

LA LEY DE INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LOS COLEGIOS.
¿Qué pasaría si en lugar de aprender únicamente matemáticas, ciencias y literatura, también aprendiéramos desde pequeños a manejar nuestras emociones, a comunicarnos mejor y a construir relaciones sanas? Esa es la pregunta de fondo que hoy inspira a Colombia con la creación de una ley que establece la enseñanza de inteligencia emocional en los colegios del país.
¿Qué es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional hace referencia a la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las propias emociones, así como de entender y relacionarse con los sentimientos de los demás. No se trata de una moda, sino de una habilidad que impacta directamente en la calidad de vida, el éxito académico, la convivencia social y la prevención de problemas de salud mental.
La infancia: la raíz de la inteligencia emocional.
La educación emocional en la infancia no es un complemento, es una base fundamental para la vida adulta. Diversos estudios en psicología y neurociencias muestran que las experiencias emocionales en los primeros años moldean la forma en que una persona:
- Se percibe a sí misma y desarrolla autoestima.
- Aprende a manejar la frustración y la resiliencia.
- Construye relaciones de confianza y vínculos sanos.
- Enfrenta los retos de la vida adulta, desde los laborales hasta los familiares.
Niños que reciben educación emocional desde pequeños suelen convertirse en adultos con mayor estabilidad, mejor capacidad de liderazgo, comunicación asertiva y habilidades para resolver conflictos. Por el contrario, la falta de estas herramientas en la infancia puede derivar en adultos con dificultades para relacionarse, altos niveles de estrés, baja tolerancia a la frustración o incluso problemas de salud mental.
¿Por qué una ley en Colombia?
La nueva ley surge como respuesta a esta necesidad, con la intención de:
- Reducir índices de violencia escolar.
- Prevenir trastornos emocionales en la infancia y la adolescencia.
- Fomentar ambientes educativos más sanos y colaborativos.
- Fortalecer competencias ciudadanas y sociales.
Características de la ley.
La normativa propone que los colegios públicos y privados incluyan dentro de su plan académico clases y actividades relacionadas con:
- Autoconocimiento: identificar emociones y pensamientos propios.
- Autogestión: aprender a manejar la ira, la frustración o el miedo de forma constructiva.
- Empatía: desarrollar sensibilidad hacia los demás y aprender a escuchar.
- Habilidades sociales: resolución pacífica de conflictos, trabajo en equipo y comunicación asertiva.
- Motivación: cultivar la resiliencia, la perseverancia y el optimismo.
Estas competencias no reemplazan materias tradicionales, sino que las complementan, formando estudiantes más completos.
Desafíos de la implementación.
Si bien la ley representa un avance histórico, enfrenta varios retos:
- Formación docente: no todos los maestros tienen capacitación en psicología o manejo emocional.
- Recursos económicos: se requiere inversión en programas, materiales y seguimiento.
- Resistencia cultural: algunos sectores aún creen que la educación debe centrarse solo en lo académico.
No obstante, la experiencia internacional demuestra que invertir en inteligencia emocional se traduce en menos deserción escolar, mayor rendimiento y jóvenes más preparados para enfrentar la vida.
La inteligencia emocional no es un lujo, es una necesidad. Colombia, al aprobar esta ley, envía un mensaje claro: educar no es solo transmitir conocimientos, sino también formar seres humanos capaces de convivir, de amarse a sí mismos y de construir un país más empático y menos violento.
Si en el futuro los niños colombianos aprenden a sumar números y también a sumar corazones, la escuela se convertirá en el espacio donde realmente florezca la transformación social.
«Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.» Deuteronomio 6:6-7
