
El huracán Melissa alcanzó categoría 5 con vientos sostenidos de 260 km/h y rachas de más de 280 km/h, convirtiéndose en la tormenta más poderosa de 2025 y posible “tormenta del siglo” para Jamaica y Cuba. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) alerta sobre inundaciones catastróficas, marejadas ciclónicas y vientos destructivos que ya han dejado más de 50 000 personas sin electricidad. Detrás de su poder hay una tendencia inquietante: los huracanes categoría 5 son cada vez más comunes y su intensificación es más rápida que nunca, impulsada por un océano recalentado.

El huracán Melissa: la “tormenta del siglo” del Caribe
Melissa no solo destaca por su fuerza, sino también por su velocidad de intensificación: pasó de tormenta tropical a huracán mayor en menos de 24 horas. Ahora avanza lentamente sobre el Caribe, un factor que agrava los daños por lluvias prolongadas y vientos sostenidos.

La OMM advierte que los habitantes de Jamaica, Haití, República Dominicana y Cuba deben esperar olas ciclónicas e inundaciones severas, con riesgo para millones. La ONU estima que 1.6 millones de niñas y niños están en peligro. Este escenario muestra cómo la crisis climática amplifica los desastres naturales, afectando primero a los territorios más vulnerables.
¿Por qué los ciclones están evolucionando tan rápido?
El fenómeno se llama “intensificación rápida”: cuando los vientos máximos aumentan más de 56 km/h en solo 24 horas. Así evolucionó Melissa, impulsada por aguas 1.4 °C más cálidas que el promedio. Según Climate Central, esta anomalía (improbable sin influencia humana) multiplica 700 veces la probabilidad de un huracán tan potente.

El océano actúa como combustible: mientras más calor acumula, más energía disponible hay para que una tormenta crezca. En paralelo, una atmósfera más húmeda y densa retiene ese calor, generando lluvias extremas y vientos explosivos. Lo que antes tardaba días, ahora sucede en cuestión de horas.
La escala Saffir-Simpson se queda corta ante las supertormentas
Desde los años 70, la escala Saffir-Simpson clasifica los huracanes del 1 al 5 según su velocidad de viento. Pero hoy, los expertos advierten que esta escala ya no refleja la magnitud real del peligro. Científicos como Michael Wehner y James Kossin proponen una “categoría 6” para tormentas con vientos superiores a 309 km/h (192 mph), una velocidad que “supera a la mayoría de los Ferraris”. En la última década, al menos cinco huracanes habrían alcanzado ese nivel, entre ellos Patricia (2015) y Haiyan (2013). Melissa entra en esa conversación: es un recordatorio de que el límite físico y climático ya fue sobrepasado.

De Otis a Melissa: un patrón que se repite
En 2023, el huracán Otis sorprendió a México al pasar de tormenta tropical a categoría 5 en menos de 12 horas antes de tocar tierra en Acapulco. Un año después, Milton (2024) repitió el patrón en el Golfo de México. Ahora, Melissa (2025) se suma como el tercer categoría 5 del Atlántico en una sola temporada.

Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), aunque el número de huracanes anuales no ha aumentado significativamente, su intensidad sí lo ha hecho. Los ciclones actuales son más lentos, más lluviosos y más destructivos, porque el océano está absorbiendo el 90% del calor adicional del planeta.
Un Caribe en riesgo: impacto humano y desigualdad
El paso de Melissa expone la fragilidad del Caribe ante eventos extremos. En Jamaica, Cuba y Haití, la infraestructura débil, la pobreza y la falta de planeación urbana agravan los daños. Las comunidades costeras enfrentan marejadas que superan los 5 metros, cortes prolongados de energía y escasez de agua potable.

Estudios recientes también muestran un efecto menos visible: el aumento de muertes indirectas meses o años después de la tormenta, producto de estrés, enfermedades y desplazamientos. El cambio climático no solo destruye hogares: rompe redes sociales y de salud que tardan décadas en reconstruirse.
La era de las supertormentas: lo que viene
Los científicos coinciden: no habrá más huracanes, pero sí más intensos. Con mares más cálidos, las tormentas categoría 4 y 5 podrían aumentar entre 25% y 30% por cada grado adicional de calentamiento global. Para regiones como el Caribe y México, la adaptación no es opcional. Se necesitan sistemas de alerta más rápidos, infraestructura resiliente, reforestación de cuencas y una educación climática real. Porque si el océano no deja de calentarse, Melissa no será la última supertormenta, solo la advertencia más fuerte hasta ahora.

El huracán Melissa simboliza una nueva era: la de los ciclones que se fortalecen en horas y superan los límites conocidos. Con cada grado que sube la temperatura del mar, la humanidad se adentra más en un futuro de huracanes impredecibles y cada vez más violentos. La ciencia ya advirtió el porqué; ahora, el desafío es decidir qué tan rápido reaccionaremos antes de la próxima tormenta.
Carolina Gutiérrez Argüelles
Fuente de esta noticia: https://ecoosfera.com/sci-innovacion/huracanes-melissa-cada-vez-hay-mas/
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