

El reciente encuentro de dos jóvenes con Panchito, el famoso cocodrilo de Tulum, dentro del Cenote Manatí (también conocido como Casa Cenote) dejó algo más que un susto: exhibió la falta de conocimiento sobre la fauna local y la forma en que muchos turistas interpretan el comportamiento de especies salvajes. Las chicas navegaban en kayak cuando vieron al reptil inmóvil entre el agua y la vegetación del manglar; lo confundieron con un adorno disecado y lo tocaron con un remo, hasta que el animal se movió y regresó al agua. La escena, intensa pero sin heridos, abre una conversación necesaria sobre seguridad, ecosistemas, y el impacto de nuestras acciones en uno de los entornos naturales más frágiles de la región.
¿Qué ocurrió realmente en el encuentro con Panchito?
Las jóvenes recorrieron el Cenote Manatí, un cuerpo de agua de seis metros de profundidad rodeado por un denso manglar, cuando detectaron a un cocodrilo aparentemente “congelado” en la orilla. Su postura rígida, la sombra de las raíces y la tranquilidad del agua hicieron que pareciera una figura decorativa. Por eso se acercaron demasiado, salpicaron el agua e incluso tocaron su cola con el remo, convencidas de que era un objeto inanimado. Panchito, en un movimiento rápido pero no agresivo, se levantó ligeramente y se internó en la parte más profunda del cenote.
@blancaarellanod weeeiiii neta me vuelve a dar miedooo jajaj
#tulum #fyp #parati ♬ sonido original – Blanca Arellano
Esta quietud no es extraña: Panchito pertenece a la especie cocodrilo moreletti (Crocodylus moreletii), también llamado cocodrilo de pantano, conocido por permanecer inmóvil durante largos periodos para conservar energía y regular su temperatura. Para quienes no están familiarizados con la fauna local, esta quietud puede parecer artificial, pero es comportamiento natural, y la confusión de las jóvenes muestra cómo la falta de información puede derivar en acciones riesgosas tanto para los visitantes como para el animal.
¿Por qué el encuentro con un cocodrilo en Tulum no es tan raro?
El Cenote Manatí es hogar permanente de Panchito. Locales, guías y cuidadores lo conocen desde hace años y lo describen como un animal tranquilo que suele mantenerse apartado de las zonas donde hay más gente. Sin embargo, al mezclarse agua dulce con agua salada y estar conectado con el mar, este cenote es un corredor natural para diferentes especies, incluyendo reptiles, peces y cangrejos azules.

La presencia de un cocodrilo en este sitio no es accidental. Tulum forma parte del hábitat natural del cocodrilo moreletti, que habita lagunas, canales y manglares de agua dulce. En Quintana Roo, los avistamientos son frecuentes debido a la cercanía entre zonas turísticas y áreas donde la fauna se mueve libremente. Su inmovilidad característica puede llevar a que algunos visitantes interpreten su quietud como inofensiva, cuando en realidad se trata de un mecanismo biológico y no de docilidad.
Panchito, el cocodrilo que ha nadado con turistas
Panchito es más que un nombre local: es un cocodrilo moreletti (también llamado cocodrilo mexicano) que vive en este cuerpo de agua desde hace aproximadamente cinco años. Su presencia se hizo conocida luego de que hace tiempo un video mostrara cómo nadaba cerca de turistas sin mostrar agresión, lo que generó tanto inquietud como fascinación. Aunque algunas personas creen que su comportamiento es inusual, especialistas y habitantes de la zona explican que Panchito está acostumbrado a la presencia humana desde joven, lo que hace que permanezca tranquilo siempre que no se invada su espacio o se le provoque.
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A diferencia de los cocodrilos más grandes del Caribe, el moreletti es un reptil territorial que se alimenta de peces, aves, reptiles y mamíferos pequeños, razón por la cual los humanos no forman parte de su dieta. De acuerdo con guías y cuidadores del cenote, solo podría reaccionar de forma defensiva si alguien invade directamente su territorio o si tuviera crías cerca. Por lo general, Panchito pasa el día tomando el sol o moviéndose entre raíces y sombras, y aunque ocasionalmente se acerca a zonas donde hay visitantes, los letreros que advierten su presencia (y las recomendaciones de mantener distancia) permiten que tanto turistas como el cocodrilo permanezcan seguros.
El cocodrilo y el ecosistema: un equilibrio frágil
Los cenotes y manglares de Tulum no son escenarios turísticos aislados, sino parte de un sistema interconectado de agua subterránea que conecta la selva con el mar Caribe. En este entorno, los cocodrilos cumplen un papel clave como predadores tope. Interferir con su comportamiento puede causar estrés, cambios en sus rutas o respuestas defensivas inesperadas. Un estudio ambiental realizado en 2023 señaló que la presencia constante de visitantes en zonas de descanso altera el patrón de actividad del cocodrilo moreletti, afectando el equilibrio natural.

Además, la urbanización y la presión turística han reducido los espacios seguros para muchas especies. Cuando Panchito aparece cerca de turistas, no siempre significa peligro; muchas veces indica que su hábitat se ha reducido y su espacio natural se superpone con rutas recreativas.
El encuentro como lección sobre naturaleza
Más allá del susto inicial, este episodio muestra lo mucho que debemos aprender para interpretar el comportamiento de un animal salvaje. Confundir quietud con inofensividad es uno de los errores más comunes entre visitantes. Las autoridades ambientales insisten: tocar fauna silvestre nunca es seguro, y un movimiento aparentemente lento puede convertirse en una reacción defensiva.

Este tipo de situaciones invita a ver el paisaje desde otra perspectiva: no como un escenario preparado para nuestra aventura, sino como un entorno vivo con reglas propias. Un cenote no es un parque temático; es un sistema que respira y reacciona.

El encuentro con Panchito, el cocodrilo de Cenote Manatí, es una alerta sobre cómo nos movemos dentro de ecosistemas que, aunque impresionantes, son sensibles y requieren conocimiento para disfrutarse con seguridad. No es una historia de imprudencia, sino una invitación a comprender que cada viaje nos coloca frente a especies y territorios que merecen respeto. En un destino donde naturaleza y turismo conviven tan cerca, ¿estamos preparados para explorarlo con responsabilidad?
Carolina Gutiérrez Argüelles
Fuente de esta noticia: https://ecoosfera.com/medio-ambiente/natura/turistas-tocan-cocodrilo-tulum/
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