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“Así no es, señores gestores farmacéuticos”. Con esta frase, tan contundente como necesaria, el Superintendente Nacional de Salud, Giovanny Rubiano García, puso el dedo en la llaga de uno de los problemas más sensibles para miles de pacientes: la entrega tardía e incompleta de medicamentos.
Rubiano no se guardó nada. Desde San Andrés, donde lidera una visita de inspección y vigilancia junto a la Gobernación, cuestionó sin rodeos a los intermediarios farmacéuticos -entre ellos Colsubsidio- que, amparados en deudas históricas y cuentas por cobrar, restringen la entrega de tratamientos vitales para la población. “No entrego oportunamente ni de manera completa porque tengo deudas del pasado. Así no es. Colsubsidio dice que le deben más de 700 mil millones. Mi pregunta es: ¿quiénes son los dueños de Famisanar, Cafam y Colsubsidio?”, soltó Rubiano, dejando claro que detrás de cada retraso hay intereses y responsabilidades que no pueden seguir diluyéndose.
La denuncia llega en un momento crítico para San Andrés Islas, donde la precariedad de la red hospitalaria obliga a cientos de pacientes a abandonar el archipiélago en busca de tratamientos en ciudades como Medellín, Cartagena o Bucaramanga. Rubiano insistió en que esta realidad debe cambiar de raíz: “Necesitamos una red pública fortalecida, con tarifas justas y con capacidad para atender a la gente aquí, sin que se vea forzada a desplazarse”.
El mensaje también fue directo a las dos EPS intervenidas, Sanitas y Nueva EPS, a las que urgió a contratar de inmediato los servicios con la unidad renal del hospital departamental. De concretarse, este acuerdo permitiría atender a los pacientes con enfermedad renal crónica en la isla, evitando largos traslados y ofreciendo, incluso, atención a turistas que requieran diálisis durante su estadía.
La primera jornada de inspección culminó en el Clarence Lynd Newball Memorial Hospital, un centro que, pese a prestar servicios de segundo y parte de tercer nivel, todavía batalla con obras inconclusas y deudas que frenan su operación plena. Según el gobernador Nicolás Gallardo Vásquez, el departamento se comprometió a sanear los pasivos del hospital con una inyección de más de 13 mil millones de pesos, recursos que esperan la aprobación definitiva del Ministerio de Hacienda para convertirse en alivio real. La meta, afirmó, es continuar y finalizar obras clave con respaldo de la Nación a través del Ministerio de Salud.
La advertencia de Supersalud es clara: los gestores farmacéuticos no pueden seguir operando bajo la lógica de la deuda mientras la salud de los colombianos paga los costos. San Andrés, donde la fragilidad del sistema se vive a diario, podría convertirse en el punto de partida de un giro necesario para garantizar lo que, para muchos pacientes, aún es un derecho esquivo, recibir los medicamentos que necesitan, cuando los necesitan.
