

Cuando piensas en Jordania te vienen a la cabeza Petra, el Mar Muerto o Wadi Rum, pero su forma de vestir es un universo propio donde tradición y modernidad conviven a diario. Las prendas no solo protegen del clima: cuentan historias, revelan orígenes y expresan orgullo cultural, algo que impacta tanto a quien viaja como a quien crea moda en el país.
Antes de hacer la maleta, conviene entender que la ropa en Jordania funciona como lenguaje social y símbolo de identidad. Verás bordados que delatan la región de quien los viste, pañuelos convertidos en emblema nacional y una juventud que mezcla streetwear con detalles beduinos; todo ello bajo normas de modestia que facilitan integrarte con respeto.
Vestimenta tradicional: thobe, bordados e identidad
En barrios antiguos de Ammán o en pueblos del norte y el sur, es habitual cruzarse con mujeres que lucen vestidos tradicionales bordados a mano, conocidos como thobe o thawb, donde cada puntada narra un origen. Los motivos geométricos, de vivos colores, varían por regiones y pueden insinuar estatus, raíces familiares o incluso ciclos agrícolas.
En el norte predominan azules y verdes, asociados a tierras más fértiles, mientras que en el sur los tonos oscuros y diseños sobrios evocan el desierto. Este arte textil, transmitido de madres a hijas, convierte al thobe en algo más que ropa: es memoria cultural hecha tejido, con técnicas heredadas que perviven pese a la globalización.
La prenda equivalente para hombres es una túnica larga de manga larga, también llamada thobe, que facilita la ventilación y protege del sol. En la cabeza, los hombres alternan entre la gutrah blanca para el verano y el shumag rojo y blanco en invierno, una solución funcional y con fuerte carga simbólica en el día a día.
Junto a estos elementos destaca la keffiyeh —en Jordania llamada a menudo shemagh—, el pañuelo rojo y blanco que se ha convertido en símbolo nacional compartido en zonas rurales y urbanas. Nació como protección frente a sol y viento, pero hoy evoca historia, resiliencia y orgullo, y su uso habla tanto de utilidad como de pertenencia.
Detalles que importan: el poder cultural de los accesorios
La moda jordana brilla en los detalles. Un cinturón bordado, una chaqueta con guiños beduinos o un pañuelo bien anudado pueden cambiarlo todo, porque aquí vestirse también es recordar. Es habitual que piezas cotidianas funcionen como recordatorio de familia, paisaje o comunidad.
Este diálogo se nota en bodas, celebraciones y reuniones donde mujeres y hombres incorporan piezas heredadas, mezclando lo práctico con lo ceremonial. La keffiyeh no es solo una tela cuadrada: su forma de colocarse, la elección de colores o el contexto en que se usa señalan respeto, función y mensaje ante quienes la reconocen.
Moda contemporánea: diseñadores y fusión con pasarela global
La escena de diseño jordana vive un momento interesante en el que jóvenes creativos reimaginan técnicas tradicionales con cortes modernos. Nafsika Skourti es uno de los nombres más sonados: sus colecciones rescatan bordados y motivos regionales para situarlos en piezas urbanas, sofisticadas y listas para pasarela internacional.
Junto a esta tendencia, diseñadoras como Sara Mansour han actualizado la abaya, transformándola en una prenda de alta moda pensada para la mujer actual sin perder el vínculo con la modestia. Esa tensión creativa entre herencia y tendencia ha multiplicado la visibilidad de la moda jordana lejos de sus fronteras.
Las redes sociales han dado voz a una generación que combina vaqueros, zapatillas y cazadoras con accesorios tradicionales. Verás, por ejemplo, chaquetas con inspiración beduina o bordados integrados en prendas de diario, una mezcla fresca que refleja una sociedad que avanza sin soltar sus raíces.

Códigos de vestimenta: la modestia como regla general
En Jordania se valora la ropa discreta, especialmente en entornos tradicionales o religiosos. Para mujeres, se recomienda ropa holgada y opaca que cubra piernas, hombros y escote; los pantalones o faldas muy cortas y los tops que dejan los hombros suelen ser mal recibidos fuera de zonas turísticas. Aun así, el país es menos conservador que otros vecinos y en barrios modernos verás estilos muy occidentales.
Para hombres, camisas abotonadas metidas en el pantalón transmiten buena impresión y, en general, se espera que no caminen sin camiseta. Vestirse con modestia y pulcritud reduce miradas y evita equívocos; los locales agradecen la sensibilidad cultural, aunque están acostumbrados a la presencia de turistas.
Consejo práctico para mujeres: es útil llevar un pañuelo en el bolso para cubrir el cabello al entrar en mezquitas u otros espacios de culto. Fuera de esos lugares no es obligatorio, pero muchas viajeras lo usan también para protegerse del sol o del viento del desierto, lo que añade comodidad y respeto a la vez.
