

¿Alguna vez te has preguntado cómo logran comunicarse los animales sin palabras? Más allá de nuestra percepción como humanos, los animales han desarrollado sistemas complejos, sofisticados y, en muchas ocasiones, imperceptibles para nosotros. La comunicación animal es un universo lleno de sonidos, colores, gestos y señales químicas que permite que diferentes especies sobrevivan, socialicen y prosperen en su entorno natural.
El avance de la ciencia y la tecnología ha permitido a los expertos asomarse a los secretos mejor guardados del lenguaje animal. Desde infrasonidos a danzas, pasando por murmullos casi inaudibles y asombrosos mecanismos químicos, los animales se relacionan en una forma mucho más compleja de lo que creemos. Descubrir cómo se comunican los animales nos ayuda a comprender mejor nuestro mundo y nuestra relación con el resto de seres vivos.
¿Qué es la comunicación animal?

Cuando hablamos de comunicación animal, nos referimos a todas las formas en que los seres vivos transmiten y reciben información para influir en el comportamiento de otros individuos. No se limita únicamente a sonidos o gestos, sino que abarca señales visuales, químicas, táctiles, e incluso, en algunos casos, eléctricas. Cada especie ha evolucionado con un repertorio específico que le permite adaptarse a sus necesidades vitales y a las particularidades de su entorno.
Por ejemplo, algunas aves emiten cantos complejos para cortejar a las hembras o defender su territorio, mientras que ciertos insectos utilizan vibraciones para alertar a sus compañeros de la presencia de un peligro. En ocasiones, la comunicación es intencionada y con un mensaje claro, como los cánticos de apareamiento, y otras veces es involuntaria, como el erizado del pelo de un gato que revela su emoción.
La comprensión de estos mecanismos revela que el lenguaje animal es mucho más sutil y diversificado de lo que podríamos imaginar. Desde signos visibles hasta los más imperceptibles murmullos, cada especie ha encontrado la mejor manera de transmitir mensajes cruciales para su supervivencia y bienestar.
La importancia de los sentidos en la comunicación animal
El reino animal dispone de una variedad de sentidos mucho más desarrollados que los humanos en ciertas áreas, lo que les permite comunicarse de formas sorprendentes. El oído, la vista, el olfato, el gusto y el tacto son las principales vías de comunicación, pero su sensibilidad y utilidad varían notablemente entre especies.
Por ejemplo, los elefantes pueden emitir infrasonidos que viajan kilómetros por el suelo, comunicando su presencia o avisando de problemas a miembros de manadas lejanas. Las mariposas monarca liberan feromonas químicas para atraer a sus parejas. Por el contrario, los murciélagos se orientan y encuentran presas usando ultrasonidos que rebotan en el entorno, creando un detallado mapa mental del espacio en completa oscuridad.
Animales sociales como los monos o los delfines hacen uso de una combinación de gestos, sonidos y contacto físico para mantener la cohesión del grupo, advertir de peligros o simplemente manifestar afecto. La agudeza de cada sentido define la forma en que se produce la interacción y la riqueza de los mensajes transmitidos.
Principales tipos de comunicación animal

El repertorio de señales que utilizan los animales es inmenso, adaptado a las necesidades específicas de cada especie y al entorno en el que habita. Las señales pueden ser sonoras, visuales, químicas y táctiles, y cada una cumple roles fundamentales en la vida diaria de los animales.
- Señales sonoras: Muchas especies recurren a sonidos, desde rugidos y maullidos hasta ultrasonidos y vibraciones. Las aves, por ejemplo, emplean distintos cantos para cortejo, advertencia o reconocimiento. Los gatos, además del maullido clásico, utilizan el ronroneo, bufidos y murmullos con distintos significados. Los grillos machos frotan sus patas para atraer a las hembras o advertir a rivales. Incluso animales como los pollitos en el cascarón interactúan con su madre antes de nacer.
- Señales visuales: Los gestos, las posturas y los colores tienen un papel crucial en la comunicación animal. Las aves machos despliegan vistosos plumajes para seducir, los peces cambian de color durante el apareamiento y los sapos muestran partes coloridas de su cuerpo para advertir de su toxicidad. Los perros y lobos comunican liderazgo o sumisión mediante la posición de orejas y cola. Los gestos son universalmente relevantes en situaciones sociales y jerárquicas.
- Comunicación química: El olfato es un sentido dominante en numerosas especies. Las glándulas odoríferas producen feromonas que transmiten información sobre estado reproductivo, territorio o alerta de peligro. Un perro puede identificar la presencia de otros animales a kilómetros gracias a su afinado olfato; los osos, zorros y mapaches también marcan territorio mediante señales olorosas.
- Comunicación táctil: El contacto físico tiene una función social y emocional. Los monos se acicalan para fortalecer relaciones, los perros utilizan la pata o el lametón para interactuar con humanos, los elefantes emplean la trompa para afectos y saludos, y las hormigas oponen lamidos para mantener la cohesión de la colonia.
Cada uno de estos sistemas puede funcionar en combinación, formando un lenguaje animal tan rico y variado como el humano.
Ejemplos impactantes de comunicación en el mundo animal
A diario, la naturaleza nos brinda ejemplos sorprendentes sobre cómo los animales se comunican y resuelven situaciones vitales a través de señales que muchas veces pasan desapercibidas.
- Las ballenas jorobadas producen cantos que recorren kilómetros, cambiando y evolucionando año tras año, lo que sugiere la existencia de una «cultura» en sus formas de comunicación.
- Las abejas utilizan danzas muy precisas para informar al resto de la colmena sobre la ubicación de las fuentes de alimento y segregan feromonas para alertar de peligros.

