

Un recorrido en el Delta del Okavango (Botswana) terminó con el corazón en un puño: un elefante embistió a un grupo de visitantes, volcó dos canoas y dejó a una de las turistas bajo el agua durante unos segundos, en una zona conocida por la presencia de cocodrilos e hipopótamos.
Los protagonistas eran cuatro turistas británicos y estadounidenses que navegaban en tradicionales canoas makoro cuando se produjo el ataque, registrado el 27 de septiembre, fecha que coincide con el Día Mundial del Turismo, y que ha reabierto el debate sobre la seguridad en safaris.
¿Cómo se desencadenó el ataque?

Según la información disponible, los guías avanzaban en canoas makoro por un canal cuando se aproximaron demasiado a una hembra con dos crías, un escenario especialmente sensible en la convivencia con fauna salvaje.
Desde los juncos irrumpió un macho protector, cerró la distancia en cuestión de segundos y golpeó las embarcaciones con la trompa y los colmillos, provocando que las dos canoas quedaran patas arriba.
Los cuatro visitantes acabaron en el agua mientras los guías buscaron resguardo en la orilla; el susto fue mayúsculo ante la posible presencia de cocodrilos e hipopótamos en el canal.
Imágenes compartidas en redes y en medios internacionales muestran la carga del elefante y los instantes de confusión que siguieron al vuelco, en una escena que por fortuna no dejó heridos de gravedad.
La turista que quedó bajo el agua

En medio del caos, el elefante se alejó unos instantes, pero volvió sobre sus pasos y golpeó a una de las mujeres, que quedó sumergida bajo el agua durante unos segundos.
La víctima logró salvarse porque el animal la perdió de vista en el agua turbia; su pareja consiguió auxiliarla y ambos alcanzaron la ribera con ayuda del resto del grupo.
Pese a la violencia del momento, todos los turistas salieron ilesos, aunque el grupo reportó la pérdida de cámaras y teléfonos de alto valor económico.
Expertos consultados calificaron el desenlace como un golpe de suerte y subrayaron que, en un entorno con depredadores, una caída al agua puede multiplicar los riesgos en cuestión de segundos.
Consecuencias y reacciones

La empresa responsable del recorrido no fue identificada y varias compañías del sector evitaron pronunciarse, un silencio que ha alimentado el debate sobre protocolos y formación de guías en experiencias de avistamiento cercano.
Organizadores y conservacionistas coinciden en la necesidad de respetar distancias de seguridad, especialmente ante hembras con crías, y de priorizar la observación responsable de la fauna en su hábitat.
El incidente se suma a otros ocurridos en la región: en julio, una elefanta casi volcó un bote en el propio Okavango, y en Zambia se registraron este año dos muertes en un safari a pie tras la embestida de otra elefanta.

El Okavango y la actividad turística

El Delta del Okavango es Patrimonio de la Humanidad y uno de los escenarios más emblemáticos del continente para ver fauna salvaje; recibe cada año a millones de visitantes interesados en experiencias de inmersión en la naturaleza.
La posibilidad de observar elefantes, hipopótamos y cocodrilos a corta distancia es parte del atractivo, pero también exige rigor en la gestión del riesgo y en el cumplimiento de las normas marcadas por los guías.
En destinos donde el turismo es un pilar económico, los expertos piden reforzar formación, señalización y límites operativos para que la aventura no comprometa la seguridad de visitantes ni el bienestar de los animales.
Comportamiento de los elefantes y recomendaciones

Los elefantes no suelen ser agresivos sin motivo, pero pueden reaccionar con respuesta defensiva si perciben una amenaza, especialmente cuando hay crías; pueden alcanzar hasta 40 km/h y forman parte de una población estimada en torno a 415.000 ejemplares en África.
- Defensa propia: si se sienten acorralados o sorprendidos.
- Protección de crías: la proximidad a pequeñas desencadena respuestas rápidas.
- Intrusión excesiva: aproximaciones imprudentes de personas o embarcaciones.
- Estrés ambiental: pérdida de hábitat y hostigamiento humano.
Para reducir riesgos, las pautas básicas pasan por mantener la distancia, obedecer a los guías, evitar maniobras que corten la retirada de los animales, no interponerse entre madres y crías y conservar la calma si un ejemplar muestra señales de alerta.
Este caso en Botswana recuerda que la línea entre aventura y peligro es fina: una aproximación inadecuada puede desencadenar un ataque en segundos, mientras que el respeto por la fauna y los protocolos adecuados permiten disfrutar del Okavango con mayor seguridad.
Postposmo
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/elefante-ataca-a-turistas-en-un-safari-en-botswana-panico-en-el-okavango/
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