

Muchos animales nos recuerdan a las ratas a simple vista: cuerpo esbelto, hocico afilado, orejas visibles y una cola destacada. Sin embargo, bajo esa apariencia hay historias evolutivas distintas y una diversidad enorme, desde los pequeños ratones del campo hasta el coloso acuático que es la capibara. En esta guía desglosamos quiénes son esos animales que parecen ratas, cuáles sí son roedores de verdad y cuáles solo se les parecen por pura convergencia.
Además de ejemplos claros y confusiones habituales, repasamos características dentales, hábitos, clasificación completa del orden Rodentia, casos notables de “falsas ratas” que ni siquiera son roedores, su papel ecológico, relación con las personas, enfermedades asociadas y su presencia en la cultura popular. Si ves incisivos que no paran de crecer y un diastema sin caninos, estás ante un roedor… pero hay matices jugosos que conviene conocer.
¿Qué significa que un animal «parezca» una rata?
Cuando decimos que un animal parece una rata, hablamos de un “morfotipo”: cuerpo alargado y ligero, patas relativamente cortas, cuello corto, hocico redondeado y una cola visible, a veces desnuda. Ese patrón es común en buena parte de los roedores (orden Rodentia) y también se da en especies que no son roedores pero han convergido en forma por el hábitat que ocupan.
La verdadera “firma” de los roedores no es la cola, sino los incisivos: un par superior y otro inferior de gran tamaño, con esmalte solo en la cara anterior y crecimiento continuo. Entre incisivos y dientes posteriores hay un espacio sin caninos llamado diastema. Este diseño explica su maestría para roer y su éxito ecológico.
Ojo con las falsas ratas: el desmán de los Pirineos (conocido como “rata de agua”), los llamados “ratones marsupiales” o ciertas “ratas” del Nuevo Mundo no son roedores. Pertenecen a otros órdenes (Eulipotyphla, Didelphimorphia o Dasyuromorphia). Por cierto, los murciélagos tampoco son roedores.
Panorama rápido de los roedores (Rodentia)
Rodentia es el orden de mamíferos placentarios más numeroso, con unas 2.277–2.280 especies modernas descritas (alrededor del 42% de los mamíferos). Están presentes en todos los continentes salvo la Antártida, y varias especies han sido introducidas por humanos en islas y regiones donde no eran nativas.

Su rasgo común son los incisivos siempre en crecimiento, afilados como un cincel gracias al esmalte anterior y la dentina posterior, lo que mantiene un filo al desgastarse. Crecen varios milímetros por semana, más en especies excavadoras con los dientes. El resto de la dentición varía según la dieta y hay líneas con molares también de crecimiento continuo.
El tamaño va del diminuto Mus minutoides o el ratón espiguero (menos de 5 g) hasta la capibara (Hydrochoerus hydrochaeris), que puede alcanzar 100–130 cm y 50–60 kg. En medio, la mayoría oscila entre 8 y 30 cm, el “tamaño rata” que tanto nos suena.
Subórdenes y familias con aspecto “tipo rata”
Para orientarse, Rodentia se divide hoy en cinco grandes subórdenes. Muchos de sus miembros encajan a primera vista con ese aspecto ratonil/ratero, pero las diferencias internas son profundas.
- Sciuromorpha: incluye Aplodontiidae (castor de montaña), Gliridae (lirones) y Sciuridae (ardillas, marmotas, perritos de las praderas). Muchos lirones parecen ratones robustos; las ardillas de manto dorado comparten el “aire” de micromamífero esbelto.
- Castorimorpha: Castoridae (castores) y Geomyoidea con Geomydidae (tuzas) y Heteromyidae (ratas canguro). Las ratas canguro tienen claro “look” de roedor pequeño; los castores, aunque masivos y con cola aplanada, conservan rasgos típicos de roedor. Para conocer más sobre roedores acuáticos, visita mamíferos marinos y acuáticos.
- Anomaluromorpha: Anomaluridae (anómaluros, algunas “ardillas voladoras” africanas) y Pedetidae (liebre saltadora o del Cabo). Varias especies, sobre todo Pedetes, se confunden con “ratas grandes” por su cuerpo y hocico.
Partes que facilitan el engaño
Incisivos perpetuos y diastema: cuatro incisivos (dos arriba, dos abajo), sin caninos y con diastema antes de premolares/molares. El esmalte solo recubre la cara anterior del incisivo; detrás, la dentina se desgasta más rápido y deja el filo. Si el desgaste falla, los dientes pueden curvarse y convertirse en un problema grave.

