

La imagen de un lince ibérico blanco en los montes de Jaén ha sacudido a la comunidad conservacionista. El animal, fotografiado por el aficionado a la naturaleza Ángel Hidalgo, muestra un pelaje inusualmente claro y un patrón de manchas oscuras visible, algo que no encaja con los casos clásicos de albinismo o leucismo.
El avistamiento llega en un momento clave para la especie: la UICN la ha reclasificado como vulnerable y el último censo oficial de 2024 sitúa la población en 2.401 ejemplares (1.557 adultos y subadultos y 844 cachorros), con 470 hembras reproductoras, tras un incremento interanual del 18,8%.
Un avistamiento singular en la sierra de Jaén
El felino fue detectado tras semanas de búsqueda en una zona de monte mediterráneo, previamente reconocida con cámaras de fototrampeo. El propio Hidalgo relata que apenas tuvo unos segundos para grabarlo, después de observar a lo lejos una silueta clara entre la vegetación, un encuentro tan breve como inesperado.
Para proteger al animal y su entorno, la ubicación precisa no se ha hecho pública. Las autoridades ambientales y el programa de recuperación del lince en Andalucía insisten en minimizar molestias, dado que la especie sigue sometida a riesgos como la perturbación humana y el furtivismo.
Quién es Satureja y qué sabemos de su biología
La hembra está identificada como Satureja por el programa andaluz de conservación. Nació en 2021 con coloración habitual y, con el tiempo, su pelaje se volvió predominantemente blanco, manteniendo las motas negras características. Según los responsables del plan, el cambio no ha alterado su conducta: se alimenta con normalidad y ha criado varias camadas.
Este detalle resulta clave porque indica que la transformación afecta a la melanina asociada a los tonos pardos y anaranjados, pero no a la que determina las manchas negras. Se trabaja con la hipótesis de un factor ambiental (aún por identificar) que habría desencadenado la despigmentación.
Lo que descartan los expertos y las hipótesis abiertas
Las autoridades y técnicos implicados en el seguimiento del lince ibérico han sido claros: no se trata de albinismo ni de leucismo. La presencia de manchas oscuras y la ausencia de alteraciones en los ojos no encajan con estos diagnósticos.
Se barajan escenarios que incluyen agentes externos presentes en el entorno o mecanismos fisiológicos que podrían explicar la pérdida de pigmento. En Andalucía se documentó otro caso en una hembra que volvió a recuperar su color original tras un tiempo, lo que sugiere que, en algunos individuos, el proceso podría ser reversible.
Captura para muestras y seguimiento científico
Con el fin de aclarar el origen de la coloración, los equipos del proyecto transnacional Life LynxConnect y los agentes ambientales valoran una captura puntual del animal para extraer muestras biológicas (pelo, sangre o heces) bajo protocolo veterinario. El objetivo es estudiar vías metabólicas de la pigmentación y descartar patologías.
La coordinación entre administraciones y proyectos de conservación es esencial para no comprometer el bienestar del ejemplar. Por ahora, solo se tiene constancia de un lince blanco en libertad en la Península, el observado en Jaén, y su evolución se monitoriza de forma estrecha.
Contexto: la recuperación del lince ibérico en la Península
Tras tocar fondo a comienzos de siglo, las poblaciones de Lynx pardinus se han recuperado gracias a la reintroducción, la mejora del hábitat y el refuerzo del conejo silvestre, su presa principal. El último censo cifra en 2.401 los individuos en 2024 y la UICN ha revisado su estatus a vulnerable.
El número de hembras reproductoras asciende a 470, un avance significativo hacia las cifras necesarias para consolidar un estado de conservación favorable. Aun así, persisten amenazas como las enfermedades del conejo, la mortalidad por atropellos y la caza ilegal.
Lo que queda por responder
La prioridad científica pasa por identificar la causa de la despigmentación, determinar si puede revertir y evaluar si hay otros individuos susceptibles. Un diagnóstico preciso permitirá anticipar medidas, ya sea frente a factores ambientales concretos o para ajustar el seguimiento veterinario de la especie.
Mientras se completa la investigación, la protección del entorno y la prudencia en la difusión de datos sensibles siguen siendo vitales para evitar molestias, garantizar el bienestar del animal y no comprometer el éxito de un programa de conservación que ha devuelto al lince ibérico a una senda de recuperación.
El hallazgo en Jaén, excepcional por su rareza y por lo que puede revelar sobre la biología del lince ibérico, subraya el valor del seguimiento constante y de la colaboración entre administraciones, proyectos europeos y ciudadanía para consolidar la recuperación de una especie emblemática.
Postposmo
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/el-lince-iberico-blanco-de-jaen-claves-de-un-hallazgo-excepcional/
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