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En medio de un intenso escenario político y mediático, el presidente Gustavo Petro respondió con firmeza a la publicación del informe de la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), el cual detalla sus movimientos bancarios desde 2022 hasta 2025. Lejos de evadir el tema, el mandatario reafirmó su voluntad de transparencia y dejó claro que sus finanzas pueden ser sometidas a cualquier escrutinio público, sin reservas ni restricciones.
Petro recordó que desde su llegada a la Presidencia ha hecho públicas sus declaraciones de renta y que, si fuera posible, también revelaría los registros anteriores, con el propósito de disipar cualquier duda sobre el origen y manejo de sus ingresos. Aseguró que sus cuentas reflejan una vida sobria y coherente con los principios que ha defendido a lo largo de su carrera pública. “He publicado mis cuentas desde el 2022 hasta la fecha y quisiera que fuera desde más atrás, para que no quede duda de mis ingresos. Pueden investigar lo que quieran sobre ellas y compararlas con mi declaración de renta”, afirmó.
El informe conocido incluye 12 cuentas bancarias activas: seis en Scotiabank, tres en BBVA, una en el Banco Agrario, otra en la Cooperativa Financiera Confiar y una más en Banco Sudameris. Solo dos de estas reflejan mayor actividad entre 2023 y 2025, precisamente después de su llegada a la Casa de Nariño. Los movimientos incluyen giros a la primera dama, pagos por obligaciones hipotecarias, gastos educativos y adquisiciones en tiendas internacionales, todas trazables y documentadas.
Petro insistió en que la transparencia no debe ser optativa, sino una norma ética para quienes ejercen el poder. Recordó que fue él mismo quien solicitó a la UIAF publicar su historial financiero, como respuesta a señalamientos que involucraban a su familia y, especialmente, a la primera dama, Verónica Alcocer. “Toda mi vida financiera, larga pero frugal, se publique”, expresó tras defenderse de acusaciones y comparaciones infundadas con figuras vinculadas a actividades ilícitas.
Además, el mandatario se refirió a la inclusión suya y de personas cercanas en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), conocida como la lista Clinton, lo cual calificó como un acto de retaliación política por hechos denunciados anteriormente. Aun así, afirmó que está dispuesto a enfrentar cualquier consecuencia, incluso económica, tras dejar la Presidencia: “Sé que tendré problemas económicos cuando salga, como cuando salí de la Alcaldía, pero esa fue mi apuesta”.
En cuanto a los señalamientos sobre la compra de los aviones Gripen, Petro fue enfático en desmentir versiones que hablan de sobrecostos, explicando que los contratos incluyen mantenimiento, repuestos y transferencia de tecnología, lo que representa una inversión integral, no un gasto excesivo. Invitó a sus críticos a comparar las condiciones de esta adquisición con las ofertas de aviones F16 usados o los Rafale franceses.
A pesar de los constantes señalamientos, investigaciones, suspicacias y ataques mediáticos, lo cierto es que, en Colombia, ningún presidente ha sido tan investigado, cuestionado y difamado como Gustavo Petro, y sin que hasta el momento se haya producido un solo resultado judicial que comprometa su integridad. Sus cuentas están abiertas, sus declaraciones son públicas y su postura frente a la transparencia, firme.
Su mensaje, más allá de lo técnico, es una invitación a cambiar la forma en que se concibe el control político: un llamado a que la verdad prevalezca sobre la especulación y la ética sobre la conveniencia.
carloscastaneda@prensamercosur.org
