
Noviembre llega como ese momento de pausa antes del cierre del año, cuando el frío se mezcla con la introspección y todos empezamos a pensar en lo que queremos soltar y lo que deseamos atraer. En medio de ese ambiente de reflexión, quemar hojas de laurel se ha convertido en una tendencia espiritual (y viral). Pero más allá de la moda, este antiguo ritual tiene raíces históricas y hasta un toque de ciencia detrás que lo hacen mucho más interesante de lo que parece.
El poder simbólico del laurel y su energía
El laurel no es una planta cualquiera: desde la antigua Grecia representaba victoria, sabiduría y protección. Los ganadores de competencias y poetas eran coronados con sus hojas porque se creía que conectaban con la energía divina. Hoy, quemarlo se interpreta como una forma de cerrar ciclos, limpiar energías negativas y atraer prosperidad, sobre todo en momentos de cambio como noviembre.

Expertos en bienestar, como Corina Mendoza (Architectural Digest México), explican que el humo del laurel tiene propiedades purificadoras que ayudan a liberar emociones densas. Y no es solo misticismo: estudios de aromaterapia han demostrado que su aroma reduce el estrés gracias a compuestos como el eugenol, que relaja el sistema nervioso. Así que cuando alguien dice que se siente más tranquilo después de hacerlo, probablemente no sea solo sugestión.
Fechas clave para quemar laurel en noviembre
No todos los días tienen la misma energía, hay fechas donde el ritual del laurel se potencia. El 3 de noviembre sirve para limpiar emociones y atraer protección; el 5 (Luna llena) es ideal para manifestar abundancia; el 12 (Luna menguante) ayuda a soltar lo negativo; el 16 favorece la prosperidad; el 20 (Luna nueva) marca nuevos comienzos; el 21 impulsa reconciliaciones; y el 28 (Luna creciente) potencia el crecimiento y el amor propio.

Entre todas, destaca el 11 de noviembre (11/11), considerado un portal energético en numerología. Los números 1111 representan conexión espiritual y manifestación. Por eso, muchos aprovechan ese día para escribir deseos en las hojas de laurel y quemarlas como símbolo de transformación y renacimiento.
¿Cómo hacer el ritual sin perder el sentido?
La clave del ritual está en la intención. No basta con encender una hoja y esperar milagros: se trata de enfocar la energía. Usa un recipiente resistente al fuego, coloca tres hojas secas de laurel y préndelas con cerillos. Mientras el humo se eleva, di en voz alta tus afirmaciones o deseos: “Dejo ir lo que no me sirve”, “La abundancia fluye en mi vida”, “Estoy preparado para nuevos comienzos”.

Deja que el humo recorra el espacio (ventanas abiertas, por favor) y agradece al final. Algunos escriben sus metas en las hojas antes de quemarlas: ver cómo se transforman en humo es un recordatorio visual de que todo cambio empieza al soltar. Más allá de la creencia espiritual, esta práctica puede tener un efecto psicológico real, ayudando a enfocar la mente y liberar tensión.
La mezcla entre ciencia, energía y cosmos
El fuego del laurel no solo tiene un sentido espiritual; también guarda una relación directa con la ciencia y los ciclos naturales. Cuando el laurel arde, libera compuestos aromáticos como el cineol y el eugenol, sustancias con efectos relajantes que influyen en el sistema nervioso y reducen la tensión emocional. Esta conexión entre la química vegetal y la serenidad mental explica por qué muchas culturas usaron el humo del laurel como símbolo de purificación y equilibrio.

Desde una mirada más amplia, quemar laurel en noviembre coincide con un momento cósmico de transformación. Es el cierre del ciclo solar otoñal, cuando la Tierra se prepara para el descanso invernal y la energía colectiva se vuelve introspectiva. Los astrónomos y biólogos coinciden en que los cambios estacionales afectan nuestro ritmo circadiano y nuestro estado de ánimo; por eso, rituales como este ayudan a reconectarnos con los ritmos naturales del planeta y a sincronizar mente, cuerpo y entorno.

Quemar laurel en noviembre es un recordatorio de que incluso los gestos más simples pueden tener un efecto poderoso si los haces con intención. En un mundo donde todo se mueve a velocidad de scroll, tomarte unos minutos para encender una hoja, respirar su aroma y soltar lo que pesa puede ser el mejor ritual de autocuidado. Tal vez no cambie el universo, pero sí puede cambiar la forma en que lo habitas. ¿Y si este noviembre dejas que el humo del laurel te guíe hacia lo nuevo?
Carolina Gutiérrez Argüelles
Fuente de esta noticia: https://ecoosfera.com/cosmos/dias-quemar-laurel-noviembre-buena-energia/
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