

Un trabajo científico desarrollado en Barcelona apunta a que la exposición a la contaminación atmosférica durante la gestación se relaciona con un ritmo más lento de maduración cerebral en los recién nacidos. La investigación, publicada en Environment International, ha sido llevada a cabo por equipos del Hospital del Mar, ISGlobal (centro impulsado por la Fundación la Caixa) y el área de Epidemiología y Salud Pública del CIBER (CIBERESP).
Según sus autores, se trata del primer estudio que examina el neurodesarrollo en el primer mes de vida con técnicas de resonancia magnética, centrado en la mielinización, el proceso por el cual la mielina recubre las fibras nerviosas para agilizar la transmisión de señales. En una cohorte de 132 bebés, la mayor exposición materna a partículas finas PM2.5 durante el embarazo se asoció con una mielinización más lenta.
Cómo se realizó el estudio y qué se midió

Las participantes fueron mujeres gestantes atendidas en el Hospital Clínic, el Hospital de Sant Pau y el Hospital Sant Joan de Déu. Durante la gestación se monitorizó su exposición a contaminantes atmosféricos, y tras el parto se seleccionó a 132 recién nacidos para someterlos a una resonancia magnética antes de cumplir el mes de vida, reduciendo así la influencia de factores externos posteriores.
El equipo cuantificó el grado de maduración cerebral mediante marcadores de mielinización. Esta capa aislante permite que las neuronas se comuniquen con mayor rapidez y eficiencia; cuando su desarrollo se ralentiza en etapas tempranas, podría alterar el ritmo previsto de maduración, aunque los investigadores advierten que no implica de forma automática futuros problemas cognitivos.
Gerard Martínez-Vilavella, de la Unidad de Resonancia Magnética del Hospital del Mar y del Instituto de Investigación del centro, detalla que el vínculo observado apunta a un menor ritmo de mielinización en los bebés cuyas madres estuvieron más expuestas a PM2.5 durante el embarazo. Esta asociación, subraya, debe seguirse en el tiempo para evaluar su relevancia en el desarrollo posterior.
El estudio recuerda, además, que los contaminantes inhalados por la madre pasan a la sangre y llegan a la placenta, que actúa como filtro parcial. Aun así, se desconoce con precisión cómo esa barrera modula la llegada de compuestos a los tejidos fetales y en qué medida puede proteger u optimizar la maduración del cerebro en sus primeras etapas.
Para reforzar la prudencia, los autores inciden en que una maduración excesivamente lenta o excesivamente rápida no sería deseable: el cerebro del neonato atraviesa cambios intensos y complejos, y aún falta por establecer cuál es la velocidad óptima en estas semanas iniciales, tal y como señala Jesús Pujol, jefe de la Unidad de Resonancia Magnética del Hospital del Mar.
PM2.5: tamaño, composición y efectos observados

Las partículas finas analizadas, las partículas finas, tienen un diámetro de 2,5 micras, aproximadamente treinta veces menor que el grosor de un cabello humano. Su composición mezcla elementos derivados de la combustión y compuestos orgánicos tóxicos con metales esenciales para el desarrollo cerebral, como el hierro, el cobre o el zinc, ligados a enfermedades causadas por la contaminación.
Los resultados muestran una correlación clara entre la mayor exposición prenatal a PM2.5 y una menor mielinización en los cerebros de los neonatos. No obstante, el efecto detectado parece responder a la combinación de componentes, sin que se haya identificado un único responsable dentro de la mezcla de la contaminación urbana.
Este trabajo abre dos líneas de avance: por un lado, realizar seguimientos longitudinales que permitan saber si la ralentización inicial tiene impacto funcional a medio y largo plazo; por otro, desentrañar qué fracción de las PM2.5 —si alguna— contribuye más a modificar el ritmo de la mielinización en las primeras semanas de vida.
En el plano de la salud pública, los investigadores subrayan que el estudio se llevó a cabo en Barcelona con la zona de bajas emisiones ya en marcha, lo que refuerza la necesidad de no aflojar en las políticas de calidad del aire. Como recuerda Jordi Sunyer (ISGlobal), alcanzar estándares más estrictos puede contribuir a proteger el desarrollo neurológico infantil desde el inicio.
La evidencia disponible respalda la idea de que reducir la exposición de las embarazadas a contaminación por PM2.5 es una medida prudente: el trabajo no habla de causalidad concluyente, pero sí de una asociación consistente con una mielinización más lenta en un periodo crucial, y marca la agenda para futuras investigaciones y para un aire más limpio en las ciudades.
Postposmo
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/la-contaminacion-del-aire-en-el-embarazo-y-la-maduracion-cerebral-del-bebe/
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