

Defensora del Pueblo, Iris Marin
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, volvió a encender el debate en torno a su política de seguridad y, en esta ocasión, dirigió sus críticas directamente contra la Defensoría del Pueblo, a raíz de un mapa de violencia que, según denunció, fue utilizado por la revista The Economist como insumo para un artículo que describía al país como si estuviera en las “puertas del infierno”. Para el mandatario, el documento difundido por la entidad estatal no solo distorsiona la realidad territorial, sino que además sirvió de soporte para que Estados Unidos avanzara en la descertificación de Colombia en la lucha contra el narcotráfico, afectando de manera grave las relaciones diplomáticas.
“Ese mapa que publicó The Economist es absurdamente falso, y su falsedad la voy a explicar más adelante, junto con la información que la oficina antidrogas de Naciones Unidas suministró a Estados Unidos”, escribió Petro en su primera reacción pública. Luego, en un tono aún más enérgico, agregó: “El mapa que publica la Defensoría del Pueblo es simplemente aberrante; tomado por The Economist, la imagen hace parte de los insumos de la descertificación y del proceso de deterioro absoluto de la relación diplomática con Estados Unidos”.
El jefe de Estado insistió en que la representación cartográfica no responde a criterios técnicos ni estadísticos serios. “La mafia colombiana ligada a la extrema derecha del país y de la Florida ganó la primera partida. No se puede hacer un mapa de violencia tiñendo de rojo un municipio de un millón de hectáreas, donde en la mayor parte de la extensión no viven personas y donde ocurrió un hecho aislado en alguna vereda”, cuestionó. Y añadió: “No se puede extender la violencia de una vereda a un municipio, ni de un municipio a un departamento, ni mucho menos a decenas de millones de hectáreas donde habita población”.
El mandatario también trajo a colación un episodio reciente durante el consejo de ministros celebrado en la Casa de Nariño, donde volvió a criticar el artículo de la prestigiosa revista británica: “Los señores de The Economist ―no sé cómo se pronuncia― usan el mapa del 2019 como si fuera el mismo de hoy… Es una porquería de artículo contra nosotros. Entonces, todo es rojo, no hemos hecho nada”.
La controversia subió de tono cuando Petro llamó la atención de su propio gabinete, en particular del ministro de Defensa, Pedro Sánchez, a quien recriminó: “¿Por qué dejan trasladar una noticia que se vuelve falsa en la boca de The Economist?”.
Aunque el presidente se mostró categórico en sus reparos, aún persisten las dudas sobre las razones que llevaron a la Defensoría del Pueblo a elaborar y difundir dicho mapa. Petro no ocultó su sospecha de que detrás de ese ejercicio cartográfico existen motivaciones políticas, aunque no se ha precisado con qué intención se hizo público el documento. La discusión, más allá de un debate técnico, refleja el pulso por el relato de la seguridad en Colombia y la tensión creciente entre el gobierno y las instituciones que, según el mandatario, terminan reforzando narrativas adversas en el plano internacional.
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