
Cae Uribe: expresidente de Colombia, hallado culpable en histórico juicio penal

En un fallo que marca un antes y un después en la historia política y judicial de Colombia, el expresidente Álvaro Uribe Vélez fue hallado culpable por el delito de soborno a testigos y fraude procesal. La decisión judicial, adoptada tras años de un proceso rodeado de controversia, tensión institucional y presión mediática, sacude los cimientos del uribismo y pone a prueba la fortaleza del Estado de derecho en la región.
Uribe, quien gobernó Colombia entre 2002 y 2010, se convierte así en el primer exmandatario colombiano en ser condenado penalmente por hechos relacionados con la manipulación de testigos para favorecer su posición en causas judiciales. El proceso, seguido con atención tanto dentro como fuera del país, ha estado marcado por la confrontación entre sectores políticos, la intervención constante de medios de comunicación, y una opinión pública dividida.
El caso tuvo como eje las grabaciones obtenidas por el exparamilitar Juan Guillermo Monsalve, quien denunció haber sido presionado para retractarse de testimonios que vinculaban al entorno de Uribe con grupos armados ilegales. Pese a múltiples intentos de la defensa por invalidar las pruebas, los jueces ratificaron su legalidad y peso probatorio.
La reacción política no se hizo esperar. Mientras simpatizantes del expresidente denuncian una supuesta persecución judicial, organizaciones defensoras de derechos humanos y sectores independientes consideran el veredicto como “una victoria de la justicia sobre la impunidad”.
Varios medios internacionales, como The New York Times, Le Monde y El País, han dedicado titulares de primera plana al fallo, destacando su impacto en la lucha contra la corrupción y el abuso de poder en América Latina. La condena también plantea interrogantes sobre el futuro del partido Centro Democrático, fundado por Uribe, y sobre el papel de las élites tradicionales en el escenario político colombiano.
Con este fallo, Colombia entra en una nueva etapa: la de enfrentar los demonios de su pasado reciente con el espejo de la justicia. Lo ocurrido hoy no sólo afecta a una figura emblemática de la política contemporánea, sino que representa un mensaje claro de que ningún cargo, por alto que sea, está por encima de la ley.
