

Imagen Oficina de Prensa Jefe Despacho de la Presidencia de Colombia
Desde Caracas, la región fronteriza entre Colombia y Venezuela se prepara para dar un salto que podría marcar un antes y un después en la relación bilateral y en la vida de miles de familias que durante años sobrevivieron en la penumbra del olvido estatal. Alfredo Saade, jefe de despacho de la Presidencia de Colombia, encabeza la misión oficial que, en las próximas horas, firmará un acuerdo histórico para reactivar el comercio y la integración económica entre dos países que comparten más que una línea limítrofe: comparten historias, familias divididas y una deuda social que parecía eterna.
Con el respaldo decidido del presidente Gustavo Petro, Saade ha instalado una mesa de trabajo en Caracas junto a representantes del Gobierno venezolano y empresarios binacionales para finiquitar los términos de un pacto que promete dinamizar la frontera, devolver empleos formales, reabrir corredores industriales y dar oxígeno a Cúcuta, epicentro de una zona que durante años se convirtió en sinónimo de pobreza y migración forzada.
“El mensaje es claro: se equivocaron quienes quisieron ver a Cúcuta hundida en la pobreza. Hoy demostramos que sí es posible reactivar la región con dignidad y trabajo digno”, aseguró Saade en un breve pronunciamiento desde la capital venezolana, resaltando la disposición del Gobierno de Nicolás Maduro para sellar un entendimiento que abre la puerta a una nueva etapa de cooperación regional.
El acuerdo, que contempla la apertura controlada de pasos fronterizos, incentivos para la inversión industrial y mecanismos conjuntos de seguridad y comercio, es visto por analistas como un paso clave para descomprimir la crisis humanitaria y económica que afecta a ambos lados de la frontera. No solo dinamiza la economía local: también restituye la esperanza para más de dos millones de habitantes que dependen directamente del intercambio comercial entre Norte de Santander y el Táchira.
Con esta apuesta, el Gobierno colombiano cumple uno de los compromisos más sensibles del presidente Petro: volver la mirada hacia los territorios históricamente olvidados, allí donde la institucionalidad casi siempre llegó tarde o nunca llegó.
Agradecido con ambos mandatarios, Saade recalcó que este acuerdo no es un fin, sino el punto de partida para una integración más profunda, con una frontera que deje de ser tierra de contrabando y violencia para convertirse en motor de desarrollo sostenible y prosperidad compartida.
En cuestión de horas, las firmas harán oficial lo que durante años fue solo una promesa repetida en discursos. Esta vez, desde Caracas, la frontera olvidada empieza a escribir su propia revancha. Y mientras tanto, Cúcuta florece.
Nota en desarrollo …
