
Montevideo, Uruguay – En una reunión del Secretariado Ejecutivo celebrada este lunes, el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, reconoció ante la plana mayor del partido que existen “dificultades” y “problemas” para capitalizar políticamente los principales anuncios del gobierno liderado por Yamandú Orsi. El diagnóstico no es menor: a seis meses del inicio de la gestión, la coalición de izquierda percibe que los avances concretos aún no logran traducirse en un respaldo ciudadano más sólido ni en una narrativa de gobierno eficaz.
Este reconocimiento interno se da en un momento clave, con el equipo económico afinando los detalles finales del proyecto de Ley de Presupuesto, el instrumento que definirá buena parte del rumbo político y fiscal de la administración hasta el final del período. Para el Frente Amplio, el presupuesto será una de las últimas oportunidades de estructurar una agenda clara y de alto impacto que logre modificar la percepción pública sobre el alcance y profundidad del nuevo gobierno.
Según trascendió, el informe presentado por Pereira también subrayó que la comunicación del oficialismo no está logrando instalar en la opinión pública el valor simbólico y político de ciertas decisiones estratégicas, como la cancelación del proyecto Neptuno —la planta potabilizadora privada en Arazatí—, o el inicio de nuevas políticas sociales. Parte del problema, admiten, reside en la desarticulación entre los anuncios oficiales y su posterior apropiación por parte del aparato político del Frente Amplio.
Otro de los puntos que generó autocrítica fue el manejo de los tiempos y contextos comunicacionales. Se cuestionó, por ejemplo, que la conferencia de prensa para anunciar la cancelación del proyecto Neptuno se hiciera durante un feriado no laborable, diluyendo así su impacto en los medios y el debate ciudadano.
Ante esta situación, el Frente Amplio se prepara para reforzar su despliegue territorial con el programa “El Frente te escucha”, una gira nacional que involucrará a senadores, diputados, alcaldes y ediles, con el objetivo de explicar cara a cara los ejes principales del presupuesto y las transformaciones en curso. El mensaje interno es claro: el partido no puede delegar completamente la tarea comunicacional en la estructura gubernamental. La militancia y los liderazgos territoriales deben asumir un rol proactivo en la consolidación de un relato político que acompañe y sostenga los avances de gestión.
Este tipo de diagnósticos no son nuevos para la coalición de izquierda. Ya en los primeros meses tras perder las elecciones de 2019, el Frente Amplio había señalado en sus documentos de autocrítica una histórica falencia en la comunicación política, especialmente a la hora de traducir logros técnicos en reconocimiento ciudadano.
Hoy, desde el poder, ese viejo problema parece reaparecer bajo una nueva forma: la de un gobierno que, pese a tener gestos concretos de cambio, todavía no logra convertir esos movimientos en una narrativa poderosa que lo distinga y lo potencie frente a la ciudadanía.
Con la presentación del Presupuesto como punto de inflexión, la pregunta que se abre es si el Frente Amplio logrará finalmente sincronizar su maquinaria política con los ritmos y necesidades comunicacionales del gobierno que lidera. Porque en política, gobernar no solo es hacer: también es saber contarlo.
Alexis Martinez Diaz
Colaboración Adriana Asat
