

La salud ocular en el país enfrenta un desafío significativo, según los datos presentados por Sofía Maldonado, jefa del Programa Nacional de Prevención Ocular. Una reciente encuesta nacional dirigida a mayores de 50 años reveló que el 3 % de esta población padece de ceguera prevenible, una afección que podría ser tratada con intervenciones oportunas. En respuesta a esta problemática, se ha diseñado un plan para habilitar cinco centros quirúrgicos en distintos hospitales del país con el objetivo de atender la creciente demanda de pacientes.
De acuerdo con Maldonado, el 70 % de los casos de ceguera prevenible en el país están relacionados con cataratas, una condición que afecta principalmente a personas mayores de 50 años. Este porcentaje se traduce en aproximadamente 25.000 personas que podrían recuperar su visión a través de cirugías. “Es un número alarmante, pero también una oportunidad para actuar y mejorar la calidad de vida de miles de personas”, mencionó Maldonado durante una entrevista con GEN y Universo 970AM/Nación Media.
La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto considerable en los servicios de salud, y la oftalmología no fue la excepción. Según Maldonado, durante la crisis sanitaria global se suspendieron numerosas consultas y cirugías, lo que agravó la situación de muchos pacientes. Actualmente, solo tres servicios especializados han podido ser restaurados: en el Hospital Nacional de Itauguá, en María Auxiliadora (Itapúa) y en el Hospital de Curuguaty.
Este escenario ha impulsado al Programa Nacional de Prevención Ocular a trabajar en un proyecto integral que garantice el acceso gratuito a tratamientos quirúrgicos para los pacientes más vulnerables. “Durante mucho tiempo estuvimos limitados por la falta de insumos y procesos burocráticos largos. Esto llevó a que los costos recayeran sobre los pacientes, lo que dificultó su acceso al tratamiento. Ahora estamos comprometidos a cambiar esta realidad”, señaló Maldonado.
El proyecto contempla la creación de cinco nuevos centros quirúrgicos en hospitales estratégicos: el Hospital Nacional de Itauguá, el Hospital Regional de Coronel Oviedo, el Hospital Regional de Concepción, un hospital en Itapúa y otro en Presidente Franco. Estos centros estarán equipados con tecnología avanzada y recibirán los equipos necesarios mediante un sistema de comodato.
“El Ministerio ya está recibiendo todos los equipos requeridos, desde los instrumentos prequirúrgicos que determinan el tipo de lente intraocular necesario para cada paciente, hasta los insumos para las cirugías y los colirios para el posoperatorio”, explicó Maldonado. Además, se está trabajando en la adecuación edilicia para garantizar que estas instalaciones cumplan con los estándares necesarios para ofrecer servicios de calidad.
El objetivo principal del proyecto es brindar una solución integral que elimine las barreras económicas y logísticas que enfrentan los pacientes. Esto incluye no solo la provisión de insumos y equipos médicos, sino también el fortalecimiento de las capacidades tecnológicas y operativas del personal médico en los hospitales públicos.
“Queremos garantizar que los profesionales cuenten con todas las herramientas necesarias para realizar estos procedimientos en nuestros hospitales. Esto no solo mejorará la calidad del servicio, sino que también reducirá significativamente los costos para los pacientes”, destacó Maldonado.
La implementación de estos centros quirúrgicos marca un paso crucial en la lucha contra la ceguera prevenible en el país. Se espera que este esfuerzo conjunto entre el Ministerio de Salud y otras instituciones permita atender a miles de personas que actualmente viven con limitaciones visuales que podrían ser solucionadas.
El compromiso del Programa Nacional de Prevención Ocular es claro: reducir el índice de ceguera prevenible y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Con la instalación de estos nuevos centros quirúrgicos y la provisión gratuita de tratamientos, se busca cerrar brechas en el acceso a la salud ocular y garantizar que nadie quede atrás debido a barreras económicas o geográficas.
Este proyecto representa una esperanza para miles de personas mayores de 50 años que aún tienen la posibilidad de recuperar su visión y retomar sus actividades cotidianas con normalidad. La salud ocular es un derecho fundamental, y este esfuerzo reafirma el compromiso del país con su población más vulnerable.
