

Imagen – Mineducacion
En un país que históricamente ha excluido a millones de jóvenes por su origen étnico y situación económica, el acceso gratuito a la educación superior comienza a dejar de ser un privilegio y empieza a convertirse en un derecho real. El Gobierno de Colombia, a través del Ministerio de Educación Nacional, abrió una nueva convocatoria del Fondo Especial de Créditos Educativos para Comunidades Negras, Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras, con más de 3.000 créditos totalmente condonables para estudios de pregrado y posgrado, dentro y fuera del país.
Con una inversión superior a los 13.000 millones de pesos, esta iniciativa -que cuenta con el respaldo del Ministerio del Interior y la operación del ICETEX- busca garantizar condiciones reales de igualdad para poblaciones históricamente marginadas del sistema educativo. Para este segundo semestre de 2025, el fondo no solo amplía su cobertura, sino que incrementa su presupuesto en un 9,5 %, confirmando el compromiso del Estado con una educación incluyente, reparadora y transformadora.
Los créditos cubrirán hasta tres salarios mínimos por semestre y serán 100 % condonables, siempre que los beneficiarios cumplan con los compromisos adquiridos: culminar sus estudios y retornar académicamente a sus comunidades, aportando al desarrollo colectivo y al fortalecimiento de sus territorios.
El proceso de postulación estará abierto hasta el 4 de septiembre y se realiza exclusivamente de manera virtual a través del portal oficial del ICETEX. Podrán aplicar estudiantes colombianos pertenecientes a comunidades negras, afrocolombianas, raizales o palenqueras, que no cuenten con los recursos suficientes para costear sus estudios y que estén admitidos en programas técnicos, tecnológicos, universitarios o de posgrado -especialización, maestría, doctorado o posdoctorado- en instituciones reconocidas por el SNIES, tanto en Colombia como en el exterior.
Este fondo, financiado con recursos de la Nación, es más que un programa: es una apuesta política por la equidad, la justicia histórica y la transformación de realidades. Donde antes no llegaba la universidad, hoy se abren puertas. Porque estudiar debe ser un derecho, no un privilegio. Y en Colombia, poco a poco, eso está empezando a suceder.
