

Imagen Contraloría General de la República
En un acto que marca un hito en la historia institucional de Colombia, la Contraloría General de la República lanzó oficialmente el Ecosistema Digital para la Participación Ciudadana, una plataforma tecnológica que abre la puerta a una transformación profunda en la relación entre Estado y ciudadanía.
Por primera vez, cada colombiano podrá seguir en tiempo real la ejecución de obras públicas, presentar denuncias por presunto mal uso de los recursos, radicar derechos de petición, acceder a informes oficiales y auditar digitalmente la gestión fiscal. Todo, desde un teléfono móvil, un computador o los tótems interactivos instalados en las gerencias departamentales.
El Contralor General, Carlos Hernán Rodríguez Becerra, definió esta apuesta como “el inicio de una era más cercana, transparente y ciudadana, en la que cada persona podrá convertirse en guardián de lo público desde su entorno cotidiano”. Y agregó que la lucha contra la corrupción y la ineficiencia estatal “ya no será solo tarea de los órganos de control, sino un deber compartido con la sociedad civil que, mediante la tecnología, adquiere un papel protagónico”.
El sistema ofrece un nivel de detalle inédito: cada proyecto en ejecución —su valor, ubicación, avance físico y financiero, actores involucrados y estado actual— podrá ser monitoreado directamente por los ciudadanos. Hoy la plataforma registra 1.703 obras en el país: 637 inconclusas, 1.019 en estado crítico, 47 priorizadas y 610 ya entregadas a la ciudadanía. Esta radiografía pública, accesible en segundos, permite visibilizar el rezago en la infraestructura nacional y dota a la ciudadanía de herramientas para exigir rendición de cuentas.
Más allá de la transparencia, el Ecosistema Digital está diseñado para prevenir irregularidades. Con el uso de análisis predictivo e inteligencia artificial, la Contraloría proyecta una reducción del 30% en los hallazgos con incidencia fiscal, un aumento del 45% en la efectividad de auditorías y una disminución del 60% en los tiempos de reacción frente a riesgos. Además, se prevé un incremento del 250% en las interacciones ciudadanas, lo que refleja una apuesta por un control más dinámico, masivo y participativo.
El lanzamiento se produce en un contexto en el que la Contraloría ha debido enfrentar una avalancha de reclamos y denuncias. Entre 2022 y 2025, la entidad atendió 88.000 derechos de petición, 7.220 denuncias fiscales y más de 50.000 llamadas a través de sus canales de atención. Solo la Línea 199, que acaba de registrar su llamada número 50.575, evolucionó hacia una plataforma inteligente que integra trazabilidad de solicitudes, enrutamiento automático y reportes en tiempo real.
El Ecosistema Digital se apoya en cuatro herramientas estratégicas:
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Línea 199, ahora convertida en un centro de inteligencia ciudadana que garantiza respuestas rápidas y verificables.
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Lupita, un asistente virtual con inteligencia artificial que funciona como canal de denuncia permanente y monitorea redes sociales para detectar alertas tempranas.
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CGR I COL, una aplicación móvil que concentra todos los servicios digitales de la entidad en un entorno seguro y accesible incluso sin conexión a internet.
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Tótems interactivos, instalados en diferentes departamentos, que permiten a los ciudadanos sin acceso a dispositivos móviles utilizar los mismos servicios.
Rodríguez Becerra enfatizó que este modelo no es un simple salto tecnológico, sino un cambio cultural en la forma de entender la democracia: “No estamos instalando solo un sistema digital, estamos inaugurando una nueva etapa de participación ciudadana. La defensa de lo público es una tarea colectiva, y este ecosistema abre la puerta para que cada colombiano ejerza su derecho y deber de control”.
La apuesta colombiana no es un caso aislado en el mundo. En países europeos como Estonia o Finlandia, la digitalización del control fiscal ha transformado la relación entre Estado y sociedad, reduciendo significativamente los niveles de corrupción y aumentando la confianza ciudadana en las instituciones. En América Latina, experiencias en Chile y Uruguay han dado pasos en la digitalización de la transparencia, pero pocas han integrado a la ciudadanía en tiempo real como lo plantea el modelo colombiano.
El desafío, sin embargo, no es menor: la eficacia del sistema dependerá de la voluntad política para mantenerlo activo y de la disposición ciudadana a usarlo como una herramienta de vigilancia permanente. El riesgo de que quede en manos de pocos o se convierta en un simple archivo digital es real, pero el impacto que puede generar en la lucha contra la corrupción es innegable.
Con el lanzamiento del Ecosistema Digital, Colombia envía un mensaje al mundo: la tecnología puede ser un aliado de la transparencia y la democracia, siempre que se ponga al servicio de la gente. El verdadero poder del sistema no radica en su sofisticación tecnológica, sino en la capacidad de millones de ciudadanos de convertirse en auditores del presente y guardianes del futuro.
