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La diplomacia latinoamericana y caribeña entra en horas cruciales. La Presidencia Pro Témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), ejercida por la canciller de Colombia, Rosa Yolanda Villavicencio Mapy, convocó a una reunión extraordinaria de cancilleres ante la creciente preocupación por los movimientos militares registrados en el Caribe y las tensiones que amenazan con desestabilizar la región. La cita tendrá lugar mañana a las 10:00 de la mañana en formato virtual y contará con la participación de los ministros y ministras de Relaciones Exteriores de los 33 Estados miembros.
El llamado de urgencia refleja la inquietud compartida en torno a un escenario que, de agravarse, podría alterar el delicado equilibrio de paz y cooperación que durante años se ha buscado consolidar en el hemisferio. Los gobiernos esperan que esta sesión extraordinaria permita no solo intercambiar diagnósticos y advertencias, sino también avanzar hacia compromisos concretos que fortalezcan la diplomacia regional en un contexto de incertidumbre geopolítica.
En un comunicado previo, la Presidencia Pro Témpore subrayó que la CELAC no puede permanecer ajena frente a dinámicas que pongan en riesgo la seguridad colectiva. El encuentro se convoca bajo los principios del respeto al derecho internacional, la soberanía de los Estados y el fortalecimiento de la integración como respuesta a desafíos transnacionales. En ese sentido, se insistió en que la diplomacia compartida y la búsqueda de consensos son la vía legítima para enfrentar amenazas comunes.
La situación en el Caribe, que enciende alarmas tanto en gobiernos como en organismos multilaterales, será el eje de un diálogo que pretende mostrar que América Latina y el Caribe pueden hablar con una sola voz frente a tensiones externas y riesgos que trascienden fronteras. En un momento de tensiones globales, los cancilleres llegan a esta cita con la convicción de que el continente tiene el deber histórico de resguardar su condición de Zona de Paz, proclamada en 2014, y reafirmar que la región debe resolver sus diferencias por la vía del entendimiento político.
Se espera que la reunión sirva también para enviar un mensaje firme a la comunidad internacional: América Latina y el Caribe no permitirán que la inestabilidad militar o las presiones externas comprometan el horizonte de cooperación y unidad que la CELAC ha venido forjando como alternativa a la fragmentación. La convocatoria, más que un procedimiento diplomático, se perfila como un acto de afirmación regional frente a los desafíos de la hora presente.
Mañana, cuando las pantallas conecten a los cancilleres desde cada capital, se pondrá a prueba la verdadera capacidad de la CELAC para traducir los principios de unidad en decisiones capaces de blindar la paz regional. En medio de incertidumbres y advertencias, la región se juega un mensaje histórico: la voz de América Latina y el Caribe no puede ser ignorada.
carloscastaneda@prensamercosur.org
