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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, respondió con dureza este viernes 26 de septiembre a la decisión del Departamento de Estado de Estados Unidos de revocar su visa tras un acto público en una calle de Nueva York. En una serie de mensajes publicados en su cuenta de X, el mandatario no sólo rechazó la medida —que, según la nota oficial, se tomó por “acciones imprudentes e incendiarias” al instar a soldados estadounidenses a desobedecer órdenes—, sino que dirigió un mensaje directo y contundente a su homólogo, Donald Trump: “No se rodee de genocidas”.
Petro insistió en que su postura nace de una preocupación humanitaria y moral. “Los responsables de ese genocidio tratan de cobijarse bajo usted, Trump, porque creen que usted protege a los genocidas. No se rodee de genocidas”, escribió, reclamando que la respuesta ante tragedias no se convierta en otro crimen contra la humanidad. En el mismo hilo, recordó el terror vivido por civiles en un ataque contra jóvenes en un concierto y subrayó que “hubo muertos que no debieron ser”, pero que la reacción no puede consistir en “asesinar bebés en Gaza”.
El presidente colombiano llevó su intervención a un plano personal y directo hacia Trump: pidió que la familia del exmandatario intervenga moralmente —“La esposa suya, señor Trump, o sus hijas, deberían decirle que no está bien matar bebés. Mis hijas me lo dicen”— y rememoró una invitación fraterna que lanzó anteriormente: “Le dije a usted que me tomaría un whisky, a pesar de mi gastritis, en su casa o en la mía, o donde quiera, pero hablando de tú a tú, entre iguales, sin mentiras. Ud no me respondió”.
Con énfasis en la dimensión ética y política del conflicto, Petro reclamó que no se criminalice su “opinión libre y humana” y recordó que las leyes internacionales le permiten acudir a instancias como la ONU sin ser objeto de represalias por expresar su postura. “Las leyes internacionales me dan inmunidad para ir a la ONU y no deben haber represalias por mi libre opinión, porque soy un ser libre”, escribió, enfatizando que su voz responde a una exigencia de humanidad y de respeto por la vida de civiles, migrantes y campesinos.

El presidente también lanzó críticas directas a quienes asesoran a Trump, instándole a despejarse de influencias que, a su juicio, conducen a la deshumanización: “Quítese las musarañas de sus asesores y vea a la humanidad con claridad. No se hacen unos Estados Unidos grandes matando bebés indefensos”. Incluso apeló a referencias históricas y religiosas para subrayar la gravedad de lo que denunció: “No más Auschwitz, por petróleo, en medio de los negocios; hay tiempo para el amor y para la humanidad, dice la Biblia”.
Petro concluyó con un llamado a la liberación moral de Trump: “Libérese usted, Trump, de esa esclavitud que será por generaciones. Dije, y no es un crimen, que no se obedezcan las voces que ordenan a sus ejércitos disparar contra la humanidad”. Al tiempo que ratificó la apertura de su país a ciudadanos estadounidenses “Usted es bienvenido en América, tierra de la libertad y en el país de Bolívar: la Gran Colombia” , dejó claro que habrá límites: “No entrará ningún criminal de guerra ni mucho menos un criminal contra la humanidad”.
La revocación de la visa, anunciada por el Departamento de Estado, motivó así una respuesta que mezcla indignación, reclamo moral y gestos personales. Petro usó el episodio no sólo para denunciar lo que considera una política de desprotección de civiles y migrantes, sino para emplazar directamente a un líder global: que reconsidere sus alianzas, sus asesores y el coste humano de las decisiones que se toman en nombre de la seguridad y los intereses nacionales.
carloscastaneda@prensamercosur.org
