

El Gobierno prohibió por seis años la salida del cangrejo rojo. Detrás de la medida hay razones biológicas, económicas y culturales que revelan la magnitud del consumo interno.
Su nombre científico es Ucides occidentalis. En Ecuador, esta especie no solo habita en los manglares del Golfo de Guayaquil; también existen poblaciones del apetecido —y hoy prohibido de exportar— cangrejo rojo en Esmeraldas. Según la bióloga Fedra Solano, del Instituto Público de Investigación de Acuicultura y Pesca (Ipiap), en esa provincia el consumo no es tan intenso como en las localidades costeras del sur del país. En el norte, explica, predomina más bien el gusto por el cangrejo azul (Cardisoma crassum).
En ciudades como Guayaquil, Samborondón, Daule, Durán o Machala, comer cangrejo es una tradición convertida en ritual. Si se lo prepara en casa, la experiencia puede tomar horas: desde la compra hasta la cocción, el plato se acompaña con cerveza, ensalada, maduro, cocolón o arroz, en medio de una reunión familiar o entre amigos.
En los restaurantes, el comensal paga más para evitar la preparación, pero el ritual se mantiene. El mazo y la tabla son infaltables, y el deleite puede extenderse por horas. Además, la oferta gastronómica se amplía con carapachos rellenos, arroz con cangrejo, ensaladas o el popular «chopsué».
De acuerdo con Solano, el fenómeno del consumo de cangrejo rojo en Ecuador es único, no por las características del crustáceo —presente también en países de Centroamérica o Perú—, sino por su preparación y la fuerte carga cultural que lo rodea.
Sobreexplotación de cangrejo rojo y concha prieta
Desde el 28 de octubre rige en Ecuador una disposición que impacta directamente a los consumidores de cangrejo rojo en el extranjero. El Gobierno Nacional prohibió la exportación de esta especie, en cualquiera de sus presentaciones, por un periodo de seis años.
El Ejecutivo dispuso al Ipiap, al Viceministerio de Acuacultura y Pesca, y al Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae) reforzar los controles para impedir que el crustáceo salga del país por vía aérea, marítima o terrestre.
Solano explicó que la institución ha investigado la reproducción y el desarrollo del cangrejo rojo desde el año 2000. Reitera que existe una sobreexplotación del recurso, la cual puede reducirse si se evita su comercialización internacional.
De acuerdo con cifras del Banco Central del Ecuador (BCE), en 2024 se exportaron 43,4 toneladas de cangrejo rojo, por un valor superior a USD 626 000. Hasta agosto de 2025, las exportaciones ya sumaban 31,2 toneladas, equivalentes a cerca de USD 283 000.
El Ipiap ha contabilizado 4 125 cangrejeros en la zona del Golfo de Guayaquil, donde se incluye a Naranjal, Balao, el Puerto Principal, entre otras. Sin embargo, reconoce que la cifra de cangrejeros puede alcanzar los 6 000. Muchos de ellos no respetan las dos vedas aplicadas en el año para proteger la especie. De hecho, en un intento por frenar la sobreexplotación, el Ipiap ha sugerido que se amplíe el período de veda.
La presión sobre los ecosistemas costeros ecuatorianos no se limita al cangrejo rojo. El Ipiap advierte también una sobrecaptura de la concha prieta —que incluye a las especies Anadara tuberculosa y Anadara similis—, cuya talla mínima permitida es de 4,5 centímetros. Sin embargo, esta norma tampoco siempre se cumple.
Para los especialistas, tanto el cangrejo rojo como la concha prieta enfrentan un desafío: su sostenibilidad depende no solo de las restricciones gubernamentales, sino también del compromiso de los propios extractores y consumidores por preservar estas especies que dan vida a dos de los sabores más emblemáticos de la costa ecuatoriana.
ecuavisa.com
