Doña Cruz, de 77 años, reside y trabaja en una humilde casa en Soure, un municipio en la isla de Marajó, en el estado de Pará, en el norte de Brasil. Su vida sencilla contrasta con los trajes de gala que confecciona, decorados con grafismos inspirados en la milenaria cultura marajoara de la región. Estas prendas, típicamente camisas abotonadas para ocasiones especiales, requieren entre uno y tres días para su confección, utilizando tela de algodón adornada con cintas bordadas en hilo que evocan la cerámica indígena ancestral.
Los clientes de Doña Cruz incluyen políticos y agricultores. Tras ver al gobernador de Pará, Helder Barbalho, lucir una de sus camisas en la Cumbre Amazónica de 2023, la demanda de estas prendas aumentó.
La costurera trabaja por encargo y envía sus productos a distintas partes del país. A pesar de su éxito, Doña Cruz continúa viviendo modestamente. “Suelo invertir las ganancias en nuevos materiales para siempre tener algo disponible para los clientes. Trabajo por mi cuenta y el dinero de mi pensión se destina a los gastos del hogar”, explica, añadiendo que cada prenda cuesta entre R$ 290 y R$ 410, según el tamaño y el tipo de manga.
Doña Cruz, quien trabajó inicialmente como inspectora escolar hasta jubilarse, empezó a dedicarse a la costura después de enviudar, encontrando en esta actividad una manera de mantenerse activa y adquirir nuevos conocimientos. Recibió una máquina de coser industrial por parte de la municipalidad y el gobierno estatal. Además, obtuvo asesoramiento del Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas (Sebrae) sobre estrategias de precios, presentación de productos y acceso a nuevos mercados, como parte del programa Polo de Moda de Marajó.
Renata Rodrigues, quien dirige el Sebrae en Marajó, afirma: «El Polo de Moda de Marajó ha tenido un impacto significativo en la vida de sus participantes, creando oportunidades de ingresos, recuperando conocimientos tradicionales y fortaleciendo la autoestima de las mujeres involucradas. Al profesionalizar la producción, fomentar el emprendimiento y conectar a estas artesanas y costureras con nuevos mercados, el Polo promueve la inclusión productiva, la independencia económica y la valorización cultural».
A finales de octubre, Doña Cruz ofrecerá un curso de confección de camisería marajoara a través del Sebrae, con el objetivo de compartir sus conocimientos y preservar una técnica de bordado que pocos dominan. El maestro que le enseñó, conocido como Baiano, falleció durante la pandemia, y de sus alumnas, solo Doña Cruz completó su formación.
Tradición y sustento
Desde la cerámica ancestral hasta las pasarelas contemporáneas, el arte marajoara toma nuevas formas en las manos de Rosilda Angelim, una quilombola de 56 años, artesana y costurera de Salvaterra, otro municipio de la isla de Marajó.
Antes de dedicarse al arte, Angelim trabajó como profesora y funcionaria. Al perder su empleo, enfrentó dificultades económicas y depresión, hasta encontrar una nueva oportunidad en la costura. «Fue como un empujón. Comencé a coser hace unos 30 años, pero solo hace 16 descubrí realmente mi conexión con el grafismo marajoara», relata. «Mi objetivo es dar a conocer mi cultura. Quiero que el mundo conozca Marajó», agregó.
Actualmente, Rosilda Angelim lidera un taller con seis colaboradores, donde produce ropa y accesorios que combinan moda e identidad amazónica. Sus creaciones atraen compradores de todo el país a las tiendas de Belém, ciudad que acogerá en noviembre la 30.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30).
La artesana ve la proximidad de la conferencia como una oportunidad para aumentar la producción. «Debemos creer que la COP30 traerá beneficios. No solo para el clima, sino también para nuestra cultura, nuestra cocina, nuestra artesanía y nuestra biojoyería. Nos aferramos a esa idea y estamos preparando un mayor volumen de piezas para la ocasión. Mi objetivo es, por supuesto, ganar dinero, pero también quiero dar a conocer mi cultura al mundo», afirma.
En línea con los objetivos del evento, la sostenibilidad es un aspecto central en el trabajo de Angelim. Su taller utiliza tejidos 100% de algodón y reutiliza materiales sobrantes. «Nada se desperdicia. Lo que sobra lo donamos a mujeres que hacen alfombras y otras artesanías. Es beneficioso para el medio ambiente y ayuda a las familias», explica.
Marca de autor
Glauciane Pinheiro, de 40 años, pasó de ser profesora de francés a costurera y empresaria. Se inscribió en un curso de costura industrial «sin haber tocado nunca una máquina» y así comenzó a desarrollar sus habilidades. «Estaba desempleada y atravesando un momento emocional difícil. Me apunté al curso principalmente para distraerme, pero terminé encontrando mi pasión en la costura», relata.
Su interés por la estampación y la creación de colecciones creció. Con el apoyo de su marido, quien le regaló dos máquinas de coser, Pinheiro estableció un pequeño taller en su habitación y lanzó la marca Mang Marajó. Al principio, producía ropa con sus propios estampados y bordados, parte de la cual se confeccionaba con la colaboración de familias y grupos subcontratados de la región. Actualmente, ve en el turismo local una oportunidad real para el crecimiento.
«Desde que empezaron los preparativos para la COP30, la ciudad ha experimentado más movimiento y un aumento en el número de turistas. Recibo visitantes a diario, incluso por la noche o los domingos», comenta la artesana. «Creemos que el turismo puede sostener Marajó. Y yo quiero vivir de ello, de la cultura y el arte», agrega.
Quienes trabajan en la moda en Marajó anticipan que la COP30 en noviembre será un punto de inflexión para el sector en Pará, brindando mayor visibilidad e inversión pública. Según Renata Rodrigues, los principales desafíos continúan siendo el acceso limitado a equipos modernos, la formación técnica continua, los canales de comercialización y la financiación. Para mejorar la situación de estas mujeres, señala que «es crucial fortalecer las alianzas institucionales, ampliar el acceso a mercados tanto digitales como físicos, invertir en formación empresarial y asegurar políticas públicas que apoyen el desarrollo local con identidad».
*El equipo de reporteros de Agência Brasil viajó invitado por Sebrae.
Fuente de esta noticia: https://agenciabrasil.ebc.com.br/es/cultura/noticia/2025-10/mujeres-rescatan-el-arte-marajoara-y-buscan-su-lugar-en-la-moda
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