
El ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha calificado como una «suprema humillación» las medidas cautelares impuestas por la Corte Suprema en el marco de la investigación que lo señala como uno de los principales responsables de un intento de golpe de Estado tras las elecciones presidenciales de 2022, donde fue derrotado por Luiz Inácio Lula da Silva. En declaraciones públicas realizadas este viernes, Bolsonaro negó haber conspirado contra la democracia y aseguró que el proceso judicial en su contra tiene motivaciones políticas.
Bolsonaro, quien gobernó Brasil entre 2019 y 2022, fue obligado a usar una tobillera electrónica, además de enfrentar restricciones que incluyen no salir de su domicilio entre las 19:00 y las 7:00, la prohibición de utilizar redes sociales y de contactar embajadores o diplomáticos extranjeros. Asimismo, se le impide acercarse a embajadas y comunicarse con otros procesados en la causa.
Estas medidas forman parte del proceso judicial que investiga el presunto complot golpista liderado por Bolsonaro y varios de sus colaboradores, entre ellos ex ministros y altos mandos militares. La Fiscalía General acusa al ex mandatario de cinco delitos, incluyendo golpe de Estado y abolición violenta del Estado democrático de derecho, cuyas penas podrían sumar hasta 40 años de prisión.
En sus declaraciones, Bolsonaro insistió en que nunca conspiró contra la democracia ni planeó huir del país. «La investigación del golpe es política. No hay nada concreto ahí», afirmó el ex presidente. También señaló que espera que el juicio sea «técnico y no político», sugiriendo que las acciones judiciales tienen como objetivo «sofocar» a la extrema derecha y afectar los comicios presidenciales de 2026, en los cuales no podrá participar debido a su inhabilitación por abusos de poder durante la campaña electoral de 2022.
Bolsonaro expresó su descontento con las medidas cautelares dictadas en su contra, calificándolas como un intento de humillación. «Estoy restringido a Brasilia con una tobillera. Registraron y confiscaron mi casa, llevándose dinero que había obtenido legalmente. Es una nueva investigación, y yo también estoy involucrado», declaró ante los periodistas.
El hijo del ex presidente, Eduardo Bolsonaro, quien es diputado federal, también ha sido mencionado en el contexto de esta investigación. Desde marzo, Eduardo se encuentra en Estados Unidos realizando gestiones políticas que, según Jair Bolsonaro, buscan «luchar por la democracia y la libertad». El ex mandatario no respondió se su hijo ha influido en decisiones comerciales importantes, como la imposición por parte del gobierno de Donald Trump de aranceles del 50% a productos brasileños.
No obstante, estas acciones han generado controversia. En los últimos días, Eduardo Bolsonaro habría solicitado al gobierno estadounidense tomar medidas contra el juez Alexandre de Moraes, quien lidera las investigaciones relacionadas con el intento de golpe. Este tipo de injerencias políticas ha sido objeto de críticas tanto dentro como fuera de Brasil.
Jair Bolsonaro también admitió haber considerado viajar a Estados Unidos para negociar personalmente con Donald Trump sobre los aranceles impuestos a Brasil. Sin embargo, debido a que su pasaporte está retenido por la Justicia y tiene prohibido salir del país, dicha posibilidad parece inviable. A pesar de esto, Bolsonaro destacó su cercanía con el ex presidente estadounidense y afirmó que Estados Unidos es un país que «proyecta libertad» y no actuaría en contra de la democracia brasileña.
El caso contra Jair Bolsonaro ha generado divisiones profundas en la política brasileña. Para muchos críticos, las acciones del ex presidente y su círculo cercano representan un intento claro de desestabilizar el sistema democrático del país. Por otro lado, sus seguidores consideran que las investigaciones son una persecución política destinada a debilitar a la extrema derecha.
La situación actual refleja las tensiones políticas que persisten en Brasil tras las elecciones presidenciales de 2022. Mientras Lula da Silva trabaja para consolidar su gobierno y avanzar en su agenda política, Bolsonaro enfrenta un escenario judicial complejo que podría definir su futuro político y personal.
Conforme avancen las investigaciones y los procesos judiciales, será fundamental observar cómo se desarrollan los acontecimientos y qué impacto tendrán en la estabilidad política del país. Por ahora, Jair Bolsonaro sigue siendo una figura polarizante en Brasil, enfrentando acusaciones graves mientras denuncia lo que considera una persecución motivada por intereses políticos.
