

El clásico musical de Andrew Lloyd Webber desembarca en Barcelona con la versión oficial en español que ha girado por España en los últimos años. La producción, impulsada con la alianza de LetsGo y Amigos Para Siempre (APS), se instala en el Teatre Tívoli con un montaje que apuesta por una lectura más actual y un despliegue técnico pensado para teatros de nuestro entorno.
Con Daniel Diges como Erik y Ana San Martín como Christine Daaé, la temporada en el Tívoli se anuncia desde el 25 de septiembre hasta el 1 de febrero, con un equipo que combina fidelidad a la partitura original y un enfoque interpretativo más cercano al presente. La propuesta llega avalada por un recorrido de éxito y por el interés del público por uno de los títulos más influyentes del género.
Una llegada largamente esperada al Tívoli
Estrenado en el West End en 1986 y en Broadway en 1988, El fantasma de la ópera se ha consolidado como una de las producciones más vistas de la historia, con cifras que superan los 160 millones de espectadores, presencia en 195 ciudades y traducciones a 21 idiomas. La escala barcelonesa supone la primera vez que el montaje completo se presenta de forma estable en Catalunya.
El Tívoli acogerá esta temporada con un formato de compañía grande y orquesta en directo, preservando el espíritu del original pero adaptando la dimensión de la maquinaria escénica. El objetivo es mantener la espectacularidad sin renunciar a la proximidad con el público que ofrecen los teatros españoles.
La obra, basada en la novela de Gaston Leroux (1911), narra la obsesión de un compositor desfigurado por una joven soprano en la Ópera de París, entre bambalinas y catacumbas. En Barcelona se presenta como producción oficial en español, fruto del acuerdo entre Andrew Lloyd Webber y Antonio Banderas a través de APS.
Además del foco escénico, el fenómeno literario sigue vivo: la editorial Adesiara acaba de publicar una edición en catalán traducida por Anna-Maria Corredor, lo que amplía el alcance del relato en el territorio.
El equipo ha insistido en que la temporada barcelonesa no es una parada puntual, sino un engagement sostenido hasta febrero, con reposición completa de los elementos icónicos del título y un ritmo de representación diseñado para garantizar la consistencia del reparto y de la orquesta.

Un equipo artístico y creativo con sello propio
La dirección de escena corre a cargo de Federico Bellone, responsable de una puesta más ágil y contemporánea que conserva los símbolos del original. La dirección musical es de Julio Awad (reconocido con el Premio Talía 2024 por esta versión), mientras que en Barcelona la batuta del foso recae en Miquel Tejada.
El trío protagonista lo integran Daniel Diges (Erik), Ana San Martín (Christine) y Guido Balzaretti (Raoul), con un reparto que mantiene la excelencia vocal y potencia un trabajo actoral de mayor naturalismo. La residente Silvia Montesinos firma la dirección residente y la traducción de las letras, y el vestuario de Chiara Donato ha sido distinguido por el público especializado.
Diges explica que su Fantasma nace «desde las entrañas», con un abordaje emocional intenso y muy físico. San Martín subraya una Christine con perfil más humano, marcada por el duelo y el triángulo amoroso, en una búsqueda de verdad interpretativa que evita rigideces.
El elenco ha afinado la dinámica de escena pensando en la sala del Tívoli: se ha trabajado para que la química entre personajes y el pulso dramático se sientan de cerca, sin sacrificar los momentos de gran aparato que el público espera del título.
Con la experiencia acumulada en grandes franquicias del musical, el equipo creativo remarca una prioridad: que la narración fluya con claridad, sosteniendo la emoción desde la primera a la última escena.

Puesta en escena: magia, ritmo y cercanía
La escenografía es totalmente nueva y compactada para girar por distintos recintos sin perder impacto. Entre las claves, cambios de escena muy rápidos, sorpresas de ilusionismo y una utilización del espacio que permite ver el escenario por delante y por detrás, además de las célebres catacumbas.
El equipo musical y los intérpretes comparten protagonismo con el foso: habrá momentos de interacción y movimientos que invitan a mirar hacia varias direcciones, generando un efecto de «yincana» teatral en el mejor sentido, siempre al servicio de la historia.
Algunos recursos técnicos exigen formación específica. Diges, por ejemplo, ha realizado entrenamiento de vuelos para determinados efectos y describe una caracterización que incluye prótesis y máscara que condicionan —y enriquecen— el trabajo corporal y vocal.
La partitura mantiene sus números emblemáticos y se interpreta con músicos en directo en el foso, reforzando el carácter orgánico del espectáculo. La intención general es conjugar lo icónico con un tempo más cinematográfico en la transición de escenas.
En lo visual, se busca que la grandiosidad no dependa del tamaño, sino de la ingeniería escénica y la precisión técnica: la sensación de asombro se sostiene tanto en la ejecución como en la dramaturgia del efecto.

Calendario, gira y expansión internacional
La temporada de Barcelona se extenderá hasta el 1 de febrero, y el plan de la productora pasa por consolidar la ruta en España y reforzar la presencia en Latinoamérica. En noviembre está previsto el estreno en Ciudad de México, primer paso de una gira por la región hispanoamericana.
Antes de llegar a Barcelona, el título ha pasado por distintas plazas españolas y mantiene paradas programadas. En Valladolid, por ejemplo, se presenta en el Teatro Calderón durante las fiestas de San Lorenzo, con Diges al frente del reparto y una producción que viaja con más de un centenar de profesionales y un operativo de varios tráileres para el traslado técnico.
En Pamplona, dentro de la temporada principal de Fundación Baluarte, se han anunciado seis funciones del 19 al 22 de marzo. Las entradas se comercializan en una franja que va aproximadamente de 57,95 a 69,95 euros, con el elenco principal encabezado por Diges, San Martín y Balzaretti.
El plan de ruta confirma la vocación de este montaje de ser estable allí donde recala y, a la vez, de llegar a nuevos públicos en el ámbito hispano. La coordinación entre APS y LetsGo permite que la versión oficial en español mantenga la coherencia artística a lo largo de la gira.
La interlocución con el equipo de Andrew Lloyd Webber y el impulso de Antonio Banderas han sido clave para adaptar el proyecto al circuito de habla hispana, preservando la marca del original y su excelencia musical.

La obra literaria y su vigencia
El mito escénico hunde sus raíces en la novela de Gaston Leroux, publicada en 1911, que sigue alimentando adaptaciones y lecturas. La reciente edición en catalán de Adesiara, traducida por Anna-Maria Corredor, aporta una nueva puerta de entrada al relato en nuestro idioma y refuerza el diálogo entre literatura y teatro musical.
Que un título centenario siga encontrando nuevas voces y miradas explica en parte su vigencia. La tensión entre belleza, miedo, deseo y poder se renueva con cada generación, y esta versión en español apuesta por hacerla tangible en las distancias cortas de nuestros escenarios.
En última instancia, la convivencia de gran partitura, iconografía reconocible y pulsión dramática es la que mantiene al Fantasma como una referencia del repertorio, capaz de conectar con públicos muy distintos sin perder su identidad.

Con una temporada definida en Barcelona, un equipo artístico de primer nivel y una puesta en escena que conjuga tradición y modernidad, El fantasma de la ópera encara un nuevo ciclo en el ámbito hispano. Entre el pulso íntimo de sus protagonistas, la solidez musical y la pericia técnica, el montaje busca refrendar por qué sigue siendo un referente absoluto del teatro musical.

Postposmo
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/el-fantasma-de-la-opera-aterriza-en-el-tivoli-de-barcelona/
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