

Mercurio no lo pone fácil. Es el planeta más esquivo del sistema solar: pequeño, veloz y siempre pegado al Sol. La mayoría de los días se oculta en el resplandor dorado del atardecer, invisible para la mayoría. Pero una o dos veces por año nos da una oportunidad: su máxima elongación oriental, cuando se separa lo suficiente del Sol como para ser visible en el cielo vespertino. Este 29 de octubre de 2025, Mercurio alcanzará ese punto mágico, brillando con una magnitud de -0.2 y situándose a unos 24 grados del Sol. Si alguna vez quisiste ver a este diminuto planeta con tus propios ojos, esta es tu cita cósmica.
¿Qué significa la máxima elongación oriental de Mercurio?
La “elongación” es simplemente la distancia angular entre el Sol y un planeta vista desde la Tierra. Cuando Mercurio está más alejado hacia el este del Sol, hablamos de máxima elongación oriental (o vespertina). En esa posición, el planeta aparece en el cielo al anochecer, justo después de la puesta de sol.

A las 21:59 GMT del 29 de octubre, Mercurio estará en su punto más alejado, un ángulo de 23°54′ respecto al Sol. Desde el hemisferio sur, esta será la mejor aparición vespertina del año. Brillará bajo en el horizonte occidental, frente a la constelación de Escorpio. Quienes observen desde latitudes australes tendrán una vista privilegiada, especialmente unos 30 a 45 minutos después del atardecer.
¿Dónde y cómo observarlo?
Para verlo, mira hacia el oeste poco después de la puesta del Sol. Busca un lugar con horizonte despejado (sin edificios ni montañas), ya que Mercurio nunca se eleva muy alto. Este año, además, tendrá compañía: Marte, el planeta rojo, estará cerca, en la constelación vecina de Libra. Aunque Marte brillará con una magnitud más débil (alrededor de 1.5), su tono rojizo puede servir como referencia visual.

Si tienes binoculares, úsalos; te ayudarán a distinguir el punto luminoso de Mercurio en medio del crepúsculo. Durante este periodo, Mercurio mostrará un 63% de su disco iluminado, una especie de “cuarto creciente planetario” visible con telescopios pequeños. Su diámetro aparente será de 6,6 segundos de arco, diminuto pero inconfundible para quienes disfrutan de la observación astronómica.
¿Por qué es importante este evento astronómico?
Mercurio es un planeta fascinante: el más cercano al Sol, el más rápido y uno de los menos explorados. Su órbita de solo 88 días terrestres hace que sus elongaciones sean frecuentes, pero no todas igual de visibles.
En primavera, las elongaciones vespertinas como la del 29 de octubre son ideales en el hemisferio sur, porque la inclinación del plano orbital (la eclíptica) forma un ángulo más favorable con el horizonte. En cambio, para el hemisferio norte, las mejores oportunidades llegan durante las elongaciones matutinas de marzo o abril.

De hecho, la distancia máxima que Mercurio puede alcanzar del Sol es de unos 28 grados, así que los 24 grados de este octubre lo convierten en un excelente momento de observación, especialmente para los aficionados del sur del planeta. El fenómeno, aunque sencillo, nos recuerda lo dinámico y cambiante que es nuestro sistema solar. Cada elongación es una pequeña coreografía cósmica entre la Tierra, el Sol y Mercurio.
Un espectáculo breve pero brillante
Eso sí, hay que ser rápido. En el cielo vespertino, el tiempo de observación es corto. Apenas unos 30 o 40 minutos separan el ocaso del Sol de la desaparición de Mercurio bajo el horizonte. A principios de octubre, el planeta ya era visible en el crepúsculo occidental, y a medida que se acerca al 29, su brillo aumenta. Sin embargo, tras alcanzar su máxima elongación, Mercurio volverá a desvanecerse lentamente, preparándose para la conjunción inferior del 20 de noviembre, cuando pasará entre la Tierra y el Sol y volverá a quedar oculto.

Durante esas pocas semanas, brillará más que la mayoría de las estrellas del atardecer, y aunque parezca un simple punto de luz, estás viendo un mundo abrasador, con temperaturas que oscilan entre -170°C y 430°C, sin atmósfera que lo proteja. Un planeta extremo, visible solo por unos instantes… y eso lo hace aún más fascinante.
Entre Marte y las estrellas
Entre los días 20 y 21 de octubre, Mercurio y Marte estarán a menos de 2 grados de distancia, creando un bonito dúo planetario. Desde el hemisferio norte será un reto observarlos, ya que estarán muy bajos y el resplandor del Sol aún dominará el cielo. Pero desde el sur, el espectáculo promete: dos planetas visibles a simple vista, justo al caer el Sol.

Si tienes la suerte de estar en una zona con cielos despejados (como el desierto de Atacama o la Pampa argentina), es una oportunidad perfecta para capturar una foto astronómica o simplemente disfrutar del paisaje cósmico.

En un mundo lleno de pantallas, levantar la vista al cielo sigue siendo un acto de conexión profunda. La máxima elongación oriental de Mercurio no es solo un evento técnico; es una invitación a mirar más allá de lo inmediato, a entender que incluso los cuerpos más cercanos al Sol pueden brillar con fuerza cuando se alejan un poco. El 29 de octubre, busca ese punto brillante sobre el horizonte occidental y recuerda: en la vastedad del universo, hasta lo más pequeño tiene su momento de resplandor.
Carolina Gutiérrez Argüelles
Fuente de esta noticia: https://ecoosfera.com/cosmos/mercurio-maxima-elongacion-oriental/
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