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Colombia se prepara para dar un salto trascendental en la garantía de derechos de la primera infancia. El Ministerio de Educación Nacional y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) anunciaron la puesta en marcha de un plan conjunto que busca universalizar la educación inicial, un reto que pretende llegar a 2,7 millones de niñas y niños entre 0 y 5 años en todo el país.
El próximo 2 de septiembre, secretarios de educación, directivos docentes, directores regionales del ICBF y representantes territoriales participarán en un encuentro virtual en el que se socializará la Circular 034 de 2025. Este documento establece las directrices para articular esfuerzos institucionales y territoriales con el fin de consolidar un sistema que garantice acceso equitativo y de calidad a la educación en los primeros años de vida, etapa decisiva para el desarrollo humano.
La iniciativa se enmarca en el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, Colombia, Potencia Mundial de la Vida, y tiene como prioridad llegar a las comunidades más vulnerables, aquellas donde la infancia ha sufrido históricamente la exclusión y el olvido. El diseño contempla una organización territorial que acerque la oferta educativa a cada familia, con servicios pertinentes, cercanos y culturalmente adecuados.
El modelo pedagógico se estructura en dos ciclos: desde el nacimiento hasta antes de los tres años, y de los tres hasta antes de los seis, incluyendo los grados de prejardín, jardín y transición. Este último, dirigido a niñas y niños de cinco años, será obligatorio y deberá garantizarse en establecimientos oficiales.
El plan se sustenta en seis principios rectores: simultaneidad de la acción, complementariedad, integralidad, trabajo intersectorial, cierre de brechas y participación comunitaria. Una de sus estrategias clave es el fortalecimiento de las Mesas Territoriales de Tránsito, espacios de coordinación donde el ICBF asumirá la atención de los menores de tres años y el sector educativo se concentrará en aquellos entre tres y cinco, asegurando continuidad y permanencia en el sistema.
Pero el alcance de esta apuesta va más allá de la cobertura: se proyecta la creación de colectivos pedagógicos de educación inicial, comunidades de aprendizaje donde convergerán docentes, agentes educativos y familias, con el propósito de transformar las prácticas pedagógicas y construir conocimiento desde los territorios. Estos colectivos estarán articulados con los comités de formación docente, abriendo paso a una descentralización educativa que responda a las realidades locales.
Con esta estrategia, Colombia no solo busca saldar una deuda histórica con la niñez, sino también alinearse con los compromisos internacionales en materia de derechos de la infancia y desarrollo sostenible. La universalización de la educación inicial se presenta así como una apuesta de Estado, que coloca a la primera infancia en el centro de la agenda pública, con la convicción de que en sus primeros años se juega el futuro del país.
carloscastaneda@prensamercosur.org
