

Imagen Gobernación del Magdalena
La economía campesina del Magdalena comienza a escribir un nuevo capítulo de dignificación y oportunidades. En un hecho que refleja cómo las políticas públicas pueden traducirse en beneficios tangibles para las comunidades rurales, la Gobernación del Magdalena, en articulación con la Agencia de Desarrollo Rural, logró consolidar una Rueda de Negocios que reunió a campesinos, asociaciones agropecuarias, entidades del Estado y representantes del sector privado con un mismo propósito: fortalecer la producción local y garantizar que el fruto del trabajo en el campo llegue a los consumidores sin la cadena de intermediarios que tantas veces reduce las ganancias de los pequeños productores.
El resultado fue contundente: 34 alianzas comerciales establecidas por un valor superior a los 747 millones de pesos, que representan no solo un logro financiero, sino también un respiro económico para centenares de familias campesinas. Entre los productos negociados figuran carnes, frutas, hortalizas, lácteos y derivados que ahora tendrán una vía directa hacia programas de gran impacto social como el de Alimentación Escolar, el ICBF y la USPEC, consolidando una cadena de valor más justa y sostenible.
La estrategia de Compras Públicas Locales, que nació en el gobierno de Carlos Caicedo y ha sido profundizada bajo la gestión de Rafael Martínez, muestra que la continuidad en las políticas sociales es clave para combatir la pobreza rural. “Este mecanismo contribuye de manera técnica y estructural a la reducción de la pobreza en el sector rural, al garantizar ingresos más estables, justos y sostenibles para nuestros agricultores. Con cada rueda de negocios reafirmamos nuestro compromiso con la economía rural y con los productores que día a día sostienen la alimentación de nuestro departamento”, señaló Ceduin de la Cruz, secretario de Desarrollo Económico del Magdalena.
El impacto no se limita a las cifras. Para los productores de ahuyama, guineo, mango, papaya, plátano, tomate o queso, estas alianzas significan la posibilidad de sostener su actividad, enviar a sus hijos a la escuela, invertir en mejores técnicas de cultivo y dignificar un oficio que constituye la base de la seguridad alimentaria del país. La Gobernación ha subrayado que este modelo busca consolidar circuitos cortos de comercialización, donde el campesino reciba el valor real de su esfuerzo y las instituciones públicas accedan a alimentos frescos y de calidad para cumplir su misión social.
La presencia de aliados como la Cámara de Comercio, la DIAN y cooperativas regionales dio un respaldo adicional al encuentro, que se consolida como una plataforma para transformar las dinámicas de comercialización agrícola en el departamento. No se trata únicamente de una feria de negocios, sino de un ejercicio de justicia económica y de confianza institucional.
En un país donde la ruralidad suele ser sinónimo de olvido, el Magdalena apuesta por un modelo que pone al campesino en el centro de la política pública. Las cifras hablan de éxito, pero detrás de cada acuerdo hay una historia campesina que se fortalece y una esperanza renovada de que el campo puede ser motor de desarrollo, prosperidad y equidad.
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carloscastaneda@prensamercosur.org
