

Margarita Guerra, Candidata a la Gobernación del Magdalena – Colombia
El Magdalena vive un momento político excepcional, cuya trascendencia trasciende los límites de una elección convencional. No se trata de una contienda entre nombres, sino de una definición histórica sobre el tipo de sociedad que este territorio quiere construir: una basada en inclusión, transparencia y desarrollo social, o una que repita modelos de poder que ya demostraron ser excluyentes, regresivos y profundamente desconectados de las necesidades ciudadanas.
Durante más de una década, diversos sectores comunitarios, ciudadanos y progresistas han impulsado un proyecto que busca dignificar la política, fortalecer la democracia y situar al ciudadano en el centro de las decisiones públicas. Este proceso, guiado por principios de transparencia, inversión social y participación, ha probado que es posible gobernar con integridad, garantizar derechos y abrir espacio a las comunidades que históricamente habían sido relegadas.
Ese proceso, sin embargo, enfrenta hoy un desafío decisivo. Estructuras tradicionales de poder —consolidadas en partidos, clanes y élites económicas— han agrupado fuerzas con el propósito de recuperar el control institucional, económico y político del departamento. Aunque se presentan bajo nuevos discursos, representan el mismo modelo que durante años limitó el acceso a oportunidades, frenó reformas sociales y convirtió lo público en patrimonio privado.
En este contexto, el respaldo a la candidatura de Margarita Guerra adquiere una dimensión que va más allá del apoyo electoral. Su liderazgo no solo representa la continuidad de un modelo institucional moderno y socialmente incluyente, sino también la defensa de un ejercicio democrático que reconoce la diversidad territorial, la justicia social y la igualdad de oportunidades como pilares de gobernanza. Su visión dialoga con los desafíos contemporáneos del Magdalena: desarrollo sostenible, fortalecimiento de políticas públicas, consolidación institucional y protección de los derechos ciudadanos.


Carta de apoyo a la Candidata Margarita Guerra
El debate real no es entre figuras, sino entre modelos. Uno que favorece la transparencia, la inclusión y la responsabilidad pública; y otro que intenta restablecer un sistema centrado en privilegios, intereses particulares y prácticas que ya han demostrado su incapacidad para responder a las necesidades colectivas.
Ante ese dilema, asumir una postura no es un acto partidista, sino un compromiso ético con la democracia y con el futuro del Magdalena. Porque cuando se trata de defender el bienestar público, el acceso equitativo a las oportunidades y la continuidad de una política al servicio de la gente, la indiferencia no es una opción.
El Magdalena se encuentra ante una decisión determinante: avanzar sobre los cimientos construidos con esfuerzo ciudadano o regresar a estructuras que tuvieron décadas para transformar el territorio y no lo hicieron. Elegir, hoy, es también recordar. Y recordar, en este contexto, es comprender qué proyectos han defendido el interés colectivo y cuáles han respondido a intereses particulares.
La elección no es sobre ideologías, sino sobre principios. Es sobre qué tipo de política merece el Magdalena, y sobre quién está preparada para asumir ese desafío con responsabilidad, transparencia y visión. Margarita Guerra encarna esa posibilidad.
carloscastaneda@prensamercosur.org
