

La zona arqueológica de Chichén Itzá volvió a ser noticia tras un episodio de incivismo turístico: un visitante extranjero sorteó las cintas de seguridad e intentó subir a la pirámide de Kukulcán, también conocida como El Castillo. La escena fue registrada por otros turistas y difundida masivamente en redes sociales, elevando de nuevo la preocupación por el cuidado del patrimonio.
Subir a la estructura está terminantemente prohibido desde 2008 para protegerla de daños, ya que se trata de un monumento inscrito como Patrimonio Mundial por la UNESCO y amparado por la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas. Las sanciones por infringir esta norma pueden ir de 5.000 a 50.000 pesos (cifra que, en el tope, ronda los 2.500 dólares), dependiendo de la gravedad y de si se han causado afectaciones.
Qué ocurrió en Chichén Itzá
El incidente, registrado este 9 de septiembre, muestra a un hombre que cruza la delimitación y avanza unos peldaños por la escalinata antes de verse obligado a detenerse por los gritos y la presión de otros visitantes. En cuestión de minutos, las imágenes comenzaron a circular en X (antes Twitter) y otras plataformas, generando miles de visualizaciones.
Personal de vigilancia del INAH intervino con rapidez, escoltando al infractor fuera del área restringida y conduciéndolo a las oficinas del parador turístico. Según reportes, fue entregado a las autoridades para el trámite correspondiente, aunque el monto de la eventual multa no se había comunicado oficialmente.
Testigos relataron que una guía de turistas y varios visitantes increparon al sujeto para que descendiera, lo que evitó que la situación pasara a mayores. No hay reportes de daños en la estructura del monumento, un dato clave dada la fragilidad de la piedra caliza que compone el monumento.

Reacciones y medidas en discusión
Las publicaciones en redes, incluido un vídeo difundido en TikTok por Alex Ramírez, desataron indignación generalizada y un nuevo debate sobre cómo reforzar la protección del sitio. Entre las propuestas recurrentes figuran más personal de vigilancia, barreras mejoradas y campañas informativas dirigidas de forma específica a los visitantes extranjeros.
El INAH recordó que la pirámide de Kukulcán no es solo un atractivo fotográfico: es un símbolo de la civilización maya, concebido como un calendario tridimensional que refleja conocimientos astronómicos y la cosmovisión prehispánica. De ahí que tocar, trepar o generar vibraciones innecesarias contribuya al desgaste del material y ponga en riesgo detalles constructivos insustituibles.
El flujo masivo de visitantes —Chichén Itzá es uno de los recintos arqueológicos más concurridos del país— tensiona el equilibrio entre turismo y conservación. Usuarios piden señales multilingües más claras y mensajes de concienciación permanentes en los accesos, además de sanciones que se apliquen con mayor celeridad para disuadir conductas similares.

Marco legal, sanciones y antecedentes
La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos —en su artículo 55— contempla multas que van de 5.000 a 50.000 pesos para quienes vulneren las restricciones en áreas protegidas como El Castillo. La cuantía varía según la gravedad de la infracción y si hubo daños; en términos prácticos, la sanción máxima equivale aproximadamente a 2.500 dólares.
El caso no es aislado. Durante el equinoccio del 20 de marzo, un turista de nacionalidad alemana subió a la pirámide y terminó sancionado tras ser retenido por el personal y encarado por visitantes. También se han documentado episodios en enero y marzo de 2025, así como en 2023, lo que evidencia un patrón que preocupa a autoridades y comunidad.
Tras incidentes anteriores se instalaron vallas y señalética más visibles; no obstante, la persistencia de estos comportamientos refuerza la necesidad de respetar los perímetros, atender a las indicaciones del INAH y asumir que la mejor fotografía es la que no compromete un legado cultural irreemplazable.

El episodio de septiembre vuelve a poner sobre la mesa que el respeto a las normas es la primera línea de defensa del patrimonio: no cruzar cintas, no trepar y seguir las instrucciones del personal no solo evita multas, también garantiza que Chichén Itzá se conserve para las próximas generaciones.
Postposmo
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/nuevo-incidente-en-chichen-itza-un-turista-intenta-subir-la-piramide-de-kukulcan/
También estamos en Telegram como @prensamercosur, únete aquí: https://t.me/prensamercosur Mercosur
