

Doctor, Hernán Linares Ángel
En 1974 nació un proyecto académico que, con el paso del tiempo, se transformó en un símbolo de compromiso con la educación, la innovación y el desarrollo humano en Colombia. La Fundación Universitaria para el Desarrollo Humano – UNINPAHU fue creada por el insigne psicólogo Hernán Linares Ángel, un visionario que comprendió la necesidad de formar profesionales emprendedores, capaces y profundamente conscientes de que su crecimiento personal debía estar ligado al progreso productivo y social del país. Su ideal no se limitaba a impartir conocimientos, sino a sembrar en cada estudiante el valor de construir un proyecto de vida sólido, íntegro y con impacto en la comunidad.
Luis Hernán Linares Ángel fue, ante todo, un pensador incansable. Psicólogo, filósofo y educador de alma, creía firmemente que el desarrollo de una nación debía sustentarse en la formación integral de su gente. Su vida estuvo guiada por la convicción de que la educación es un acto de esperanza, una herramienta para transformar el destino y una fuente inagotable de crecimiento personal. Esa visión se convirtió en el fundamento de todo lo que emprendió, y especialmente, de UNINPAHU, institución que nació como respuesta a la necesidad de ofrecer educación con propósito y humanidad.
Desde entonces, a lo largo de cinco décadas de existencia, UNINPAHU ha recorrido un camino de constante transformación, manteniendo como eje central una concepción humanística de la educación que dignifica las relaciones sociales y promueve la formación de seres humanos íntegros. El sello de la institución ha sido siempre la combinación entre excelencia académica y calidez humana, una herencia que refleja el espíritu de su fundador y que hoy continúa viva en cada generación de estudiantes.
Lo que en sus inicios fue un centro educativo orientado a la capacitación en oficios y ocupaciones, pronto evolucionó hasta consolidarse como una institución universitaria sólida y respetada, cumpliendo con los más altos estándares de calidad exigidos por la legislación colombiana. Linares Ángel entendía que el país requería una educación que integrara el saber hacer con el saber ser, por eso impulsó programas académicos que respondieran a las necesidades del entorno productivo, pero también a los desafíos humanos y sociales de cada época.
El proceso de crecimiento de UNINPAHU ha estado acompañado por una fuerte inversión en infraestructura, tecnología y modernización, siempre sin perder de vista el cuidado del estilo arquitectónico que caracteriza su campus. Bajo la inspiración de su fundador, la institución convirtió la innovación, la investigación y la productividad en los pilares sobre los cuales se construye su identidad. Estas bases no solo fortalecen el desarrollo académico, sino que también reflejan la convicción de que la educación debe ser motor de cambio, progreso y bienestar colectivo.
Uno de los mayores legados de Linares Ángel fue promover un modelo pedagógico propio, centrado en la mejora continua y el desarrollo de competencias. De esa filosofía surgió el Método de Alto Rendimiento – M.A.R., una impronta institucional que busca potenciar las capacidades de toda la comunidad educativa y fortalecer el aprendizaje a lo largo de la vida. Este enfoque, basado en la excelencia, la práctica y la autogestión del conocimiento, es hoy una de las señas de identidad más reconocibles de UNINPAHU, reflejando el espíritu innovador y el compromiso del fundador con la calidad educativa.

Dos personajes de la historia de Colombia, Guillermo Cano y Hernán Linares Ángel
El doctor Linares Ángel creía que cada aula debía ser un espacio de libertad intelectual, reflexión ética y construcción de sueños. Su liderazgo era sereno, pero profundamente inspirador. Quienes lo conocieron recuerdan su mirada amable, su palabra pausada y su capacidad para escuchar y orientar con sabiduría. Veía en cada estudiante un potencial infinito, y en cada profesor, un multiplicador de esperanza. Su visión trascendía los límites del aula: quería formar ciudadanos conscientes, profesionales responsables y seres humanos plenos.
Hoy UNINPAHU cuenta con un portafolio diversificado de dieciocho programas de educación superior en los niveles de especialización, formación universitaria, tecnológica y técnica. Sus egresados son la mejor carta de presentación: profesionales que se han destacado en ámbitos empresariales, hoteleros, turísticos, en los medios de comunicación y en el periodismo, donde han obtenido premios y reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional. Cada logro alcanzado por ellos es también un tributo al sueño fundacional de Hernán Linares Ángel, quien supo comprender que la educación no es solo un camino hacia el éxito individual, sino un aporte invaluable al desarrollo colectivo.
El legado del doctor Linares Ángel no se mide únicamente en los edificios construidos o los programas académicos diseñados, sino en la filosofía que impregnó cada decisión institucional: la educación como una experiencia vital que transforma al ser humano desde su esencia. Para él, formar profesionales competentes era importante, pero formar personas íntegras era imprescindible. Esa convicción continúa guiando el rumbo de UNINPAHU, que celebra sus cincuenta años reafirmando su compromiso con la excelencia, la innovación y el desarrollo humano.
Cincuenta años después de su fundación, UNINPAHU sigue siendo un faro de conocimiento, un espacio donde los valores y el saber conviven en armonía, una institución que honra la memoria de su creador y que mantiene viva su enseñanza más profunda: que educar es, ante todo, un acto de amor. Hernán Linares Ángel fue un maestro que entendió que el progreso empieza en la mente, pero florece en el corazón. Su vida fue una lección de coherencia entre el pensamiento y la acción, entre el sueño y la obra. Y en cada estudiante que cruza las puertas de UNINPAHU, late aún la chispa del ideal que él encendió: el de una educación que construye futuro con humanidad.
carloscastaneda@prensamercosur.org

