

El panorama político en Bolivia ha dado un giro significativo tras la victoria de Rodrigo Paz Pereira en la segunda vuelta electoral, derrotando al candidato Jorge Tuto Quiroga. Este resultado marca el fin de una era de 20 años de predominio de la izquierda en el país, periodo durante el cual Bolivia experimentó importantes ingresos económicos, pero sin lograr consolidar un modelo de desarrollo sostenible. Ahora, el país enfrenta una profunda crisis económica, social y política que exige medidas urgentes.
A pocos días de asumir la presidencia, Rodrigo Paz ya ha comenzado a delinear su plan para reconstruir Bolivia. Entre las prioridades se encuentra la implementación de nuevas políticas económicas y sociales que permitan superar la crisis actual. En este contexto, el fantasma de la inflación preocupa a los bolivianos, mientras que el poder adquisitivo del salario básico, fijado en 2300 bolivianos, parece insuficiente frente al aumento del costo de la canasta alimentaria.
Uno de los principales retos para el nuevo gobierno será lograr la aprobación de leyes en un Congreso donde se requiere una mayoría de dos tercios. Sin embargo, Jorge Tuto Quiroga ha anunciado su disposición a facilitar la gobernabilidad para que se puedan implementar medidas que impulsen la recuperación económica a corto plazo. Este gesto podría ser clave para avanzar en las reformas necesarias.
En una reciente reunión con empresarios del departamento de Santa Cruz, Rodrigo Paz enfatizó su intención de «abrir Bolivia al mundo». Santa Cruz, responsable del 70% de la producción alimentaria del país, es considerada la locomotora económica de Bolivia. El fortalecimiento de este sector será crucial para reactivar la economía nacional y generar empleo.
El próximo gobierno también ha anunciado cambios significativos en política exterior. Para la toma de posesión el 8 de noviembre, no serán invitados los gobiernos de Venezuela, Nicaragua ni Cuba. Además, se ha confirmado el retiro de Bolivia del mercado del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), marcando un distanciamiento con estos países.
En cuanto a seguridad, se permitirá la libre importación de combustibles como gasolina y diésel, y se evalúa el posible regreso de la DEA (Agencia Antidrogas de Estados Unidos), expulsada durante el gobierno de Evo Morales. Estas medidas buscan reforzar la lucha contra el narcotráfico y garantizar el abastecimiento energético en el país.
La actividad política en Bolivia no cesará tras la asunción presidencial. En los próximos días, el Tribunal Electoral convocará a elecciones subnacionales para elegir a gobernadores de los nueve departamentos, alcaldes de los 336 municipios, concejales y asambleístas. Este proceso electoral promete mantener activa la dinámica política en el país.
Bolivia enfrenta un momento crucial en su historia. Con un nuevo liderazgo al mando, los desafíos son enormes, pero también lo es la oportunidad de construir un país más fuerte, inclusivo y próspero. Rodrigo Paz Pereira tiene ante sí la tarea titánica de superar las divisiones políticas y liderar un proceso de transformación que permita a Bolivia recuperar su estabilidad y avanzar hacia un futuro mejor.
Mario Chichi Ampuero
Villa Montes, Tarija, Bolivia
Prensa Mercosur