- Los murciélagos son capaces de crear mapas detallados de su entorno usando ultrasonidos, una habilidad increíble para orientarse en la oscuridad más absoluta.
- Los elefantes no sólo se saludan y abrazan con la trompa sino que forman vínculos emocionales a través del tacto.
- El sapo vientre de fuego muestra su llamativo color rojo cuando se siente en peligro, advirtiendo a posibles depredadores de su toxicidad.
Estos ejemplos muestran que la comunicación animal es fundamental para la supervivencia, el cortejo, la alimentación, la defensa y la relación social.
El papel del contexto y el aprendizaje social
Un aspecto que no puede pasarse por alto es que el significado de las señales está fuertemente condicionado por el contexto. Un mismo gesto o sonido puede tener significados diferentes dependiendo de si los animales están cazando, jugando o estableciendo jerarquías.
Por ejemplo, el lenguaje corporal de un lobo durante la caza dista mucho del que utiliza al interactuar con sus cachorros o al mantener la paz en la manada. En los delfines y algunos primates, la transmisión intergeneracional de conocimientos y señales da lugar a auténticas “culturas”, donde los modos de comunicación evolucionan y se adaptan a lo largo de diversas generaciones.
Esto demuestra que la comunicación animal no es estática, sino dinámica y en constante cambio. La experiencia y el aprendizaje social juegan un papel tan importante como el instinto en la capacidad de transmitir y entender mensajes dentro de una comunidad animal.
La comunicación interespecies y los límites de la comprensión humana
Existe una corriente de investigación y experiencia que sugiere que los animales, en ocasiones, pueden comunicarse de forma telepática o mediante canales que aún no comprendemos del todo. La llamada comunicación interespecies abarca la transmisión de emociones, formas, imágenes o sensaciones físicas, más allá del simple intercambio de sonidos o gestos.
Si bien para la ciencia tradicional aún hay mucho por descubrir, quienes trabajan en terapia animal o comunicación intuitiva destacan el impacto positivo que puede tener la atención a las señales no verbales en el bienestar de nuestros animales de compañía, favoreciendo el entendimiento y la conexión profunda entre especies.
La posibilidad de descifrar por completo el lenguaje animal es una tarea titánica, pero los avances realizados hasta ahora revelan que los animales están dotados de sistemas de comunicación emocional y social complejos.
Comunicación animal y bienestar: una mirada integradora
Comprender los códigos de comunicación animal va más allá de la mera curiosidad. Para quienes trabajan en bienestar animal o conviven con mascotas, interpretar los mensajes de los animales es clave para ofrecerles una vida más feliz y saludable.
Reconocer las señales de estrés, alegría, enfermedad o incomodidad permite una respuesta más empática y efectiva. Además, el diseño de entornos domésticos y de conservación debe respetar los patrones comunicativos naturales de cada especie.
Terapias alternativas, como la terapia floral combinada con la observación del comportamiento no verbal, también han demostrado un impacto positivo en la mejora emocional de los animales, favoreciendo la confianza y reduciendo la ansiedad.
Entender la comunicación animal también tiene implicaciones éticas. El reconocimiento de su sensibilidad y conciencia en diversas especies ha impulsado movimientos para su reconocimiento legal y una reconsideración del trato que se les da, tanto en nuestra vida cotidiana como en la conservación.
¿Qué nos revela la ciencia sobre el origen y la evolución del lenguaje animal?

El camino evolutivo del lenguaje animal está lleno de adaptaciones sorprendentes. La comunicación surge de la necesidad de sobrevivir y reproducirse, perfeccionándose con el tiempo para responder a los desafíos ambientales y sociales.
La ecología del comportamiento, disciplina que estudia la interacción entre las señales comunicativas y el entorno, ha mostrado cómo la evolución selecciona los sistemas comunicativos más eficaces. Por ejemplo, en ambientes con árboles densos, las señales sonoras se transmiten mejor, mientras que en espacios abiertos predominan las visuales.
Algunos animales, como los peces limpiadores, demuestran habilidades sorprendentes de autoconciencia, mientras que otros, como las ratas, pueden mostrar empatía hacia sus compañeros, evitando causarles daño si comprenden que sus acciones tienen consecuencias negativas.
En última instancia, la sensibilidad y la capacidad de sentir emociones han sido reconocidas científicamente en muchas especies, fortaleciendo los argumentos a favor de una ética más justa para todos los animales, independientemente de si poseen un lenguaje estructurado como el humano.
A medida que la ciencia profundiza en estos estudios, se amplía la lista de especies que sorprenden por sus habilidades comunicativas y cognitivas, obligándonos a replantear la frontera entre humanos y animales no humanos.
Descubrir los secretos del lenguaje animal nos acerca no solo a un mayor conocimiento de la naturaleza, sino también a una visión más comprensiva y responsable de nuestra convivencia con todas las formas de vida que nos rodean. A través de cantos, colores, aromas y gestos sutiles, el reino animal sigue enviando mensajes que aún estamos aprendiendo a interpretar, invitándonos a ver el mundo con otros ojos y oídos.
Alicia Tomero
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/secretos-del-lenguaje-animal/
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