

La aprobación presidencial se mantiene en terreno positivo con +18, aunque se observa un leve descenso y un aumento progresivo de la desaprobación en la ciudadanía.
La evaluación de desempeño del presidente Yamandú Orsi registra un saldo positivo de +18 puntos. Este indicador, que resulta de restar la desaprobación a la aprobación, experimenta una reducción menor comparado con la medición precedente. La trayectoria desde el comienzo de la administración refleja una estabilidad global en los índices de aprobación ciudadana.
Paralelamente, se observa un incremento progresivo en los niveles de desaprobación. Los denominados juicios intermedios, que alcanzaron cifras elevadas en etapas iniciales de la gestión en comparación con estándares históricos, muestran una tendencia hacia la normalización. Estos datos se desprenden de la última encuesta realizada por la firma Equipos Consultores.
La continuidad en el apoyo ciudadano se mantiene como un elemento característico de los primeros meses de gobierno. El análisis de la serie histórica de mediciones indica que la figura presidencial conserva una valoración favorable por parte de la población.
El proceso de consolidación de la administración parece acompañarse de una definición más clara de posturas entre la ciudadanía, con un trasvase parcial de opiniones neutras hacia posiciones de aprobación o desaprobación. Este comportamiento suele ser habitual en los ciclos políticos tras la finalización del período de luna de miel inicial.
Homogeneidad en la valoración ciudadana a Orsi
La firma consultora destaca que el saldo positivo se mantiene como un dato relevante dentro del escenario político actual. La medición cuantitativa ofrece una visión panorámica de la relación entre el mandatario y la ciudadanía. Los números reflejan que, a pesar de la leve contracción, el respaldo al presidente Orsi se sostiene en terreno favorable. La evolución de estos indicadores será crucial para monitorizar la salud política de la administración en el mediano plazo.
En términos generales, las evaluaciones sobre el presidente presentan una razonable homogeneidad al ser desagregadas por distintos grupos de la población. En todos los segmentos sociodemográficos analizados se identifica una mayor proporción de aprobación que de desaprobación, aunque con intensidades variables. El apoyo es algo mayor en la capital del país, Montevideo. No obstante, el jefe de Estado también registra un saldo positivo en el interior del territorio, incluyendo las regiones más allá de Canelones.
La distribución por edades también refleja consistencia. Existe homogeneidad en los diferentes tramos etarios, aunque entre la población joven se constata una mayor proporción de juicios intermedios y una menor polarización en las valoraciones. Este fenómeno probablemente se vincula a una mayor distancia general de ese segmento etario hacia la actividad política institucional, y no a una característica específica de su percepción sobre el presidente Orsi. Es un patrón recurrente en los estudios de opinión pública.
Finalmente, al observar la variable socioeconómica, todos los estratos reflejan un saldo favorable hacia la gestión. Buscando los matices, la mayor aprobación se verifica en los estratos bajos de la sociedad. Por contrapartida, la mayor desaprobación se identifica en los segmentos de nivel socioeconómico alto. Esta distribución sigue un patrón que frecuentemente se correlaciona con las orientaciones políticas e identificaciones partidarias tradicionales de cada grupo.
Análisis desde la perspectiva del voto
El presidente Yamandú Orsi conserva un elevado nivel de apoyo dentro de su propia base electoral. Los datos indican que siete de cada diez individuos que votaron por él en la segunda vuelta electoral aprueban su gestión actual. En este grupo, los niveles de desaprobación son casi inexistentes. Esta cohesión en el núcleo duro de apoyo es fundamental para la estabilidad política inicial de cualquier gobierno.
Por el contrario, entre los votantes de la Coalición Republicana se aprecia un incremento gradual de las visiones críticas hacia el desempeño del mandatario. Este endurecimiento de las posturas en la oposición es un proceso habitual que suele acentuarse después de los primeros meses de gobierno, una vez finalizado el período de gracia inicial. La polarización política comienza a delinearse con mayor claridad.
Al situar las cifras actuales en una comparación histórica, el desempeño de Orsi se posiciona por debajo de los niveles registrados por Tabaré Vázquez en 2005, José Mujica en 2010 y Luis Lacalle Pou en 2020. Esta contextualización temporal es esencial para una interpretación precisa de los datos de popularidad, ya que cada gobierno enfrenta circunstancias históricas y económicas únicas.
Al mismo tiempo, los índices de aprobación superan claramente los registrados por Luis Alberto Lacalle Herrera en 1990, Julio María Sanguinetti en 1995 y Tabaré Vázquez en 2015. La evaluación de desempeño del presidente Orsi en este momento de su mandato resulta muy similar a la que presentaba Jorge Batlle en agosto del año 2000. Es pertinente recordar que la popularidad de Batlle experimentó un descenso pronunciado durante los últimos meses de ese mismo año.
Metodología de la encuesta
El informe de Equipos Consultores se basó en una recolección de datos realizada entre el 12 de agosto y el 9 de setiembre de 2025. La metodología empleada combinó técnicas presenciales (cara a cara) y telefónicas (a través de telefonía celular). El universo de estudio para el componente presencial comprendió a todas las personas de 18 años o más, residentes en el país y con acceso a telefonía celular.
El tamaño muestral efectivo alcanzó los 671 casos para la modalidad presencial y 400 para la telefónica, totalizando 1071 entrevistas. El margen de error máximo esperado para una muestra de este tamaño es de ±2.9%, dentro de un intervalo de confianza del 95%. Este nivel de error es standard para estudios de opinión pública de esta envergadura.
La selección de los encuestados presenciales se realizó utilizando una muestra estratificada, probabilística y multietápica de hogares. Se aplicaron cuotas de sexo y edad para la elección final del individuo a entrevistar. Para las entrevistas telefónicas, la selección se hizo mediante una muestra probabilística que utiliza el sistema RDD (Digit Dialing Aleatorio), también con cuotas de sexo y edad. Los resultados finales fueron ponderados para ajustarse a las proporciones de la población según sexo, edad, zona, nivel educativo, condición de ocupación, tipo de vivienda y voto anterior.
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