pasajero, sino la quietud que Dios da al que confía en Él— puede servir como confirmación de la guía del Espíritu, siempre que la decisión no contradiga ningún principio bíblico.
El Espíritu Santo nos guía mediante instrumentos externos
Por un lado, Dios nos puede guiar mediante el consejo sabio a través de otros creyentes maduros (Pr 11:14). Muchas veces la orientación de un pastor o un hermano piadoso confirma la dirección de Dios. Por otro lado, el Espíritu puede orquestar circunstancias que abren o cierran puertas en nuestro camino (Hch 16:6).
Debemos estar atentos a cómo Dios, en Su providencia, guía nuestras oportunidades, comprobando tanto los consejos humanos como las circunstancias a la luz de la Palabra y la oración.
Ser guiado por el Espíritu Santo es vivir una vida caracterizada por la obediencia a Dios, la santidad creciente y la libertad que el evangelio nos ofrece
En definitiva, ser guiados por el Espíritu no es un proceso automático ni pasivo. Dios nos llama a colaborar activamente: debemos buscar la santidad, renovar nuestra mente con la Biblia, orar y tomar decisiones con sabiduría.
Evitemos dos extremos: por un lado, atribuir al Espíritu Santo cualquier impulso subjetivo sin discernimiento (recordemos que Él nunca guía en contra de la Escritura ni fomenta el orgullo que rechaza la corrección). Por otro lado, evitemos vivir como si todo dependiera de nuestro esfuerzo, ignorando la obra activa del Espíritu. La verdadera guía del Espíritu corrige nuestras desviaciones y nos alinea cada vez más con la voluntad revelada de Dios en Su Palabra.
Si hoy te sientes débil
Ser guiados por el Espíritu Santo es una parte esencial de la vida cristiana, hecha posible por la obra redentora de Jesús. Gracias a que Cristo murió y resucitó por nosotros, recibimos el don del Espíritu Santo que habita en nuestro interior. Él no solo nos consuela y enseña (Jn 14:26), sino que nos guía por el camino de la santidad y la verdad para la gloria de Dios.
Esto significa que cada día tenemos el privilegio y la responsabilidad de someternos a Su dirección: escuchando la voz de Dios en Su Palabra, orando en todo tiempo, y siendo sensibles a las correcciones y los impulsos que el Espíritu nos da para amar más a Jesús y obedecer Sus mandamientos.
Ser guiados por el Espíritu es evidencia de un evangelio que ha echado raíces profundas en nuestro ser
Hermano, si hoy te sientes débil, recuerda que el Espíritu no es un lujo para los súper cristianos. Es una bendición que recibes como hijo de Dios y Él está contigo para guiarte aun en las cosas más simples. En última instancia, ser guiados por el Espíritu es evidencia de un evangelio que ha echado raíces profundas en nuestro ser. Es vivir como discípulos que dependen de la gracia de Dios en lugar de sus propias fuerzas.
Cuando permitimos que el Espíritu Santo guíe nuestros pensamientos, deseos y pasos, experimentamos la «vida abundante» que Jesús prometió (Jn 10:10). Caminamos en verdadera libertad, ya no como esclavos del pecado, y reflejamos el carácter de nuestro Salvador ante el mundo.
Que cada uno de nosotros, como hijos de Dios redimidos, pueda decir cada día: «Señor, dirige mi vida por medio de Tu Espíritu». Al hacerlo, recordemos con gratitud que esta guía divina fue comprada a precio de sangre en la cruz. Vivamos entonces guiados por el Espíritu Santo, dando toda la gloria a Dios y exaltando el nombre de Jesucristo, nuestro Señor.
El Espíritu no te guía para que seas más independiente, sino para que dependas más de Jesús. ¡No hay lugar más seguro que estar tomado de Su mano!
Jorge Rivera
Fuente de esta noticia: https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/significa-guiados-por-espiritu-santo/
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