Inversión extranjera y logística en América Latina: la clave para el desarrollo

América Latina recibe cada vez más inversión extranjera, que en 2024 alcanzó los 189.000 millones de dólares, según la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo). Sin embargo, gran parte de estos capitales se reinvierte en proyectos existentes, mientras que los nuevos avances se ven limitados por la falta de infraestructura y logística eficiente.

Transportar productos dentro de la región y hacia mercados internacionales sigue siendo caro y lento, reduciendo la competitividad frente a otras regiones.

Sectores estratégicos como minerales para energías renovables, agroindustria y economía digital presionan por mejoras logísticas urgentes. En este contexto, Uruguay tiene una ubicación estratégica, puertos modernizados, zonas francas y estabilidad institucional, lo que le permite funcionar como un nodo logístico confiable en el Cono Sur. Sin embargo, aún enfrenta costos elevados y limitaciones en infraestructura interna, como cobertura de rutas y transporte ferroviario.

Otros países, como Argentina, podrían aprovechar sus recursos y posición geográfica para convertirse en hubs regionales si modernizan su infraestructura y agilizan trámites. En definitiva, la inversión extranjera solo se traduce en desarrollo sostenible si la región mejora su logística, moderniza puertos, carreteras y ferrocarriles, e incorpora estándares ambientales y tecnológicos.

Sin estos pasos, América Latina corre el riesgo de quedarse atrás en la competencia global, mientras que Uruguay mantiene un papel estratégico dentro de esta agenda.

La interconexión entre la inversión extranjera y la logística es innegable. Para que América Latina aproveche plenamente el potencial de la IED, debe priorizar las reformas y la inversión en infraestructura logística. Esto no solo aumentaría la entrada de capitales, sino que también generaría un círculo virtuoso de mayor competitividad, empleo de calidad y una integración más sólida en la economía mundial. La inversión en logística debe ser considerada una prioridad estratégica para el desarrollo económico a largo plazo de la región.