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En la noche del martes 15 de julio, cuando ya muchos daban por sentado que el silencio presidencial se extendería hasta el próximo lunes, Gustavo Petro irrumpió con una alocución que sacudió el tablero político de Colombia. Frente a cámaras y sin rodeos, el jefe de Estado desmontó uno de los pilares más sensibles y, a la vez, más corrompidos del país: el sistema de salud.
Durante casi una hora, Petro puso nombre y cifras a lo que denominó un “robo sistemático”, orquestado por décadas desde las EPS – empresas privadas que, por mandato de la Ley 100, reciben recursos públicos para administrar la salud de millones de colombianos. Un negocio construido con la vida de la gente y la anuencia de gobiernos, empresarios y medios de comunicación que, como denunció el presidente, han preferido callar o tergiversar.
El dato que estremeció a buena parte del país fue tan frío como escandaloso: más de 32 billones de pesos adeudan hoy las EPS a clínicas y hospitales, un monto que, según Petro, en realidad superaría los 100 billones si se ajusta a pesos constantes desde 1993, año en que se instauró el modelo. La denuncia, respaldada por cifras de la Contraloría General, desarma una narrativa que durante años responsabilizó al Estado de las crisis de hospitales y clínicas. “El Gobierno no tiene deudas con las EPS. Las deudas son de las EPS con las clínicas y hospitales”, sentenció Petro, visiblemente indignado.
El mandatario fue más allá: mostró cómo, mientras las EPS levantan clínicas propias con dineros anticipados del erario, pagan puntualmente a sus redes privadas y asfixian a terceros prestadores independientes -las IPS- acumulándoles pagos hasta quebrarlas. Un círculo vicioso que convierte la salud en un negocio vertical, cerrado y concentrado. El resultado es brutal: muertes evitables, demoras interminables, tratamientos interrumpidos y una frustración colectiva que carga la sociedad mientras unos pocos se blindan en paraísos fiscales.
📢"Este Gobierno le entregó más que nunca el dinero a las EPS y se lo robaron, porque duplicaron en la misma época la deuda con clínicas y hospitales, y eso debe ser juzgado penalmente. Y no puede seguir": presidente @petrogustavo
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— Radio Nacional CO (@RadNalCo) July 16, 2025
Pero la denuncia presidencial también dejó claro que la batalla no es solo técnica. Petro acusó a medios corporativos de distorsionar la información para encubrir a los dueños de esas mismas EPS. “Señores de la prensa: muéstrenle a Colombia cómo es que la están robando. Denuncien”, exigió, sabiendo bien que buena parte de quienes controlan la pauta informativa son, a su vez, beneficiarios del modelo de aseguramiento que hoy se tambalea.
No fueron palabras lanzadas al aire. El presidente desplegó gráficas, balances, informes y recordó que solo dos EPS cumplen a cabalidad con los requisitos de ley. El resto, dijo, sobrevive en una crisis de solvencia que, paradójicamente, no se traduce en menos utilidades para sus propietarios. “Hemos pagado y se la han robado”, repitió Petro, empujando la narrativa de que la única vía para salvar vidas es aprobar la reforma a la salud que su gobierno impulsa, inspirada en modelos como el del Reino Unido, centrado en la prevención y la salud pública.
En su exposición, Petro reconoció que su administración -tan criticada por intervenir EPS- es, de hecho, la que menos lo ha hecho: solo cuatro han sido liquidadas desde 2022, frente a las 117 que se cerraron en gobiernos anteriores. Aun así, la oposición lo acusa de estatizar la salud mientras defiende, sin cifras ni auditorías serias, un sistema que devora recursos y multiplica muertes.

Alfredo Saade, jefe de despacho presidencial, respaldó la denuncia del mandatario y retó a la oposición a demostrar, con datos en mano, que la Contraloría se equivoca y que no hay desfalco. “Gran parte de la oposición se aferra a criticar la estética retórica del presidente. Les reto: desmonten los datos. Demuestren que no hay robo”, dijo, apuntando directamente a una derecha que, según él, solo sabe fabricar guiones para confundir incautos.
En Colombia, donde la prensa aún sigue atrapada en intereses cruzados y accionistas que saltan de la redacción a la junta directiva de EPS y clínicas, la denuncia presidencial no tardó en recibir titulares hirientes y ataques predecibles. Sin embargo, el mensaje de Petro caló hondo en millones que saben, en carne propia, que detrás de cada turno aplazado y cada tratamiento negado, hay alguien haciendo cuentas. Y cobrando.
📢"El Gobierno nacional no tiene deudas con las EPS. Las que tienen deudas son las EPS que son de control privado con las clínicas y hospitales. Digan la verdad, por favor": presidente @petrogustavo
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A pesar del ruido, la realidad es tozuda: las EPS intervenidas por este gobierno salieron de números rojos por 1,6 billones de pesos; las que no, empeoraron sus balances en más de 6 billones. Es un dato que pocos medios destacan mientras abren portadas para desviar la atención.
Petro prometió más cambios en su gabinete, una purga de funcionarios desleales y un endurecimiento en la defensa de la reforma sanitaria. El pulso apenas comienza, pero anoche quedó claro que, para este gobierno, la salud de millones no seguirá siendo la mina de oro de unos pocos.
Y esta vez, la denuncia no se quedará en un discurso. Es, como dijo el presidente, cuestión de vida o muerte.
