

El reciente acuerdo de libre comercio entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) marca un hito importante en las relaciones económicas internacionales de Brasil. Este pacto, negociado desde 2017, abre nuevas puertas para la exportación de productos brasileños hacia los mercados europeos de Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein, países que conforman el EFTA.
Según lo anunciado, el acuerdo establece que el EFTA eliminará el 100% de las tarifas de importación sobre productos industriales y pesqueros provenientes del Mercosur. Por otro lado, Brasil se compromete a liberar inmediatamente el 97% del comercio bilateral. Esto significa que casi el 99% de las exportaciones brasileñas destinadas al EFTA tendrán acceso libre de aranceles, lo que representa una oportunidad estratégica para la economía nacional.
Entre los productos brasileños que se beneficiarán de este acuerdo destacan las frutas del Valle del São Francisco, el café, el azúcar, el etanol y las carnes, además de bienes manufacturados como electrodomésticos de línea blanca y alimentos industrializados, como jugos. El gerente de Política Industrial de la Federación de Industrias del Estado de Pernambuco (Fiepe), Maurício Laranjeiras, subraya que este acuerdo llega en un momento crucial, dado el contexto global en el que algunos países están adoptando medidas proteccionistas.
Laranjeiras también señala que la Noruega, miembro del EFTA, cuenta con un fondo soberano que podría impulsar inversiones en sectores estratégicos como energías renovables y la industria naval en Brasil. Este tipo de colaboración podría fortalecer aún más los vínculos económicos entre los dos bloques.
El acuerdo no solo beneficia al sector agrícola y alimenticio, sino también a la industria manufacturera. Según Paulo Alencar, economista y profesor del Centro Universitario Tiradentes de Pernambuco (Unit-PE), productos como químicos, máquinas, equipos industriales, metalurgia y bienes manufacturados de metal tendrán mayores oportunidades para expandirse en los mercados europeos gracias a las tarifas reducidas y al aumento en las cuotas de exportación.
Además, Alencar destaca que este acuerdo fomenta una integración económica más profunda entre los países del Mercosur y el EFTA. Esto incluye licitaciones internacionales más accesibles y una mayor cooperación en sectores clave como energías renovables y tecnología.
El acuerdo llega en un contexto complicado para Brasil debido al «tarifaço» impuesto por Estados Unidos bajo la administración del expresidente Donald Trump. Esta medida estableció una tarifa del 50% para la mayoría de los productos brasileños exportados a ese país, lo que resultó en una caída del 18% en las ventas hacia los Estados Unidos el mes pasado. En este escenario, el acuerdo con el EFTA representa una alternativa estratégica para diversificar los mercados y reducir la dependencia del comercio con Norteamérica.
Por otro lado, el poder adquisitivo alto de los países del EFTA es una ventaja significativa para los exportadores brasileños. Con un PIB combinado de 1,4 billones de dólares y una población de 14,3 millones de habitantes, este bloque europeo se posiciona como un mercado relevante para productos brasileños con valor agregado.
La Confederación Nacional de la Industria (CNI) ha calificado este acuerdo como un paso estratégico para la economía brasileña. Según Ricardo Alban, presidente de la CNI, este pacto ofrece mejores condiciones de acceso a mercados con gran poder de consumo y llega en un momento crucial para la industria nacional, que enfrenta desafíos significativos debido a las políticas proteccionistas estadounidenses.
Un estudio realizado por la CNI revela que Brasil tiene más de 700 oportunidades de exportación hacia el EFTA, consolidándose como el tercer mayor socio comercial del país en servicios. En 2024, el EFTA se convirtió en el segundo destino más importante para las exportaciones brasileñas dentro de Europa, superando al Reino Unido y quedando solo detrás de la Unión Europea. Las exportaciones hacia este bloque alcanzaron un valor total de 3,1 mil millones de dólares el año pasado.
El acuerdo Mercosur-EFTA no solo abre nuevas oportunidades comerciales, sino que también refuerza la posición estratégica de Brasil en el escenario internacional. Además, podría servir como un impulso para concretar otros acuerdos comerciales importantes, como el pendiente con la Unión Europea.
En un mundo donde las políticas proteccionistas están ganando terreno, este tipo de colaboraciones entre bloques se convierte en una herramienta esencial para promover la integración económica y fortalecer las cadenas productivas globales. Para Brasil, este pacto representa una oportunidad única para diversificar su cartera de exportaciones y atraer inversiones extranjeras en sectores clave para su desarrollo económico.
Con esta nueva etapa en las relaciones comerciales entre Mercosur y EFTA, Brasil tiene frente a sí un camino prometedor para consolidarse como un actor relevante en el comercio internacional y aprovechar al máximo los beneficios derivados de este acuerdo histórico.
