

El reflujo silencioso, también conocido como reflujo laringofaríngeo, es una forma menos evidente del reflujo gastroesofágico tradicional. A diferencia del ardor típico en el pecho o el sabor ácido en la boca, en este tipo de reflujo el ácido del estómago asciende hasta la laringe y la faringe sin causar los síntomas clásicos de acidez. Por eso se le llama “silencioso”: actúa de forma más discreta, pero puede provocar irritación crónica y dañar los tejidos de la garganta y las cuerdas vocales.
Los expertos lo relacionan con una disfunción del esfínter esofágico superior, que debería evitar que el contenido gástrico suba. Cuando este mecanismo falla, pequeñas cantidades de ácido o enzimas digestivas llegan a la garganta y provocan inflamación persistente.
Síntomas del reflujo silencioso
El reflujo silencioso puede confundirse fácilmente con otras afecciones respiratorias o alérgicas, ya que los síntomas aparecen fuera del esófago. Entre los más habituales se encuentran:
- Ardor en la garganta o sensación de quemazón que empeora al tragar o hablar.
- Carraspera constante sin causa aparente.
- Ronquera o pérdida parcial de la voz, sobre todo por las mañanas.
- Sensación de cuerpo extraño o “nudo” en la garganta.
- Tos crónica seca que no mejora con antitusivos.
- Goteo nasal posterior o necesidad de aclarar la garganta con frecuencia.
- En algunos casos, dolor leve en el pecho o detrás del esternón que puede confundirse con ansiedad o tensión muscular.
En bebés, los síntomas del reflujo en bebés son distintos: llanto frecuente, irritabilidad, rechazo al alimento o vómitos leves después de las tomas. En la mayoría de los casos se trata de un trastorno madurativo del esfínter esofágico que mejora con el crecimiento, pero conviene que el pediatra lo valore para descartar complicaciones.
Por qué se produce el reflujo silencioso
El reflujo silencioso tiene causas multifactoriales, aunque las más frecuentes incluyen:
- Alteración del esfínter esofágico superior, que no cierra correctamente.
- Hernia de hiato, que facilita el ascenso del contenido gástrico.
- Sobrepeso u obesidad, por el aumento de la presión intraabdominal.
- Tabaquismo y alcohol, que debilitan el tono muscular del esfínter.
- Alimentación irritante, con exceso de café, chocolate, comidas picantes o fritas.
- Estrés y ansiedad, que pueden alterar la motilidad digestiva.
- En algunos casos, el reflujo gástrico con síntomas en garganta puede ser consecuencia de tratamientos con antiinflamatorios o relajantes musculares.
Diagnóstico: cómo saber si hay reflujo laringofaríngeo
El diagnóstico suele realizarlo un otorrinolaringólogo o gastroenterólogo. Tras una entrevista detallada sobre los síntomas, el especialista puede recurrir a:
- Laringoscopia, para visualizar la inflamación de las cuerdas vocales o el tejido faríngeo.
- PH-metría de 24 horas, que mide la acidez en el esófago y la garganta.
- Pruebas de imagen o endoscopia digestiva alta, para descartar lesiones del esófago o hernia de hiato.
En muchos casos, el diagnóstico es clínico y se confirma con la mejoría tras el tratamiento.
Tratamiento del reflujo silencioso
El reflujo laringofaríngeo se cura o mejora con una combinación de tratamiento médico y cambios en el estilo de vida. Las medidas más efectivas incluyen:
Tratamiento médico
- Inhibidores de la bomba de protones (IBP) como el omeprazol o el esomeprazol, que reducen la producción de ácido.
- Antiácidos o alginatos para aliviar el ardor en la garganta y proteger la mucosa.
- Procinéticos, que ayudan a vaciar más rápido el estómago y evitan el ascenso del ácido.
En bebés, el tratamiento se enfoca en medidas posturales y ajustes en la alimentación antes de recurrir a medicamentos.
Cambios en la alimentación y estilo de vida
La modificación de hábitos es clave para prevenir recaídas:
- Evitar comer en exceso o justo antes de dormir.
- No acostarse hasta pasadas 2 o 3 horas después de cenar.
- Elevar el cabecero de la cama unos 15 a 20 cm.
- Reducir alimentos irritantes: café, chocolate, alcohol, cítricos, menta, tomate y comidas grasientas.
- Mantener un peso adecuado.
- Dejar de fumar.
- Controlar el estrés y practicar técnicas de relajación.
Estas medidas suelen ofrecer mejoría notable en pocas semanas. En casos resistentes, el médico puede recomendar una funduplicatura, cirugía destinada a reforzar el esfínter esofágico.
Reflujo silencioso y ansiedad
Muchos pacientes relacionan el dolor en el pecho o la presión en la garganta con episodios de ansiedad. Aunque la ansiedad puede agravar el reflujo, también es cierto que el malestar digestivo sostenido puede aumentar la tensión emocional.
Por eso, los especialistas recomiendan abordar ambos aspectos: tratar el reflujo con medidas médicas y mejorar la gestión del estrés mediante apoyo psicológico o técnicas de respiración.
Reflujo silencioso en bebés: cuándo preocuparse
El reflujo en bebés es habitual en los primeros meses de vida debido a la inmadurez del sistema digestivo. Sin embargo, si el niño presenta pérdida de peso, llanto persistente, tos nocturna o apnea, se debe consultar al pediatra.
En la mayoría de los casos, el reflujo infantil desaparece entre los 12 y 18 meses, sin dejar secuelas.
¿Se cura el reflujo laringofaríngeo?
Sí, se cura o se controla eficazmente con el tratamiento adecuado. La duración del tratamiento depende de la gravedad y la respuesta individual, pero suele mantenerse durante 6 a 12 semanas.
En personas con predisposición, puede ser necesario mantener medidas preventivas a largo plazo para evitar recurrencias.
Cuándo acudir al médico
Se debe consultar al especialista cuando los síntomas persisten más de dos semanas o cuando aparecen signos de alarma como:
- Dificultad para tragar o dolor al tragar.
- Ronquera persistente.
- Tos o ardor nocturno que interrumpe el sueño.
- Pérdida de peso sin causa aparente.
El diagnóstico precoz evita daños en la mucosa laríngea y reduce el riesgo de complicaciones como úlceras o laringitis crónica.
El reflujo silencioso es más frecuente de lo que parece y, aunque sus síntomas son discretos, puede alterar significativamente la calidad de vida. Con un diagnóstico adecuado y la orientación de un especialista en gastroenterología u otorrinolaringología, es posible controlar la acidez, recuperar la voz y proteger la garganta.
Equipo Médico de SaludOnNet
Fuente de esta noticia: https://www.saludonnet.com/blog/reflujo-silencioso-sintomas-causas-y-como-tratarlo/
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