

Senador de Colombia, Wilson Arias
Un verdadero terremoto político sacudió el Congreso colombiano luego de que el senador Wilson Arias hiciera públicas graves acusaciones sobre lo que calificó como “una estructura de poder económico y mediático” que estaría detrás de la oposición a la reforma a la salud. Según el legislador, la organización Así Vamos en Salud, que se presenta ante la opinión pública como un observatorio técnico e independiente, sería en realidad la fachada de las principales EPS y multinacionales del sector farmacéutico interesadas en mantener intacto un negocio que mueve miles de millones de pesos al año.
Arias, reconocido por su tono frontal, aseguró en un video difundido en sus redes sociales que “los que están detrás de la ponencia alternativa que se opone a la reforma son unas joyitas”. A renglón seguido, prometió desenmascarar a Así Vamos en Salud, señalando que detrás de su aparente neutralidad se esconden actores con claros intereses económicos. “Entre sus aliados figuran la EPS Sura, el grupo Keralty, propietario de Sanitas; la EPS Compensar; y la multinacional Johnson & Johnson, entre otros”, afirmó.
Las acusaciones del congresista van más allá de una simple confrontación política. Arias sostiene que varias de esas entidades han protagonizado escándalos financieros recientes: “Sura y Compensar cobraron más de 1,1 billones de pesos por procedimientos a personas fallecidas. Keralty, por su parte, financió con millones de pesos al Centro Democrático en 2022. Y Johnson & Johnson fue condenada en Estados Unidos por su responsabilidad en la crisis de los opioides, pagando más de 5.000 millones de dólares en multas”.
El senador también apuntó directamente al liderazgo de la organización, señalando al exministro Augusto Galán Sarmiento como pieza clave. “El director de esta supuesta entidad técnica fue miembro de la junta directiva de Sura, la misma que cobró por fallecidos, y además representó a la firma que auditó a Café Salud sin advertir la corrupción que allí se gestaba”, expresó Arias, quien calificó de “hipócrita” la postura del grupo frente a la reforma. “Se autodenominan neutrales, pero son parte de las entrañas de un sistema que se ha beneficiado de la enfermedad ajena”, sentenció.
El legislador sostiene que la resistencia al proyecto de reforma no se origina en un debate técnico ni en argumentos de eficiencia, sino en el temor de los grandes grupos empresariales de perder el control de los recursos públicos destinados a la salud. Sus denuncias se suman a otras investigaciones que han revelado irregularidades en el sistema, como la inclusión de más de 23.000 personas fallecidas en la Base de Datos Única de Afiliados, con lo que se habrían realizado pagos por cerca de 80.000 millones de pesos.
He radicado tutela en contra del Presidente de la Comisión VII del Senado de la República por la violación del derecho fundamental al debido proceso y seguir aplazando el debate de la Reforma a la Salud. pic.twitter.com/mZw08u4j1P
— Wilson Arias (@wilsonariasc) November 12, 2025
Ante la gravedad de los señalamientos, Así Vamos en Salud respondió con un comunicado en el que defendió su independencia y transparencia. “Nuestro trabajo se basa exclusivamente en información pública y oficial. No representamos intereses políticos ni particulares y nunca hemos participado en la redacción de proyectos o ponencias legislativas”, afirmó la organización, intentando desmarcarse de las acusaciones.
Sin embargo, la denuncia de Arias ha generado un fuerte impacto en el ambiente legislativo y en la opinión pública, reavivando el debate sobre quiénes se benefician realmente del actual modelo de salud. La discusión se traslada ahora al corazón del Congreso, donde la comisión encargada de estudiar la reforma enfrenta el reto de demostrar si sus decisiones responden al bienestar ciudadano o a las presiones de los intereses privados.
Este episodio ilustra con crudeza el pulso político que atraviesa la reforma al sistema de salud: de un lado, las fuerzas que buscan mantener el statu quo y los privilegios de las EPS; del otro, quienes insisten en transformar un modelo que, según sus críticos, ha convertido el derecho a la salud en una fuente inagotable de lucro. Lo que está en juego no es solo una ley, sino el futuro del sistema sanitario y la credibilidad de las instituciones que deberían velar por el bien común.
carloscastaneda@prensamercosur.org