Cobaya
Ritmo de crecimiento dental: de 2–3 mm/semana en especies no excavadoras y hasta 5 mm/semana en geómidos que excavan con los dientes. En hibernación, el crecimiento se ralentiza. En algunos grupos (castores de montaña, geómidos, chinchillas, cávidos) los dientes posteriores carecen de raíces y crecen toda la vida.
Variedad en el “motor de roer”: la morfología muscular y del cráneo define cuatro configuraciones masticatorias clásicas: protrogomorfa (aparato menos especializado), esciuromorfa (típica de ardillas y parientes), histricomorfa (masetero medial atravesando un gran foramen infraorbitario; caviomorfos, anómaluros), y miomorfa (optimizada para roído; muroideos). Estas diferencias explican la eficacia al masticar distintos alimentos.
Medidas, locomoción y hábitats
Los roedores ocupan casi todos los nichos de agua dulce y tierra: desde los polos a selvas tropicales, desiertos y alta montaña. Los humanos han expandido ciertas especies hemerófilas, y junto con murciélagos son los únicos euterios terrestres que colonizaron Australia por sí solos (múridos del Viejo Mundo).
Locomoción variada: cuadrúpedos corredores, saltadores (jerbos, ratas canguro, rata liebre sudafricana), excavadoressubterráneos (ratas topo africanas, geómidos), arborícolas planeadores (ardillas voladoras y anómaluros) y semiacuáticos (castores, ratas almizcleras, coipos, “ratas cangrejeras”, ratas de agua australianas).
Estructuras notables: columna con 7 cervicales, ~13 torácicas, 6 lumbares y un número variable de caudales; tibia y peroné fusionados parcialmente en saltadores; metatarsos alargados en jerbos; clavícula presente o reducida según el estilo de vida; pelvis robusta.
Reproducción: estrategias r y K
Miomorfos: “r a tope”: gestaciones cortas, camadas numerosas y madurez sexual precoz. Hámsteres: ~16 días de gestación; Mastomys alcanza 24 crías; la rata topo desnuda puede llegar a 27. Crías altriciales, crecen muy rápido.
Caviomorfos: “K y calma”: gestaciones largas (hasta ~280 días en pacarana), camadas pequeñas y crías precociales (nacen con pelo y ojos abiertos, caminan horas después). Cambian el guion típico de “ratón” que todos imaginamos.
Distribución, evolución y filogenia
Rodentia pertenece a Glires junto con Lagomorpha (conejos y liebres), dentro del superorden Euarchontoglires (con Euarchonta: primates, dermópteros y escandentios). Los análisis genéticos avalan el monofiletismo de los roedores y su separación de los lagomorfos en el Cretácico superior.
Historia y clasificación: Linneo (1735) agrupó a muchos “glires” juntos; a partir de 1821 se consolidó Rodentia. Durante décadas se usó la mandíbula y la musculatura masticatoria para subdividirlos (esciuromorfos, miomorfos, histricomorfos), más tarde reemplazados por los cinco subórdenes vigentes, apoyados por filogenia molecular.
Fósiles y radiaciones: los roedores más antiguos seguros son del Thanetiense; en el Eoceno se expanden por Eurasia y África, con grandes radiaciones hacia el Rupeliense. Eurymylidae y Alagomyidae aparecen como grupos hermanos cercanos, no roedores basales.
Viajes increíbles: caviomorfos llegan a Sudamérica en el Oligoceno, probablemente en “balsas” de vegetación desde África, y ocupan nichos típicos de artiodáctilos (incluidas formas gigantes como Phoberomys). Australia fue colonizada por múridos del Viejo Mundo en varias oleadas hace 10–5 millones de años.

Rata Liebre
Salud, plagas y conservación
Plagas agrícolas y urbanas: entre 200–300 especies se consideran plagas. Daños a cultivos (ej., en Indonesia se pierde ~17% del arroz), infraestructuras y alimentos almacenados. La expansión humana suele ser la causa de los conflictos.
Enfermedades asociadas: mordeduras (pasteurelosis, rabia, esta última menos frecuente que en otros mamíferos), excrementos (salmonelosis, leptospirosis, fiebres hemorrágicas), consumo (triquinosis) y vectores (pulgas: tifus y peste). Gestionar higiene y control es clave en convivencia urbana.
Estado de conservación: la UICN lista unas 31 especies extinguidas (muchas insulares), 56 en peligro crítico y 98 amenazadas. Ejemplos: jutías gigantes (Heptaxodontidae †), Megalomys, una especie de Sphiggurus, la rata gigante de Gran Canaria; en Australia, especies de Conilurus y Leporillus. La persecución como “plagas”, caza por piel y destrucción de hábitat son las principales amenazas.
Relación con los humanos
Alimento y aprovechamientos: cobayas (muy extendidas en Perú), ratas de las cañas (Thryonomyidae, criadas en África occidental) y los lirones en la antigua Roma (engordados en glirarios) son ejemplos de consumo. En peletería, destacan chinchillas, ratas almizcleras y coipos.
Ciencia y espacio: más del 80–90% de animales en laboratorio son roedores (ratones, ratas, cobayas), por su tamaño, cría sencilla y rápido ciclo vital. En 1961, ratones y cobayas viajaron al espacio en la Vostok 3A; después volaron ratas y heterómidos.
Animales de compañía: cobayas, hámsteres, ratones, ratas, jerbos de Mongolia, degús, chinchillas, ardillas, algunas especies de lirones… No todas las especies se adaptan bien al hogar (nocturnidad, sociabilidad o requerimientos de espacio).
Cultura popular: entre el recelo y la simpatía
La rata en el zodiaco chino simboliza astucia y confianza; en India, Ganesha monta una rata. En Occidente, la rata a menudo encarna lo “maligno” o lo insalubre (Orwell, Grass), mientras que el ratón suele ser tierno y listo (Mickey, Tom y Jerry, Speedy Gonzales; Kafka y su Josefine). También existen referencias en la cultura popular relacionadas con videos sobre animales que parecen ratas.
Alicia Tomero
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/animales-que-parecen-ratas/
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