

Un nuevo recurso académico de acceso abierto, Itiner-e, pone a disposición del público el mapa digital de carreteras más detallado del Imperio romano. La base de datos, elaborada por un equipo internacional, alcanza los 299.171 kilómetros de calzadas y ofrece una visión de conjunto inédita del sistema viario que sostuvo la movilidad, la economía y la administración romanas.
El conjunto de datos reconstruye la red en su máximo apogeo, en torno al 150 d. C., cuando el Imperio sumaba aproximadamente 55 millones de habitantes y se extendía desde Britania hasta Egipto y Siria. La publicación coincide con su salida en la revista Scientific Data (Nature Portfolio) y con la apertura del mapa interactivo para consulta en línea.
Qué es Itiner-e y por qué importa

Itiner-e casi duplica la cobertura de recursos previos (de 188.555 a 299.171 km) al integrar regiones antes poco documentadas y al ajustar los trazados a la realidad del terreno, en lugar de recurrir a líneas rectas simplificadas. El resultado es una cartografía de alta resolución que facilita análisis comparativos a escala imperial.
El proyecto está liderado por Pau de Soto y Adam Pažout (Universitat Autònoma de Barcelona) junto a Tom Brughmans (Universidad de Aarhus), y se concibe como un recurso abierto, gratuito y actualizable. Cada investigador puede incorporar nuevos datos manteniendo su autoría, lo que refuerza el carácter colaborativo y su utilidad a largo plazo.
En el ámbito peninsular, el dataset añade tramos y mejora la precisión en España y Portugal, con especial atención a ejes clásicos como la Via Augusta o la Vía de la Plata. Este detalle permitirá explorar con más rigor cómo las calzadas condicionaron rutas comerciales, itinerarios militares y movilidad regional en Europa occidental.
Más allá de la logística, la red viaria articuló el intercambio de ideas y creencias y contribuyó a la propagación de enfermedades históricas. La resolución del mapa abre la puerta a estudios computacionales sobre conectividad, costes de transporte y control administrativo en el mundo antiguo.
Cómo se construyó el mapa

El equipo ha identificado sistemáticamente vías a partir de informes arqueológicos y fuentes históricas de referencia como el Itinerario de Antonino y la Tabula Peutingeriana, además de miliarios y síntesis regionales. Esta base documental sustenta la localización de los trazados en el terreno.
Tras la identificación, las rutas se georreferenciaron con mapas topográficos modernos e históricos, imágenes por satélite y otros datos de teledetección, y se digitalizaron manualmente en GIS. Así, los caminos cruzan montañas por pasos sinuosos y siguen corredores naturales, un enfoque que incrementa la fidelidad espacial respecto a soluciones anteriores.
Itiner-e es interdisciplinar y cooperativo por diseño: integra contribuciones de especialistas de múltiples países y disciplinas, y permite añadir o corregir información con trazabilidad. El repositorio ofrece acceso libre y mantiene identificadores únicos por tramo para facilitar su reutilización en investigación.
En total, la red se organiza en 14.769 segmentos y distingue entre 103.478 km de vías principales (34,6%) y 195.693 km de secundarias (65,4%). Esta clasificación ayuda a analizar el esqueleto imperial frente a la malla de movilidad local y regional.
Cifras clave, nivel de certeza y alcance regional

El equipo explicita el grado de seguridad para cada tramo: aproximadamente un 2,7% de la red presenta ubicación bien documentada; cerca de un 89,8% cuenta con evidencias suficientes aunque menos precisas; y en torno a un 7,4% responde a hipótesis en contextos con menor documentación.
La calidad varía por regiones, combinando representatividad y fiabilidad de fuentes. La Península Ibérica, el sur de Francia y el Levante mediterráneo muestran niveles por encima de la media, mientras que áreas del Danubio medio o zonas interiores de Anatolia requieren mayor investigación para afinar trazados.
En España, la mejora en la resolución permite seguir itinerarios que vencen cordilleras con curvas realistas, detectar bifurcaciones y relacionar calzadas con núcleos urbanos y yacimientos próximos. Este enfoque aporta un contexto más sólido a debates sobre continuidad viaria y paisaje histórico.
Las aplicaciones son numerosas: desde modelos de conectividad y costes hasta estudios sobre expansión militar, comercio, demografía y transmisión de enfermedades. El repositorio, accesible en itiner-e.org, facilita cruzar datos con lugares antiguos y otras bases para investigación reproducible.
Entre los siguientes pasos, el consorcio trabaja para incorporar rutas marítimas y fluviales y anotar cronologías, con el fin de observar cómo la red cambia por periodos. Además de la publicación en Scientific Data, puede consultarse el DOI del estudio (10.1038/s41597-025-06140-z) y un vídeo que ilustra la diversidad de las calzadas, desde vías pavimentadas a pistas de desierto.
Con una cartografía que cuadruplica el detalle de muchos recursos previos y un enfoque explícito sobre la incertidumbre, Itiner-e se consolida como herramienta de referencia para estudiar la movilidad antigua en Europa y el Mediterráneo; un punto de partida robusto para nuevas preguntas que, con datos abiertos y colaborativos, permitirán afinar cómo se construyó, se usó y evolucionó la red que vertebró el Imperio.
Postposmo
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/el-mapa-digital-mas-detallado-de-las-carreteras-romanas-ya-es-publico/
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