

CUANDO LAS EMOCIONES NO ENCUENTRAN PALABRAS.
La alexitimia es una condición psicológica caracterizada por la dificultad para identificar, expresar y comprender las propias emociones, así como para reconocer las emociones en los demás. Aunque no es un trastorno en sí mismo, suele estar asociado a problemas de salud mental, dificultades relacionales y condiciones médicas como la depresión, la ansiedad o ciertos trastornos neurológicos.
El término proviene del griego:
a (falta de),
lexis (palabra),
thymos (emoción o afecto).
Es decir, literalmente significa: “falta de palabras para las emociones”.
Causas de la Alexitimia.
La alexitimia puede tener múltiples orígenes:
- Factores neurológicos: alteraciones en el funcionamiento de áreas cerebrales que procesan las emociones, como la amígdala o la corteza prefrontal.
- Experiencias tempranas: entornos familiares donde se reprimían las emociones o no se enseñaba a expresarlas.
- Factores traumáticos: vivencias de abuso, abandono o violencia que llevan a desconectarse de lo emocional como mecanismo de defensa.
- Asociación con trastornos: se observa con frecuencia en personas con depresión, ansiedad, TEPT o espectro autista.
Características principales.
Una persona con alexitimia puede presentar:
- Dificultad para describir lo que siente.
- Incapacidad para diferenciar entre emociones y sensaciones físicas (por ejemplo, confundir tristeza con cansancio).
- Lenguaje emocional muy pobre.
- Escasa imaginación o fantasía.
- Tendencia al aislamiento emocional en relaciones personales.
- Estilo de pensamiento lógico-racional, con poco acceso a lo afectivo.
Consecuencias.
La alexitimia puede impactar significativamente la vida personal, social y laboral:
- A nivel individual: sensación de vacío, dificultad para manejar el estrés, somatización de emociones en el cuerpo.
- En las relaciones: incomprensión, distancia emocional, conflictos de pareja o familiares.
- En la salud mental: mayor riesgo de depresión, ansiedad y abuso de sustancias como intento de regulación emocional.
- En la salud física: mayor predisposición a enfermedades psicosomáticas debido a la represión emocional.
Medidas de afrontamiento.
Aunque la alexitimia puede ser desafiante, existen estrategias que ayudan a afrontarla:
- Psicoterapia: enfoques como la terapia cognitivo-conductual, la terapia emocional o la terapia basada en la mentalización ayudan a identificar y nombrar emociones.
- Diario emocional: escribir diariamente sensaciones y situaciones para aprender a reconocer patrones emocionales.
- Educación emocional: aprender vocabulario de emociones, escalas de intensidad y diferenciación entre sentimientos y estados físicos.
- Mindfulness y respiración consciente: conectar con el cuerpo y con el presente para percibir las señales internas
- Apoyo relacional: rodearse de personas empáticas que faciliten un espacio seguro para expresar lo que cuesta nombrar.
La alexitimia nos recuerda que no todos nacemos con las mismas herramientas para comprender el mundo interno. Quien vive con esta condición no es “frío” ni “desinteresado”, simplemente enfrenta una barrera entre la emoción y la palabra.
Aprender a reconocer, nombrar y expresar las emociones no solo es un ejercicio de autoconocimiento, sino también un acto de sanación y de apertura hacia los demás. Las emociones que no se expresan buscan salida en el cuerpo o en el silencio; darles voz es liberarlas y transformarlas.
“Nombrar lo que sentimos es comenzar a sanar.”
“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte;
Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad”.
(Proverbios 16:32)
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Dra. Elizabeth Rondón.
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