

El universo vuelve a darnos tema: un nuevo cometa llamado C/2025 V1 (Borisov) se ha convertido en protagonista de la semana. Descubierto el 2 de noviembre por el astrónomo aficionado Gennadiy Borisov (sí, el mismo que halló el segundo objeto interestelar en 2019), este cuerpo helado alcanza hoy, 11 de noviembre, su punto más cercano a la Tierra: unos 103 millones de kilómetros. Lo curioso es que su aparición generó confusión mundial al ser relacionado erróneamente con el cometa interestelar 3I/ATLAS, que también atraviesa el sistema solar este año.
¿Por qué algunos creyeron que era otro visitante de las estrellas?
La confusión se debe a que C/2025 V1 tiene una órbita muy parecida a la de un cometa interestelar, con una excentricidad de 1.0095, casi al límite de escapar de la gravedad del Sol. Además, su trayectoria es tan recta y su brillo tan débil (magnitud 13.8) que parece venir de fuera del sistema solar. Y para añadir misterio, carece de una cola visible, algo poco común en estos cuerpos cuando se acercan al Sol.

El astrofísico Avi Loeb lo calificó como un objeto “casi interestelar”, aunque aclaró que no hay indicios de que provenga de otra estrella. Sin embargo, esa frase bastó para que en redes se desatara la fiebre cósmica: teorías sobre “sondas alienígenas”, comparaciones con 3I/ATLAS y un sinfín de memes sobre “motherships” espaciales. Nada de eso es cierto, pero demuestra cómo la ciencia puede volverse viral cuando combina datos raros y un poco de misterio.
Lo que realmente sabemos del cometa C/2025 V1
Según los cálculos del Jet Propulsion Laboratory (NASA), C/2025 V1 pasará hoy a 0.69 unidades astronómicas de la Tierra y alcanzará su perihelio el 16 de noviembre. Su órbita está inclinada 113 grados respecto al plano del sistema solar, lo que lo hace aún más peculiar. Todo indica que proviene de la nube de Oort, una región lejana donde se originan la mayoría de los cometas.

A pesar de su nombre mediático, este objeto no representa ningún peligro. Los astrónomos lo observan para entender cómo evolucionan los cometas “fríos” del borde solar. Para quienes disfrutan mirar el cielo, puede rastrearse desde plataformas, donde se muestra su posición actual en la constelación de Virgo, visible antes del amanecer.
3I/ATLAS y C/2025 V1: dos historias distintas, un mismo asombro
3I/ATLAS, detectado en julio de 2025, es el tercer objeto interestelar confirmado en la historia, después de ‘Oumuamua (2017) y el primer Cometa Borisov (2019). Su paso por el sistema solar ha sido todo menos normal: aumentó de brillo de forma repentina y mostró un color verdoso al acercarse al Sol, lo que generó fascinación y debates.

Por coincidencia, C/2025 V1 fue descubierto justo cuando 3I/ATLAS estaba oculto tras el Sol, lo que alimentó los rumores de conexión entre ambos. Pero las mediciones orbitales demuestran que nunca estuvieron cerca: su distancia mínima fue de 225 millones de kilómetros. En resumen, solo comparten apellido y una gran capacidad de despertar curiosidad.
¿Qué podemos aprender (y sentir) con este tipo de hallazgos?
Más allá de los números, este cometa recuerda algo esencial: todavía hay espacio para el asombro en la era digital. Fue descubierto por un aficionado, no por un gran observatorio automatizado, y eso simboliza la persistencia de la curiosidad humana. Mientras los telescopios profesionales analizan su composición, miles de personas siguen su paso online, como si fuera una serie cósmica en tiempo real.
BREAKING: C/2025 V1 Borisov appears to have VANISHED mysteriously..
Images taken November 7 show it as a very faint ghost like object without a core.
Where did this thing go.. This is wild!#3IATLAS #3IAtlasExposed #ufox #space pic.twitter.com/GjkGhsztzj
— 3I/ATLAS WHISTLE BLOWER (@3IATLASEXPOSED) November 9, 2025
Estos descubrimientos conectan ciencia y emoción. Nos hacen pensar en todo lo que aún desconocemos y en cómo cada pequeño fragmento de hielo que viaja por el espacio puede cambiar nuestra visión del universo. C/2025 V1 no viene de otra galaxia, pero su historia sí nos recuerda que seguimos buscando respuestas allá afuera.

El cometa C/2025 V1 no amenaza a nadie, pero sí nos obliga a mirar hacia arriba, a salir un momento del scroll infinito y pensar en lo vasto que es el cosmos. Mientras pasa silencioso a millones de kilómetros, nos deja una lección sencilla: el universo sigue lleno de misterios y, a veces, solo necesitamos una chispa de curiosidad para sentirnos parte de él. ¿Y si el próximo visitante realmente viniera de las estrellas?
Carolina Gutiérrez Argüelles
Fuente de esta noticia: https://ecoosfera.com/cosmos/cometa-c-2025-v1-se-aproxima-hoy-tierra/
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