Ten en cuenta que en ámbitos más conservadores aún pervive la idea de evitar que el cabello caiga por debajo de los hombros si no se usa velo, por considerarse llamativo. En pueblos y áreas rurales, hombres y mujeres pueden socializar por separado y las muestras de afecto entre parejas en público suelen evitarse.
Qué llevar en la maleta: prendas clave según clima y contexto
El clima jordano combina días calurosos y noches que refrescan, sobre todo en zonas desérticas. Una selección de camisetas de manga corta, mejor holgadas y algo largas si llevas pantalones ajustados, resulta muy versátil para el día a día. En Petra o el Mar Muerto puedes usar pantalón corto si no es muy ceñido ni demasiado corto; en el resto de contextos, mejor largo.
Opta por pantalones de fibras naturales y transpirables; unos vaqueros pueden servir en el desierto si no aprietan en exceso. Añade un cárdigan para cubrir brazos en lugares de culto o a última hora del día, cuando baja la temperatura, y una chaqueta para los meses fríos —de noviembre a marzo—, idealmente impermeable por si llueve.
Si te gustan los vestidos o faldas, elige largos y vaporizos que cubran hasta los tobillos y evita colores o estampados muy llamativos en entornos tradicionales. Un pañuelo multiusos te servirá para mezquitas, sol o viento, y no olvides bañador o bikini para resorts y el Mar Muerto, donde conviven desde burkinis hasta bikinis sin problema.
Protege la cabeza con gorra o sombrero, sobre todo en Wadi Rum o durante excursiones al aire libre. En cuanto al calzado, lleva zapatillas o botas de trekking para largas caminatas —Petra exige buenas suelas—, sandalias para ciudad y chanclas para playas o piscinas, una combinación que cubre todos los planes.

Interacción social: saludos, hospitalidad y pequeñas normas
Los jordanos son hospitalarios y expresivos. Un saludo común es el apretón de manos —suave— acompañado de sonrisa, y entre amigos cercanos pueden darse besos en la mejilla. Con mujeres conservadoras, espera a que ellas inicien el gesto; si estás sentado, levántate para saludar, una señal de respeto muy valorada.
Aprender un par de frases en árabe abre puertas: “Ahlan wa sahlan” (bienvenido), “Marhaba” (hola), “Ibtihki ingleezi?” (¿hablas inglés?), “Ismi…” (me llamo…), “Shukran” (gracias) y “Afwan” (de nada). Estas cortesías, junto con un trato cercano, te acercan a los locales más rápido que cualquier otra cosa, generando conexión genuina.
La hospitalidad incluye invitaciones a té, café o incluso comidas. Si no puedes aceptar, declina con una sonrisa, mano derecha en el corazón y agradece (“shukran, shukran”), añadiendo “marra okhra, insha’Allah” para suavizar el no. Si aceptas, llevar una caja de dulces es un detalle perfecto y muy bien recibido.
Hay quien bromea con la “regla de los cinco minutos”: la puntualidad es flexible. Si te dicen que llegan en cinco, quizá sean veinte; tómatelo con calma y recuerda que la improvisación forma parte del encanto local, lo que alivia malentendidos por horarios.
Normas de comportamiento: PDA, fotos y religión
Evita muestras de afecto en público entre hombres y mujeres: besos, abrazos o caminar abrazados pueden generar incomodidad. Aunque la homosexualidad es legal desde 1951, sigue siendo un tema tabú; gestionar el afecto en público con discreción es la mejor pauta para todos.
Antes de tomar fotos a personas, pide permiso, especialmente si hay mujeres. Algunas familias lo consideran una invasión de privacidad. En mezquitas y espacios religiosos, respeta códigos de vestimenta y momentos de oración: interrumpir a alguien que reza es visto como una falta de respeto grave.
Durante Ramadán, evita comer, beber o fumar en espacios públicos durante el día. El alcohol se encuentra, pero muchos locales no lo sirven y, en época de ayuno, suele reservarse para turistas en hoteles. La sensibilidad con el calendario religioso te evitará situaciones embarazosas.
Cuestiones delicadas como el conflicto regional deben evitarse en conversaciones casuales. Dado que en Jordania conviven jordanos y palestinos, la situación con Israel es un tema sensible; es prudente no abrir debates, lo que favorece encuentros cordiales.
Costumbres cotidianas: café, comida y tabaco
Rechazar la primera taza de café o té puede interpretarse como descortesía: acéptala y, si quieres más, levanta la taza para que lo entiendan. Los jordanos disfrutan compartiendo mesa y se alegran de verte comer; decir repetidamente que estás lleno puede ofender sin querer, así que sé amable en la negativa.
En comidas tradicionales como el mansaf, es común comer con la mano derecha, gesto que expresa disfrute de la comida. Si eres vegetariano, encontrarás opciones, pero la cocina local integra productos animales en muchos platos; avisa con antelación y prepárate para ver platos principales con carne en la mesa.
