

Imagen Imprenta Nacional de Colombia
El presidente Gustavo Petro firmó un decreto que transforma la manera en que Colombia produce y distribuye sus pasaportes. A partir de ahora, la Imprenta Nacional de Colombia, bajo la dirección de la doctora Viviana León Herrera, asumirá de forma oficial la fabricación y expedición de este documento, una medida que busca cerrar el largo y controvertido capítulo jurídico y administrativo que rodeó la licitación del contrato durante más de un año.
La decisión llega después de meses de tensiones institucionales y de un proceso licitatorio fallido en dos ocasiones, que generó enfrentamientos entre el Gobierno y la Procuraduría General de la Nación. Este organismo de control había advertido sobre posibles riesgos de falta de transparencia en la eventual adjudicación directa del contrato a la firma Thomas Greg & Sons, que históricamente se encargó de la impresión de los pasaportes colombianos.
Con el nuevo decreto, el Ejecutivo busca garantizar la continuidad del servicio y evitar un posible desabastecimiento de documentos, una preocupación creciente en las últimas semanas ante la inminente expiración del contrato vigente. La Imprenta Nacional será ahora responsable de la fabricación, personalización y entrega de los pasaportes, un proceso que contará con el acompañamiento técnico del Ministerio de Relaciones Exteriores para asegurar estándares internacionales de calidad y seguridad.
El Gobierno ha sostenido que esta medida fortalece la soberanía tecnológica del país y marca un paso decisivo hacia una gestión más transparente de los recursos públicos. “El pasaporte es un documento de Estado, y debe ser producido por el Estado”, enfatizó el presidente Petro durante la firma del decreto en la Casa de Nariño.
Aun así, la Procuraduría anunció que revisará el alcance jurídico del acto administrativo para verificar su conformidad con la normativa vigente y el respeto a los procedimientos contractuales. En paralelo, la Cancillería aseguró que la transición será inmediata y que los ciudadanos no experimentarán interrupciones en la expedición del documento.
La decisión también apunta a una mayor centralización del control estatal sobre los documentos de identidad y viaje, con el objetivo de reducir costos, modernizar los sistemas de seguridad y reforzar la autonomía tecnológica del país. Con esta medida, el Gobierno colombiano busca no solo resolver una controversia prolongada, sino también abrir un nuevo capítulo en la administración pública, donde la producción de los símbolos de soberanía nacional vuelva a manos del propio Estado.
El anuncio representa además un reconocimiento a la capacidad técnica y al compromiso del equipo humano de la Imprenta Nacional, una entidad con más de 270 años de historia que ha acompañado la construcción institucional del país desde sus orígenes republicanos. Sus profesionales, técnicos y operarios especializados serán los encargados de garantizar que la transición hacia la nueva etapa de producción se realice con altos estándares de eficiencia, seguridad y confidencialidad.
Bajo la dirección de Viviana León Herrera, la entidad ha avanzado en procesos de modernización tecnológica, sostenibilidad y control de calidad que la posicionan hoy como una institución sólida, capaz de asumir con éxito la responsabilidad de fabricar los pasaportes de los colombianos. Su experiencia en la impresión de documentos oficiales y su compromiso con la transparencia refuerzan la confianza del Estado en su labor y consolidan a la Imprenta Nacional como un actor esencial en la protección de la identidad y la soberanía del país.
carloscastaneda@prensamercosur.org