Fumar está ampliamente extendido y permitido en muchos espacios, desde calles a cafés, con la pipa de agua (argeeleh o shisha) omnipresente. Si te incomoda el humo, pide sentarte en un área ventilada; la flexibilidad y el tono cordial ayudan a mantener la buena sintonía.
Seguridad práctica: agua, taxis, horarios y dinero
El agua del grifo no es potable: compra botellas selladas o solicita agua al hotel. Lleva efectivo para pequeñas compras y deja propina del 10% en restaurantes salvo que ya esté incluida. En transporte público, verás cortesía para ceder el asiento a mujeres y mayores, un gesto de respeto intergeneracional.
Los taxis amarillos funcionan con taxímetro y son económicos, aunque algunos conductores pueden evitar activarlo. Pide amablemente que lo enciendan y, al llegar, confirma el importe en el marcador; a determinadas horas (14:00–17:00) hay atascos y resulta más difícil moverse, así que planifica o camina trayectos cortos.
En trayectos en taxi, es habitual que los hombres se sienten delante como copilotos por cortesía cultural. Con respecto al trato, prepárate para una cercanía mayor que en países occidentales: palmadas en la espalda o conversaciones animadas son comunes y no invaden, por lo general, la confianza o el respeto.
Si viajas en Ramadán, recuerda que muchos establecimientos ajustan horarios; infórmate con antelación. En cualquier época, el inglés es bastante frecuente, sobre todo entre jóvenes y en ciudades, lo que facilita la comunicación básica.
Mujeres en Jordania: libertades, límites y claves de respeto
Las mujeres en Jordania cuentan con derechos como estudiar, votar o conducir y cada vez ocupan más espacios en empresa y política. Al mismo tiempo, perviven costumbres conservadoras: en algunos entornos se desaconseja que el cabello caiga por debajo de los hombros si no se usa velo, y aún existen matrimonios concertados en ciertos círculos.
Si eres mujer y viajas sola, viste con discreción en áreas rurales y ten a mano un pañuelo para entrar en mezquitas. En zonas turísticas u urbanas modernas hay más permisividad y verás estilos diversos. Como norma general, cubrir hombros y piernas en espacios religiosos y evitar ropa muy ajustada reduce la atención no deseada.
Evita fotografiar a mujeres sin permiso: puede considerarse una falta de respeto. Si surge incomodidad, una sonrisa y una retirada a tiempo solucionan la mayor parte de los malentendidos, reforzando una percepción de viajera consciente y respetuosa.

Otra clave útil: si recibes una invitación a casa de una familia y no puedes ir, agradece efusivamente y declina con suavidad; si aceptas, un detalle dulce se aprecia mucho. Esta etiqueta sencilla refuerza la hospitalidad jordana, uno de los grandes recuerdos del viaje.
Cómo combina Jordania pasado y presente al vestirse
En las calles de Ammán verás jóvenes con vaqueros y zapatillas combinados con un cinturón bordado o una chaqueta que recuerda a la estética beduina. Esa mezcla define un país que abraza tendencias globales sin desanclarse de su herencia, donde una keffiyeh puede convivir con una bomber y unos bordados artesanales asomar en una camisa contemporánea.
Los diseñadores locales demuestran que el thobe y el bordado no son reliquias, sino un vocabulario textil adaptable a la vida urbana. Gracias a esa reinterpretación, las prendas tradicionales saltan de bodas o festividades a la calle, a editoriales y a pasarelas, reforzando un ciclo virtuoso entre artesanía y moda.
Al visitante, esta evolución le ofrece guías claras: vestir con modestia donde toca, elegir fibras que respiren, protegerse del sol y pensar en capas para tardes más frescas. Con esas bases, es sencillo respetar códigos locales y disfrutar de la diversidad estilística que hace de Jordania un escenario visual único.
Si te apetece profundizar, busca colectivos que promueven bordado tradicional o talleres de artesanas: más que un souvenir, encontrarás historias de vida. Y si te atraen las experiencias organizadas, hay viajes en grupos pequeños conducidos por expertos locales que incluyen visitas a mercados, cooperativas y barrios creativos, una forma inmersiva de entender la moda desde dentro.
La moda jordana une memoria y presente: de los thobes bordados y la keffiyeh como emblema nacional a diseñadores que actualizan la abaya, pasando por códigos de modestia que conviven con estilos urbanos. Con ropa adecuada al clima, atención a las normas —Ramadán, fotos, invitaciones, propinas— y empatía en el trato —saludos, frases básicas, hospitalidad—, vestir y moverte por Jordania se convierte en una experiencia tan estética como humana, donde cada prenda y cada gesto suman al viaje con respeto y autenticidad.
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Alicia Tomero
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/vestimenta-jordania/
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